Se apagó el último acorde de la guitarra de “Colacho” Brizuela

Se apagó el último acorde de la guitarra de “Colacho” Brizuela

El instrumentista riojano, fallecido a los 70 años, fue el complemento ideal de la voz de Mercedes Sosa a lo largo de varias décadas.

INSEPARABLES. “Colacho” Brizuela y Mercedes Sosa vivieron una larga relación artística y fraternal. INSEPARABLES. “Colacho” Brizuela y Mercedes Sosa vivieron una larga relación artística y fraternal.

El folclore argentino está de luto por la muerte de Nicolás “Colacho” Brizuela, el histórico guitarrista de Mercedes Sosa, que además de un exquisito instrumentista era considerado un maestro en el difícil arte de acompañar el canto.

El músico riojano, que falleció a los 70 años en un sanatorio porteño a causa de un cáncer de riñón, “marcó un camino singular en ese rol de la guitarra al lado del cantor”, según dijo su colega Juan Falú.

En diálogo con LA GACETA y en las redes sociales, numerosos folcloristas tucumanos expresaron su dolor por la partida de “Colacho”.

Lucho Hoyos considera que Brizuela logró lo que pocos guitarristas pueden: un sonido propio. Contó que un día él se preparaba para dar un recital junto a “Colacho” en Casa Managua. “Repasaba mis temas instrumentales y me decía a mí mismo: ‘¡Uy, qué hermoso que sale esto! ¡Qué hermoso me sale aquello otro! ¡Esta noche cómo lo voy a encantar a Colacho!’ Y cuando lo escucho tocar a él esa noche, ¡Dios mío! Encima tocó con el stick. También tocó la guitarra, por supuesto. Me sentí tan pequeñito... Porque su altura era increíble. Después me reía de mis pretensiones de sorprenderlo. Lo mismo me dijo que le encantó lo mío y me felicitó”.

“Era un tipo que no tenía aparatosidad para tocar -agregó Hoyos-. Sus arreglos eran muy sencillos. Tenían la simpleza que viene con los años. Era uno de los que la tenían clara”.

La guitarra de Brizuela fue una referencia casi constante en el universo musical de Mercedes Sosa, a quien acompañó desde principios de los años 70 y hasta 2004. En 1977 grabaron juntos el álbum “Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui”, que consolidó la proyección de ella como cantora y la de él como su acompañante.

La muerte de Mercedes fue un golpe muy duro para él, pese a que llevaban tiempo sin compartir músicas. “Para mí su muerte fue terrible. Porque viví más con ella que con mis padres, mis hermanas o, incluso, mis hijas ¿Sabés lo lindo que es cuando puede darse un romance musical y de amistad como el que tuvimos?”, le dijo Brizuela a Télam en octubre pasado.

En esa misma charla, apuntó que “la música de Mercedes, conceptualmente, se pensaba en función de su voz y de la guitarra. Todos los demás instrumentos, de algún modo, estaban a nuestro servicio. Por eso se conformó con nosotros una relación fraternal. La conocí muy chica y me sentía de su familia”.

Nicolás Brizuela comenzó su carrera a los 8 años, junto con dos hermanos guitarristas con los que aprendió folclore y también se aproximó al tango. Entre los dos géneros desplegó un estilo personal y notable, que dejó su huella en escenarios del mundo.

En el tango integró el grupo de Rubén Juárez, tocó con Raúl Garello, Roberto Grela y el Palermo Trío, tuvo un dúo con el bandoneonista Rodolfo Mederos y en 2012 publicó el álbum “Tango 12” al frente de un cuarteto.

En el folclore tocó junto con Daniel Toro, Víctor Heredia, Los Hermanos Albarracín, Horacio Guarany, Ginamaría Hidalgo, Teresa Parodi, Julia Zenko, Ariel Ramírez, Dino Saluzzi, Los Fronterizos y Oscar Cardozo Ocampo. En 1961 recibió el premio Revelación, en Cosquín, como parte del trío con guitarras Tres para el Folclore. 

También tendió puentes con otras melodías como las propuestas por Fito Páez y Carlos Franzetti, y registró su devoción por el pianista de jazz Bill Evans en el disco propio “Nos volveremos a ver” (2010).

En los últimos años, además, profundizó el estudio del stick, el instrumento de cuerdas ideado por el lutier norteamericano Emmett Chapman. “Es un instrumento muy especial: son dos guitarras en una. Es el mejor invento de los últimos tiempos”, dijo Colacho en aquella ocasión. Con ese instrumento toca en “Cuscaias” (2013), en dúo con la flautista y bandoneonista francesa Ninon Valder.

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