Reporte Rural: el fundamental rol de la mujer de campo

Reporte Rural: el fundamental rol de la mujer de campo

Históricamente se asoció al hombre el desarrollo de las actividades rurales. Sin embargo, muchos y múltiples trabajos resultarían imposibles de realizar sin el aporte de la mano femenina. Muchas empresas ya tomaron cuenta de ello. Con el correr del tiempo, ellas supieron adecuar las tareas hogareñas con las responsabilidades que asumen en los campos.

Tanto en nuestra provincia como en la región del NOA tenemos una actividad agropecuaria muy diversificada. Los ejemplos sobran; y basta recorrer las rutas para observar a la vera los campos con cultivos muy diversos y muy diferentes. En Tucumán, año tras año se realizan siembras y plantaciones de cultivos muy variados, con superficies que van cambiando de acuerdo a las necesidades y al mercado al cual va dirigido.

Actualmente se cultivan aproximadamente 273.000 ha de caña de azúcar, 42.000 ha de cítricos, 200.000 ha de soja, 70.000 ha de maíz, 100.000 ha de trigo, 20.000 ha de garbanzo, 18.000 ha de porotos, 8.000 ha de papa, 1.200 ha de arándanos. Esto, sumado a otros cultivos hortícolas, frutillas y pasturas, y campos ganaderos mixtos; y cabañas de envergadura, con genética muy reconocidas.

Las actividades son diversas; y esta situación requiere del trabajo contante de empresarios, de técnicos, de profesionales de diversa índole, de cosecheros, de maquinistas, de tractoristas y de operarios varios. Día a día, todos estos realizan una gran labor para que los bienes del campo salgan y sean comercializados y consumidos en diversos mercados internacionales y nacionales, lo que permite que las riquezas del campo finalmente sean distribuidas en toda las actividades y en beneficio de la sociedad en su conjunto.

Estos ejemplos permiten visualizar la importancia del trabajo del ser humano en las actividades agropecuarias y agroindustriales de una provincia, de un país, de una región. Y en particular, desde esta sección queremos dar hoy un espacio al fundamental rol de la mujer en las actividades productivas.

Históricamente, siempre se afirmó que el trabajo del campo es duro, y que el hombre fue el pilar de su desarrollo. Pero a medida de que fue pasando el tiempo, se fue necesitando de la mano de la mujer para que muchas tareas salgan como debían y para que las actividades productivas prosperen.

En la literatura rural se dice que para que un desarrollo agrícola resulte equitativo, eficaz y sostenible necesariamente se debe reconocer de manera expresa la enorme aportación de la mujer a la producción alimentaria y agrícola y su función crucial para determinar y para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar de todo el hogar.

En todo momento resulta importante valorizar el papel de la mujer en las explotaciones agrícolas, y en el mundo rural en general. Actualmente, el mundo laboral exige -y así debe serlo- que se garantice la igualdad entre hombres y mujeres. Se trata de uno de los principios fundamentales de cualquier país moderno. Las mujeres siempre han estado presentes en el campo, aunque no se les ha tenido tan en cuenta como en la actualidad.

Algunas actividades productivas en la agricultura moderna no podrían existir sin la presencia y sin el trabajo de las mujeres. Si bien sus tareas durante la explotación suelen tener un carácter complementario, su presencia y su labor sirven para consolidar el tejido social que sostiene a su familia y al trabajo en el campo.

En las actividades agrícolas de nuestro Tucumán, la participación de estas mujeres resulta muy importante. Se destacan por la dedicación, por la capacitación y por el esfuerzo para lograr el éxito en cada una de las actividades que llevan adelante.

Realizan múltiples actividades; y tantas que muchas veces resulta muy extenso enumerarlas. Por mencionar algunas: profesionales, cosecheras, embaladoras, laboratoristas, tractoristas. También se encargan de otros servicios, igualmente específicos, como el turismo rural, la venta directa de productos de la granja, los transportes locales o las ayudas a domicilio. En todos los casos, servicios que participan de la vitalidad del medio rural, lo que les permite mantener una puerta abierta hacia el exterior.

Por delante

Sin embargo, todavía continúa existiendo una división de roles, que asigna a las mujeres el cuidado de la casa, de la salud, de la educación y de sus familias, mientras otorga a los hombres el manejo de la tierra y de la maquinaria y, en definitiva, de la parte técnica de la agricultura.

El sacrificio que implica cuidar una familia y estar en el hogar de manera presente con los hijos en muchas ocasiones torna imposible realizar, en simultáneo, actividades rurales. La mujer, sin embargo, logró adaptarse y adaptar el propio trabajo rural a sus tareas hogareñas.

Aún queda mucho por hacer y mucho camino por recorrer para que se alcance, en la agricultura y en el medio rural, la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer.

Pero está claro que el rol de la mujer en muchísimas labores y actividades del campo resulta fundamental -a veces, hasta imprescindible- para lograr un resultado productivo sustentable. Muchas empresas tienen muy en claro esta cuestión. Debido a ello, le otorgan a la mujer un lugar clave en múltiples trabajos sumamente importantes.

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