“Justicieros”: “la sociedad está cansada de esperar justicia”

“Justicieros”: “la sociedad está cansada de esperar justicia”

Edmundo Jiménez pide que el Estado cumpla con el rol que le toca.

EN PLENA TAREA. Los peritos se preparan para analizar el lugar donde murió Luis “El Sucio” Vázquez. EN PLENA TAREA. Los peritos se preparan para analizar el lugar donde murió Luis “El Sucio” Vázquez.
Por Luis Duarte y Gustavo Rodríguez 20 Septiembre 2019

En diciembre, cuando 2018 agonizaba, un crimen conmocionó a los tucumanos. Un taxista mató de cinco disparos a un joven que habría intentado asaltarlo. El caso fue una alarma que se encendió. Han pasado menos de nueve meses y las cosas empeoraron. En lo que va del año se registraron 19 casos de justicia por mano propia, tres veces más que hasta en septiembre pasado.

“No hay muchas vueltas que darle. Esto pasa porque no se le están dando las respuestas que la sociedad pide hace bastante”, indicó el ministro fiscal Edmundo Jiménez. “Si los tucumanos están asumiendo los roles que les corresponden a las instituciones es porque no cree en ellas. Ahí debemos centrar nuestras miradas”, agregó.

Jiménez aclaró que las distintas partes del Estado deben encargarse de cumplir con su función. “La Policía tendrá que hacer mejor prevención; los fiscales deberán acelerar y mejorar cualquier investigación; los jueces tendrán que condenar o absolver con mayor velocidad y la Legislatura tendrá que sancionar las leyes que sean necesarias para luchar contra los delitos. El trabajo es de todos los estamentos del Estado y no de uno en particular”, señaló en una entrevista.

Enrique Pedicone, vocal de la Cámara de Apelaciones, dijo que “se incrementaron los casos de justicia por mano propia por una sola razón: la gente no cree en una justicia lenta y que no da respuestas con sus sentencias, ya sean absolutorias o condenatorias”, expresó.

El magistrado cree que la solución llegaría cuando la Justicia sea eficiente y útil, en tiempo oportuno. “La instrucción penal preparatoria debe ser corta. Por ejemplo, en un homicidio, no más de dos meses y elevación a juicio. La prisión preventiva, de lo que muchos están enamorados, sólo hace que los testigos olviden datos precisos o se mueren o se mudan a otros lugares”, comentó.

“Retroceso cultural”

“Es alarmante saber que se han triplicado los casos de justicia por mano propia. Esta situación es grave. Que esto suceda implica un retroceso cultural de todos los ciudadanos que vivimos en un Estado de derecho. Se debe a que cada vez se incrementan más y más las situaciones de violencia”, opinó José María Molina, penalista.

“Este fenómeno se produce porque la sociedad está cansada de esperar justicia. Dejó de creer en ella por culpa de la lentitud de varios fiscales y jueces para resolver casos obvios”, añadió la penalista Natalia García Salemi.

Patricio Char, también abogado, agregó: “me parece que la raíz de este problema hay que buscarlo en la crisis social que se vive en la provincia y en el país en general. No se incrementó la presencia de bandas delictivas, sí de personas que salen a robar celulares y carteras porque no tienen para llegar a fin de mes. Como respuesta a esa situación, primero se incrementaron los linchamientos y ahora los casos de justicia por mano propia. No creo que haya más violencia, sí un recrudecimiento de la crisis social”.

Ley de la selva

Gustavo Carlino coincidió con su colega, pero añadió: “hay muchos tucumanos que al no tener trabajo y no cuentan con acceso a la educación ni a la salud, no les queda otra que delinquir. Si a este problema le agregamos que la Policía no está cumpliendo con su tarea de prevención, es lógico que se imponga la ley de la selva. Y el incremento de los casos de justicia por mano propia es una consecuencia”.

Char sostuvo que en la Justicia hay una creencia que no es la correcta. “Dictar prisiones preventivas no es darle una respuesta a la sociedad. Lo que se debe hacer es acelerar las investigaciones para que un imputado vaya lo más rápido a juicio. Eso es lo que realmente sirve”, explicó.

“El accionar de la Justicia en ciertos puntos suele ser rápida, pero por ahí, es desmedida en situaciones particulares. Hay casos que claramente justifican el accionar de la víctima frente a un hecho. En estas causas, la visión debería ser distinta y no dejarse embadurnar por los dichos de las personas que delinquen”, comentó Molina.

Relaciones

“La violencia está escalando en la sociedad”

“La violencia está escalando en la sociedad. Pero trabajamos para acercarnos a los barrios y frenar este problema”, dijo ayer Luis Ibáñez. El secretario de Seguridad planteó este pensamiento para explicar el aumento de los casos de justicia por mano propia, registrados en la provincia. “La intolerancia y la violencia social van en escalada, ni siquiera quieren ser controlados por policías viales o municipales en las calles”, enfatizó. El funcionario resaltó el avance del programa “Relaciones con la Comunidad”, que busca bajar los índices de violencia y reconstruir el tejido social. “Si bien lo iniciamos en pocos barrios, está dando resultado porque la gente convive con el policía y se van conociendo las costumbres de la zona. Un caso es La Costanera, pese a hechos puntuales”, dijo.

Leyes

Cuándo una persona actúa por defensa propia

La figura de la legítima defensa está contemplada en el artículo 34 del Código Penal argentino y establece las distintas circunstancias en las que algún delito no es punible. El inciso 6° de ese artículo es el que dice que no se puede penar al “que obrare en defensa propia o de sus derechos”, aunque aclara que ello se da “siempre que concurrieren las siguientes circunstancias: a) agresión ilegítima; b) necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; c) falta de provocación suficiente por parte del que se defiende”.
En caso de que la justicia considere que alguno de estos tres supuestos no se dé y que exista en el hecho un “exceso en la legítima defensa”, el artículo 35 del Código Penal determina que corresponde la pena fijada para el delito por culpa o imprudencia, que en el caso del homicidio es de seis meses a cinco años de prisión.

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