Compró paz social
CONFLICTO. Las marchas de diferentes sectores gremiales se sucedieron durante enero. CONFLICTO. Las marchas de diferentes sectores gremiales se sucedieron durante enero. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO

En el verano, la gestión provincial no hizo más que ganar tiempo. El decreto acuerdo 1/1 fue el fiel reflejo del deterioro de las finanzas públicas tucumanas, al suspender el pago de la cláusula gatillo del último tramo de 2019. En períodos de licencia masiva, las protestas no tienen la misma fuerza que cuando la dotación está presta a arrancar el nuevo año laboral. Por esa razón, no hubo grandes complicaciones y se llegó hasta estos días.

Cerca de las fechas del inicio de clases se acelera el pulso sindical. Es el momento propicio para sentarse a negociar con el Estado e intentar alcanzar el mejor acuerdo posible para los afiliados de cada gremio. Sin embargo, en esta oportunidad hubo componentes adicionales: la falta de pago de un compromiso oficial acordado el año anterior e internas en algunas organizaciones gremiales. En el medio de todo esto estaba el Gobierno. Y así se desarrollaron ayer las tratativas para cerrar un principio de acuerdo.

En la mañana nada hacía presagiar que habría complicaciones. Incluso, el Poder Ejecutivo citó a las partes para que poco después del mediodía se firmara un acta compromiso que pacificara los ánimos. No fue así. Los sindicalistas de la docencia consultaban a los cuerpos orgánicos. Las bases intercambiaban opiniones a través de grupos de WhatsApp. Los padres hacían lo mismo, pero con la incertidumbre sobre si el lunes sus hijos irán a clases. Aún así, el centro se pobló de consumidores, que salieron a comprar útiles, mochilas y uniformes con el 20% que percibieron del salario de este mes.

Dentro de la Casa de Gobierno había desconcierto. Los negociadores intentaban explicar lo sucedido. Nadie entendía nada. El gobernador Juan Manzur convocó a su vice, Osvaldo Jaldo, para compartir el anuncio de última hora.

Al final, se paga la cláusula gatillo que, según los funcionarios, sería incorporado al salario. Pero el decreto acuerdo 6/1 que se difundió sólo estipula que el 15,11% de reajuste será un adicional no remunerativo. Si bien no va al básico, en el Ejecutivo dice que se anualiza y se toma en cuenta para futuros aumentos.

¿Qué ganó el Gobierno? Compró paz social, al menos hasta abril cuando avance el debate sobre el reajuste salarial de este año. Dilató una negociación que, en el fondo, aún no contempla porcentajes. Como dijo ayer un funcionario, “fue una negociación entre cortados y necesitados”.

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