Cuando “La Máquina” de River perdió en Tucumán

Cuando “La Máquina” de River perdió en Tucumán

Un combinado local le ganó 2 a 1 en su visita de 1943; unas 20.000 personas en Atlético.

MULTITUD. Unas 20.000 personas colmaron el estadio de Atlético. MULTITUD. Unas 20.000 personas colmaron el estadio de Atlético.
03 Noviembre 2019

“Un público numerosísimo como nunca se vio en canchas del fútbol locales, que puede calcularse en unas 20.000 personas colmó las instalaciones del estadio del Club Atlético Tucumán. Ni la tribuna oficial ni las populares con sus amplias graderías fueron suficientes para albergar a tantos miles de aficionados, provocando ello la invasión del field por parte del público que a toda costa trataba de encontrar un lugar desde donde poder presenciar el partido a cargo de River y el combinado tucumano”. De esta manera nuestro diario presentaba el partido entre los “Millonarios”, que por entonces ya era la renombrada “Máquina” y el conjunto tucumano, que terminó con un triunfo de los locales por 2 a 1. También se agregaba que “vencer a un equipo como el de River, no es cosa fácil ni puede decirse que es algo probable en la vida futbolística nuestra” además que hubo que esperar un tiempo importante para ver un triunfo de estas características.

El partido

Habían pasado cinco minutos de las tres y media de la tarde del domingo 11 de julio de 1943 cuando comenzó a correr el balón en la cancha de Atlético. Ya estaban frente a frente ambas escuadras. El Combinado Tucumano estaba formado por Manceda (Concepción); Ramírez (San Juan) y Espeche (San Pablo); Corbalán (Concepción), Burlé (Bella Vista) y More (Concepción); Figueroa (San Martín), Barzza (All Boys), Hernández (Tucumán Central), Cisterna (Obras Sanitarias) y Apariente (Atlético). El equipo visitante, River Plate, se conformaba con: Lettieri; Vaghi y Ferreyra; Díaz, Rodolfi y Ramos; Deambrosi, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. La apertura del score se produjo a los 35 minutos y estuvo a cargo de Labruna con un tiro al ángulo, imposible de atajar por parte del arquero. Apenas cinco minutos después los tucumanos alcanzaron el empate con un gol espectacular de Cisterna, quien de espalda al arco logró darse vuelta y colocar el balón en un ángulo. Termina el primer tiempo y se van al descanso. Comenzó el segundo tiempo con ambos equipos en una disputa pareja, hasta que cerca de los 20 minutos llegó el desnivel en el resultado. La defensa de River devuelve un balón que es atrapado por Burlé quien desde 40 metros “ejecutó un violento shot alto y esquinado ante el cual nada pudo hacer Lettieri”. Pese a los esfuerzos del equipo visitante el resultado no cambió hasta el final.

La recaudación alcanzada, según nuestros cronistas, fue récord y  fue de 16.178 pesos. La trascendencia del triunfo estaba dada en que frente a los tucumanos estaba “La Máquina” que se encontraba al frente del torneo de la AFA de aquel año, pero que no pudo ganar. Aquel River fue campeón en los años 1941, 1942, 1945 y 1947. Además obtuvo la Copa Aldao en 1941, 1945 y 1947; el trofeo Adrián Escobar de 1941 y la Copa Carlos Ibarguren de 1941 y 1942.

Palabras de Liberti

Para el presidente del club visitante, Antonio Liberti, la jornada fue una fiesta y expresó que “ante todo quiero dejar bien expresada mi satisfacción por el correcto comportamiento del público tucumano, que a pesar de haber tenido necesidad de invadir la cancha para presenciar el encuentro, en ningún momento desentonó ni molestó al desarrollo del partido, conducta que prueba una vez más la cultura del pueblo tucumano”. Y en referencia al encuentro señaló que “nada tengo que objetar al triunfo logrado por el conjunto tucumano frente a los nuestros. River ha jugado como sabe hacerlo, pero es indudable que su mayor ciencia ha superado en esta oportunidad por el enorme entusiasmo de los muchachos tucumanos, a quienes felicito por la brillante perfomance cumplida”.

Por su parte, el capitán tucumano Corbalán, señaló: “Creo que con el corazón que hemos puesto todos en la lucha, el triunfo resultó una cosa lógica y más que todo, justa. Superamos en entusiasmo y en decisión a nuestro técnico adversario, convirtiendo dos goles que no pueden merecer objeción alguna, por ello considero que la victoria lograda es merecida, pues todo el equipo actuó a conciencia sin desfallecer en ningún momento”.

Por el equipo “millonario” habló Rodolfi, quien reconoció la buena labor realizada por los tucumanos y señaló: “Estoy ampliamente satisfecho del desarrollo del partido, ya que considero que el culto público tucumano debe haber quedado contento con el espectáculo”. Y agregó: “El combinado tucumano ha jugado en gran forma, de tal manera que no puedo hacer objeciones al triunfo. Creo, sin embargo que de acuerdo con el ritmo del partido, merecimos algo más, pero con ello no quiero restar mérito a la victoria tucumana. Tan es así que me apresuro a felicitar en nombre de todo el equipo al combinado tucumano, donde he podido apreciar figuras de grandes condiciones, especialmente el guardavalla que estuvo hecho un coloso”.

Los visitantes llegaron el día anterior y durante su estadía recibieron todo tipo de agasajos por parte de las autoridades futbolísticas tucumanas. Visitaron varios edificios de nuestra ciudad, entre ellos la Casa Histórica de la Independencia. Por la tarde aprovecharon para realizar un paseo en automóvil por San Javier y Villa Nougués. A su regreso visitaron la sede del club San Pablo, donde le ofrecieron un lunch. Más tarde fueron recibidos en el club Concepción de Banda del Río Salí.

En los días previos, nuestros cronistas reconocieron la buena idea de conformar un equipo local con lo mejor de la Federación Tucumana y la Asociación Cultural.

Obras en el estadio

El encuentro entre el equipo tucumano y los riverplatenses les permitió a los “Decanos” inaugurar una serie de obras en su estadio. Entre las nuevas comodidades se inauguraron seis vestuarios, “destinados tres para el equipo local, dos para el visitante y uno para el referee, dotados todos ellos con agua fría y caliente”. Y la gran novedad fue la inauguración del “túnel de salida” para los jugadores, que partiendo de los vestuarios “desembocase directamente en la cancha”. Además se destacaba que con estas obras “un aislamiento completo de los jugadores con respecto al público”.

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