Cómo vivieron los hinchas de Atlético el regreso a la victoria

Cómo vivieron los hinchas de Atlético el regreso a la victoria

Los "decanos" coparon el Monumental que fue una fiesta durante 90 minutos.

Cómo vivieron los hinchas de Atlético el regreso a la victoria
05 Octubre 2019

¡Al ‘deca’ lo quiero, lo vengo a alentar, que esta noche tenemos que ganar!” Por imperio del horario del partido (cercano al cierre del horario laboral) y de la floja campaña del equipo, que siempre quita entusiasmo (y por qué no, la dura situación económica), poco público se vio en las tribunas al comienzo del juego en el Monumental. Pero hubo algo que no faltó de ninguna manera: el aliento. Y a viva voz. Claro, a medida que pasaron los minutos, las tribunas fueron poblándose más y más, y las gargantas alentando al equipo se multiplicaron desde los cuatro sectores del estadio.

Así comenzó otra noche de presentación de Atlético en la Superliga. Para el público no quedaba otra. La necesidad de romper con una racha negativa en resultados, el deseo de gritar un gol, la aspiración de que el equipo de una vez por todas juegue justamente como la palabra lo dice, hizo aflorar el aliento de todos.

CON MUCHA ACTITUD. Las tribunas vivieron el partido como una final. Nunca pararon de cantar y eso ayudó a que el equipo mantenga la actitud en los 90 minutos. CON MUCHA ACTITUD. Las tribunas vivieron el partido como una final. Nunca pararon de cantar y eso ayudó a que el equipo mantenga la actitud en los 90 minutos.

Con el paso de los minutos, la búsqueda del local empezaba a hacerse infructuosa. Y, como una consecuencia natural de ello, desde las tribunas empezaron a bajar algunas quejas. Cada pelota perdida, cada error del equipo, fue haciendo olvidar el objetivo del comienzo.

Pero en el fútbol hay un rey, el gol, esa circunstancia cargada de éxtasis que puede, sólo por su propia aparición, hacer olvidar enojos y penas. Así sucedió cuando a los 38’ Leandro Díaz hizo un típico tanto “de nueve”, que cambió radicamente la perspectiva e hizo renacer el aliento. A tal punto que, cuando el árbitro Nazareno Arasa ordenó el final de la etapa, los jugadores se fueron aplaudidos al vestuario. El juego no había sido brillante, pero la entrega que se había visto del local en el campo de juego justificaba el gesto de los simpatizantes.

La otra mitad

La expectativa en el entretiempo fue en aumento. Y las preguntas: ¿podría el equipo mantener su actitud ante un rival encumbrado, protagonista en la parte alta de la tabla de posiciones? Las respuestas no se harían esperar.

Atlético salió a hacerse fuerte en defensa y a salir de contra. Talleres mostró atisbos de buen manejo y las complicaciones en el fondo “decano”, sobre todo por el sector derecho, se hicieron más notorios. Jonathan Cabral les pidió a sus compañeros salir y no meterse atrás. Sus gritos se escucharon. La preocupación por aferrarse al 1 a 0 le ganó a la gente.

Pero el rey volvió a aparecer. Apareció una jugada de ataque que pudo tener a Lucas Melano como protagonista máximo a partir de un remate con destino de red, pero que el arquero Guido Herrera frustró a medias. Y entonces surgió Ramiro Carrera para tomar el rebote y volver a enrojecer las gargantes “decanas”.

Los goles tranquilizaron a todos, adentro y afuera del campo de juego.  Y aunque a poco del final Nahuel Bustos trajo un poco de angustia con su conquista, quedó la impresión de que los cordobeses ya no podrían torcer el rumbo de esta historia, que había sido escrita a puro sacrificio y esfuerzo por los jugadores locales.

El final llegó con más aliento, pirotecnia como al inicio y aplausos para los jugadores -incluso para aquellos que fueron resistidos en partidos anteriores. Una sensación quedó flotando en el estadio; con partidos así, los hinchas volverán a enamorarse del equipo.

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