Por Jorge Figueroa
03 Octubre 2019
POLÉMICOS TEXTOS. Las palabras del ex ministro de Educación Ivanissevich resuenan en la obra de Barcos. la gaceta / fotos de analía jaramillo LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Hace casi exactamente 70 años que las palabras del primer ministro de Educación de Juan Domingo Perón, Oscar Ivanissevich, provocaron una divisoria de aguas en el Palais de Glace cuando inauguró el Salón Nacional de Artes Plásticas, el 21 de septiembre de 1949. Una condena vil, aberrante contra una corriente artística. “El arte abstracto, el arte morboso, el arte perverso, la infamia del arte. Son estas etapas progresivas en la degradación del arte. Anormales, estimulados por la cocaína, la morfina, la marihuana, el alcohol y el esnobismo”. Ese duro discurso regresa ahora como poemas desglosados en la instalación de Rodrigo Barcos, en el Salón del Museo de la UNT.
Esta noche se inaugura una nueva edición del salón en el edificio de San Martín 1.545, en el que cinco artistas (entre un centenar de proyectos presentados) fueron seleccionados para la instancia final del concurso cuyo ganador se anunciará a fin de este mes. Los jurados Agustín Toscano, Cecilia Quinteros Maccióy Javier Soria Vázquez coincidieron en los nombres, pero también en un texto curioso y polémico: “Una de las principales características constitutivas del arte es su grado de evolución...”. La palabra evolución en el arte es inadmisible, desde hace décadas, porque, ¿qué significa evolución en el arte contemporáneo?
El diario La Nación informa que en 1949 no llegaban a 30 los artistas considerados abstractos. Ivanissevich combatía las vanguardias artísticas, e integrando el gabinete de Isabel Perón (en 1974) se lo acusa de haber llevado adelante la avanzada represiva en las universidades con José López Rega .
PINTURAS Y DIBUJOS. La obra es del tucumano Sandro Pereira.
“Posibilidad de un discurso” se llama la obra de Barcos, que está integrada por seis poemas. Como parte de la instalación está previsto que el discurso completo se pronuncie en la inauguración esta noche, a modo de una performance; el texto completo quedará en el atril. El proyecto es desarticular ese texto, transformar en poema una ponencia de combate.
Que el texto artístico es autorreferencial y ambiguo (según Umberto Eco) no es algo que pueda debatirse mucho en la actualidad. En esa línea de trabajo se inscribe “Sombras sobre vidrio esmerilado”, el proyecto elegido de Inés Beninca (Córdoba), que asocia olores, textos escritos de Juan José Saer y su propia opción de investigar una obra de lenta producción, de tomarse el tiempo y el silencio, dice. Cuando se ingresa al salón, ocupa la sala dos: una enorme pintura se puede observar como un decorado, un ornamento, y el óleo todavía ofrece su característico olor a aceite; precisamente, esta es una materia que demanda tiempo, que resiste a cualquier aceleración, una característica de lo contemporáneo. Unas copas rotas con agua perfumada integran esta instalación.
En el último espacio, grandes pinturas y dibujos de Sandro Pereira componen “Selva o naturaleza muerta”, que busca concientizar sobre lo tóxico en el medio ambiente, le cuenta el artista a este columnista. Telas cuelgan del techo y exhiben el verde del acrílico de un lado, y del otro, las líneas de un dibujo... ¿Figuras, naturaleza muerta? El color de la vegetación del paisaje contrasta con las imágenes superpuestas que se ven y dejan ver su revés. Un contraste preciso en cada tela, en cada lienzo. La instalación de Pereira exige un receptor activo, que sea capaz de intervenir, de tocar, de ver una y otra parte.
En este recorrido, los proyectos de Leandro Lobosco y Mariana Olivares sintonizan con crudeza en “¿De qué lado de la línea te parás?” y “Bárbara/Grasa/ Negra”, respectivamente.
Lobosco (de Buenos Aires) desafía al espectador a participar de su trabajo a través de hojas, fotografías y una simple trituradora, con la que el gesto se completa y se hace cómplice de esa acción.
En el tríptico de la sanjuanina Olivares, en una pequeña sala, con casi nula iluminación (también realizada con óleo), las palabras pesan por su carga ideológica, pero igualmente por el diseño de la tipografíaque relaciona con el art nouveau. Más allá del montaje convencional, la puesta en escena convierte este trabajo en una instalación.
Pensada como obra desde y con el espacio, las instalaciones son una dominante en esta nueva edición del salón del MUNT.
SE INAUGURA HOY
• A las 20.30, en el MUNT, en San Martín 1.545.
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