Atlético: el estilo Zielinski

Atlético: el estilo Zielinski

Trabajador y enemigo de las polémicas, el DT volvió a protagonizar otro momento histórico.

NO PIERDE LA LÍNEA. Ricardo Zielinski tiene un estilo que puede gustar o no, pero de ninguna manera se puede discutir. NO PIERDE LA LÍNEA. Ricardo Zielinski tiene un estilo que puede gustar o no, pero de ninguna manera se puede discutir. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL

Lo hizo otra vez. Ya no es casualidad. Ricardo Zielinski es el hombre del momento. Como lo fue en otras ocasiones. La diferencia es que ahora, por fin, obtuvo el reconocimiento de ese exigente mundo llamado fútbol, donde nadie perdona los errores. Mucho menos los fracasos. Todo se mide por resultados y eso no es sencillo triunfar cuando se administra presupuestos bajos para enfrentar a poderosos que viven en otra dimensión. Sin embargo, suele decirse que el dinero no hace la felicidad. Y ahí aparece el trabajo de este entrenador que tiene un estilo particular. Puede gustar o no, pero nunca puede discutir.

El hombre es de perfil bajo. Y nada lo hace cambiar. No es carismático. Tampoco marketinero. Tal vez por eso los medios nacionales no le daban el espacio que merece. Habla poco. Lo justo y necesario. Antes del partido contra River todos esperaban su palabra para alimentar el morbo que generaba la posibilidad de amargarlo una vez más al “Millonario”. Hábil y conocedor del terreno donde se mueve, se llamó a silencio. No hubo frases polémicas. Tampoco después del empate que dejó a su rival sin el título de la Superliga, ese que creía tener en la mano.

“Nosotros no le quitamos nada a nadie”, se apuró en aclarar apenas le preguntaron sobre lo sucedido el sábado en el Monumental. “La situación de los demás es la situación de los demás. No lo disfruto de manera especial. Nunca me fijo en el pasado y siempre preparo a mis equipos para ganar”, expresó y no dio lugar a que los periodistas insistan. Fin de la historia. A mirar hacia adelante.

Huellas

Zielinski es mucho más que el “verdugo” de River. Lo extrañan en Belgrano. Lo disfrutan en Atlético. Los hinchas de Boca nunca lo olvidarán. El entrenador dejó su huella en casi todos los clubes donde trabajó. No es fácil mantenerse durante tanto tiempo en la elite del fútbol argentino y él lo hizo posible.

Respeto. Una palabra a la que Zielinski le hace honor en forma permanente. Una palabra que parece no estar en el vocabulario de algunos de sus colegas que, cegado por los éxitos y los elogios a veces exagerados de algunos periodistas, creen que van a ganar siempre. A ellos les cuesta aceptar que en el fútbol las derrotas conviven con las victorias.

Marcelo Gallardo es uno de los mejores técnicos del país y es reconocido internacionalmente. Sin dudas , el mejor de la historia de River por los éxitos internacionales que cosechó en los últimos años. Su problema es que por momentos se siente intocable. A fines del año pasado se le escapó la Copa Libertadores que tenía en el bolsillo contra Flamengo. El sábado vio como su equipo perdía el título de la Superliga en la última fecha. Tal vez su exceso de confianza terminó traicionándolo. Aquel gesto desafiante a las tribunas después del empate contra Defensa y Justicia no fue casualidad. Dijo que les pidió a los hinchas que crean en el equipo. “Vamos a ganar en Tucumán. Seremos campeones. Nos gusta jugar este tipo de definiciones”, advirtió. Pero se olvidó de un detalle. El rival no era cualquiera. Atlético se consolidó en la máxima categoría; jugó partidos decisivos y compitió internacionalmente. Tanta confianza le costó el título. Por culpa del “Decano”. Y de Zielinski. Una vez más.

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