Por LA GACETA
13 Diciembre 2019
Los debates originados alrededor de la eliminación del cupo en el acceso a la carrera de Medicina y la decisión de habilitar el ingreso irrestricto han llevado a un nuevo planteo acerca de los valores de la enseñanza que prioriza el valor del esfuerzo. Como se sabe, han estado en juego en estas discusiones tanto las cifras de ingresos y egresos que exhibe la mencionada facultad -92% de egresos, en comparación con el 17% del promedio del resto de las facultades- como los riesgos de pérdida de calidad que puede generar el repentino ingreso masivo de estudiantes en un sistema que no está preparado para ello.
Al respecto, el médico Manuel Brahim expresó sus temores de que los indicadores de nivel de la carrera cambien. “Hasta hoy egresaban 290 alumnos del los 300 que habían ingresado. Ahora egresarán 150 de los 2.000 inscriptos, como pasa en las otras carreras”, dijo. Su postura, compartida en general por los médicos, ha sido, no obstante, cuestionada por otros profesionales, como la decana de Psicología, quien dijo que “no tenemos que confundir excelencia académica y resultados con restringir el ingreso”.
La cuestión ha quedado planteada en función de las cifras expuestas, puesto que en ningún momento se ha puesto en duda el rendimiento académico en una carrera de las consideradas de riesgo –por tratar específicamente con la salud humana-, sobre las cuales la Coneau ejerce un severo control de auditoría. Esto se ha logrado porque se encontró el camino para la excelencia en un marco de restricciones presupuestarias. En la sesión del Consejo Superior, se han expuesto los temores de que estas características puedan decaer, si no se arbitran los medios para un adecuado cambio de paradigma que logre mantener esas virtudes.
Al respecto, cabe sostener a rajatabla el valor del esfuerzo como norte para quienes aprenden en cualquier ámbito, y con mayor razón en una carrera que necesariamente debe ser de exigencia . “Los chicos tienen derecho a ser exigidos”, ha dicho Guillermo Jaim Etcheverry, autor del libro “La tragedia educativa”, médico y ex rector de la Universidad de Buenos Aires, quien ha enfatizado en las dos últimas décadas en la cultura del esfuerzo y en la necesidad de que la sociedad argentina confíe en la exigencia y en la búsqueda del mérito en el aprendizaje antes que en las certificaciones. “El hecho de exigir habla de una confianza en que tiene la capacidad de mejorar, de dar más y de superarse”, dijo, en referencia, primordialmente, a la educación primaria y secundaria, pero consciente del impacto que tiene esto en la educación superior.
Esfuerzo se opone a resignación y con él se están transmitiendo valores como disciplina, paciencia, perseverancia, sacrificio y tolerancia. De ello pueden dar cuenta las historias de ejemplos universales como el científico Stephen Hawking –que superó las mayores adversidades- o el tenista en silla de ruedas Gustavo Fernández.
El cambio en el acceso a Medicina abre un panorama que se debe atender con atención, primero en lo inmediato, con el ingreso de 2020, en el que habrá examen con 6 para los acaso 4.000 aspirantes a un sistema que hoy tiene capacidad para 360 ingresantes. En 2021 el sistema deberá estar listo para recibir a todos. La excelencia en el aprendizaje y en la práctica médica deberá seguir marcada por la cultura del esfuerzo, que ayuda a construir una sociedad mejor.
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