Dos tucumanas están varadas a más de 17.000 kilómetros de su hogar

Dos tucumanas están varadas a más de 17.000 kilómetros de su hogar

Salieron de la Argentina en diciembre, cuando el mundo aún desconocía el virus que se gestaba en China. Ahora enfrentan un sinfín de dificultades para volver al país.

TIEMPO ATRÁS. Noriega y Ricci en una de las playas indonesias antes de que se desataran los cierres de frontera. TIEMPO ATRÁS. Noriega y Ricci en una de las playas indonesias antes de que se desataran los cierres de frontera.

La vida a más de 17.000 kilómetros no ha de ser fácil cuando la mayor desesperación es volver a casa. Mucho menos cuando se emprende una carrera a contrarreloj en un mundo caótico que se recluye sobre sí mismo. “Las fronteras se cierran detrás de mí y yo estoy en una isla”, cuenta -consternada- Milagros Noriega. Por estas horas, esta joven tucumana vive en Indonesia una historia digna de ficción entre archipiélagos, selvas y playas tan paradisíacas como desoladas.

La aventura de Noriega comenzó en diciembre, cuando el planeta aún desconocía el virus que recién comenzaba a infectar China. Antes de finalizar su carrera, esta estudiante de Ciencia Política abordó una travesía de varios meses a la ciudad australiana de Sydney junto con su amiga Nina Ricci, que también es tucumana.

Hace un tiempo, ambas compraron pasajes para disfrutar, por unos días, de las playas de Bali y otras islas indonesias. “Aprovechamos que es barato viajar a Asia desde Australia. En ese momento todo estaba bien; en Sydney se veía controlado”, le relató Noriega a LA GACETA mientras acometía una carrera entre botes improvisados y puertos exóticos. El objetivo era llegar a Bali desde las islas de Gili, en donde estaba en ese momento, hace dos días. Ocurría que el idílico archipiélago estaba cerrando sus fronteras.

Experiencia inimaginable

Luego de más de ocho horas de viaje, las jóvenes lograron -a contrarreloj- su primera meta (el trayecto de ida a las Gili, por ferry y en auto, había sido de unas dos horas). Ya en Bali, el anhelo de retornar a Australia, en donde las tucumanas esperaban vivir hasta mitad de año, comenzó a desvanecerse: el país-continente anunció que restringiría el ingreso de extranjeros.

REPLETO. Un bote precario permitió que las tucumanas huyeran de las islas.  gentileza milagros noriega REPLETO. Un bote precario permitió que las tucumanas huyeran de las islas. gentileza milagros noriega

¿Cuáles son las opciones?, le preguntó este diario. “El pasaje a Sydney es para el jueves 19. Como sabemos que no podremos permanecer ahí, estamos viendo si es posible adelantar el vuelo y comprar, a precios exorbitantes, un boleto para la Argentina”, respondió. Y se lamentó: “los consulados tampoco responden. Tampoco sé si podré salir de Bali ni si podré subirme al avión. Tengo muchas cosas, toda mi carrera está en la computadora que dejé en Sidney”.

Media vuelta al mundo

El trayecto que Noriega y Ricci deben recorrer para regresar a Tucumán implica, casi literalmente, la mitad de la circunferencia terrestre. “Conversamos con turistas de todas partes y coincidimos: nuestro miedo no es contraer el coronavirus por nosotros, sino por los grupos de riesgo a los que podríamos contagiar”, manifestó la estudiante universitaria.

Según graficó, en Bali no hay grandes centros médicos y la infraestructura de las ciudades es precaria. Tampoco la población habla en inglés. “Quedarse aislado aquí sería terrible. Además, no contamos con el respaldo económico suficiente para hacerlo”, advirtió.

El cierre de fronteras de un sinfín de países frustró casi todas las posibilidades de las tucumanas. “Analizamos volver por Chile, Brasil, Perú, México y hasta Dubái. O todos los aviones disponibles ya estaban llenos o los aeropuertos habían cerrado. También contemplamos que una amiga de Filipinas nos podía recibir, pero tampoco será posible”, expresó con tristeza.

Una solución se atisba

Por la mañana de ayer (la noche, en Indonesia), una luz de esperanza se presentó para las viajeras. Tras intentar comunicarse con las compañías áreas varias veces, Noriega y Ricci consiguieron boletos que podrían traerlas de regreso al país. “Mantenemos el vuelo de Bali a Sydney del 19. Desde ahí mismo, saldremos a Buenos Aires vía Nueva Zelanda. Espero que no cambien los vuelos para entonces. Todo el mundo está viajando por todo el mundo para llegar a su hogar”, dijeron, con nervios y esperanzas.

España: sin fecha definida de regreso al país

Varada en España, a casi 10.000 kilómetros de la Argentina, el viaje de una joven que comenzó como un sueño, acabó convirtiéndose en una pesadilla. Ruth Argañaraz, una fotógrafa  que fue por trabajo a Madrid, está cumpliendo su cuarentena en Barcelona sin saber cuándo podrá regresar a Tucumán. “Me invitaron a un festival de arte visual los días 15, 16 y 17 de enero. Mi pasaje de vuelta estaba programado para el 24 de marzo y lo cancelaron a último momento”, relató la artista. Por el momento, Argañaraz se está hospedando en la casa de una amiga con las provisiones necesarias para poder subsistir. “En total llené cuatro formularios de la Cancillería argentina con información personal y de mi vuelo, pero hasta el momento sólo me dieron dos soluciones: reembolso del pasaje o programarlo para junio”, dijo con resignación.

Ninguna opción es conveniente para Ruth, ninguna de ellas dice “Argentina” en alguna parte del papel. Su preocupación crece cuando observa la soledad de las calles y la falta de trabajo.

La fotógrafa explicó que, en España, la población se mantiene encerrada y que las únicas salidas al exterior tienen por objeto cumplir con alguna ocupación que no se puede suspender, como el trabajo, ir a comprar mercadería o ir a la farmacia por medicamentos.  

El país europeo es, hasta ahora, el segundo más afectado del continente.

Reino Unido: el dilema de un viajero tucumano

La incertidumbre invade a Lucas Villecco, un tucumano que reside en Inglaterra y que tenía pasajes de regreso a la Argentina para el 29 de marzo. Según explicó, no obtiene respuestas de la Cancillería ni de Aerolíneas Argentinas.

Hace dos meses terminó el contrato de mi primer trabajo y todos los currículums que envié fueron rebotados. En Inglaterra, los negocios están cerrando y la gente está quedando sin trabajo”, afirmó el joven. Su idea ahora es viajar a México -para realizar un voluntariado a cambio de comida y hospedaje- para luego arribar a la Argentina. “Como las fronteras de Perú se cerraron, cancelaron automáticamente mi vuelo del 29 de marzo. El de México sí fue reprogramado”, indicó Villecco.

El joven varado contó que tomar la decisión de viajar desde México directo a nuestro país fue bastante complicada ya que el costo de pasajes entre los países menos afectados por el coronavirus se triplicaron. “Por otro lado, me cuestiono qué tan bueno será regresar a Tucumán, teniendo en cuenta que debo cumplir mi cuarentena allá. La verdad, es un proceso migratorio muy tedioso”, se lamentó Villecco. Y graficó: “cuando cae la noche, las personas arrasan el supermercado y se llevan conservas, pasta dental y muchísimo papel higiénico. Es ridículo”.

Según expuso, muchos ciudadanos aún salen a las calles. “Es fácil encontrar gente en los parques, aun cuando nos recomiendan no salir”, dijo.

Esta nota es de acceso libre.
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