Nicolás Agulló: un regreso con música y empanadas

Nicolás Agulló: un regreso con música y empanadas

El joven director, oriundo de Concepción y radicado en París conducirá mañana la Orquesta Estable.

Nicolás Agulló: un regreso con música y empanadas LA GACETA / FOTO DE ROBERTO ESPINOSA

“La música de Mozart me habla de felicidad, alegría, diversión, jovialidad… no busca de entrada, no pretende la profundidad pero es profunda. Durante muchos años se la ha considerado frívola, hasta la primera mitad del siglo XX, en esa simpleza o en esa concisión de los gestos hay algo que es sublime que nos puede tocar hasta lo más hondo, siendo simple y divertida, es realmente la obra de un genio”, sostiene el director Nicolás Agulló, que este jueves, a las 21, en el teatro San Martín, dirigirá la Orquesta Estable, actuando como solista la flautista Yamila Maleh. Se escuchará la Obertura de “La flauta mágica” y el Concierto en Re mayor para flauta, de Mozart, y la Quinta Sinfonía, de Beethoven. La entrada es gratuita.

Oriundo de Concepción, el músico de 34 años vive en Francia desde 2010; actualmente, es director titular del Coro y Orquesta de Grandes Écoles, una institución independiente que existe hace 35 años. En junio ganó un concurso para desempeñarse como director de la Orquesta de la Sorbona con mandato por cuatro años que comenzará en septiembre del año que viene hasta 2024, y es uno de los directores en la Philharmonie de Paris.

- El concierto para flauta en Re es exigente para el solista por sus dificultades técnicas.

- Es complejo porque originariamente fue un concierto para oboe en la tonalidad de Do. Cuando Mozart estaba en París en 1777 recibe el encargo de componer tres conciertos de flauta, pero compone uno solo, en Sol mayor, y para el segundo, transcribe en Re mayor el de oboe que ya lo tenía hecho, por ende, presenta algunas problemáticas técnicas para la flauta, se nota que es porque está adaptado, el genio de Mozart hubiera sabido usar la flauta de otra manera. Creo que las tonalidades tienen una significación emocional, psicológica.

- La Quinta es la sinfonía más popular de Beethoven, incluso para un público que no sabe quién fue, ¿a creés que se debe?

- Beethoven es lo más cercano a uno, así como Mercedes Sosa es la representación de la voz de nuestro pueblo o de toda una América, Beethoven ha pretendido y ha logrado ser la representación de las voces de grandes partes de nuestra representación mundial. Sus gestos, su construcción musical y el esfuerzo que se nota atrás para llegar a esa manera de decir, es algo muy cercano a uno. El no sueña con el gran arte haciéndolo, no celebra la copa, está trabajando el metal y lo que a uno le llega es algo absolutamente glorioso.

- ¿Qué presencia tienen los compositores argentinos en tu repertorio?

- Los interpreto con frecuencia; sin pretender ser un embajador musical, trato en la medida de lo posible de mechar siempre una obra. Este momento tiene que ver con Piazzolla, este año dirigí en otras óperas de Francia la operita “María de Buenos Aires”, con libreto de Ferrer, y estamos haciendo una gira. Estuvimos en Estrasburgo, en Friburgo, la haremos en Reims, con dos solistas argentinos y una uruguaya. Fue filmada por el canal Arte en Estrasburgo y saldrá ahora en noviembre.

- ¿Qué sensación te genera dirigir en el pago? ¿Qué te interesa estéticamente lograr de una orquesta?

- Me interesa compartir con la orquesta porque ella también forma parte de mi formación; a este repertorio ya lo he dirigido varias veces, pero yo sigo aprendiendo con cada orquesta. He propuesto con la mayor humildad una versión de interpretación de la Sinfonía de Beethoven, que se puede tocar de distintas maneras, jamás pretendería venir a descubrir la pólvora. Es muy gratificante volver, siempre extraño las empanadas, desde que vivía en Buenos Aires. Y si la razón es hacer música, comer empanadas y ver la familia, para mí es la felicidad total.

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