16 Junio 2019
Con el fallecimiento ayer de Franco Zeffirelli, a los 96 años, se dice adiós al último gran sobreviviente de una etapa dorada del cine mundial, a la cual el director italiano le aportó elegancia, estética y un tratamiento de los grandes clásicos (principalmente, las obras de William Shakespeare) con el que les imprimió popularidad y consumo masivo en cine y teatro.
Autor de filmes clásicos y de grandes puestas de ópera (otra de sus pasiones), su visión de escenógrafo marcó fuertemente sus puestas en vivo y en la pantalla grande. Se codeó con los actores más representativos de la segunda mitad del siglo pasado, como Elizabeth Taylor, Richard Burton, Laurence Olivier, Alec Guinness, Faye Dunaway y Jon Voight, pero los críticos lo ubicaron siempre en la segunda línea de los cineastas italianos, detrás del podio que ocupaban Federico Fellini, Luchino Visconti y Vittorio De Sica. Sus producciones musicales incluyeron a cantantes del talento de María Callas, Plácido Domingo, Joan Sutherland, Luciano Pavarotti, Renata Scotto y José Carreras.
“Se fue uno de los hombres más grandes de la cultura mundial”, publicó en Twitter el alcalde de Florencia Darío Nardella, ciudad donde nació el director el 12 de febrero de 1923. “Adiós querido Maestro, Florencia nunca te olvidará”, agregó. El viceprimer ministro italiano, Luigi Di Maio, dijo que Zeffirelli “seguirá en los corazones y la historia de este país”.
En una entrevista de 2013, con motivo de su cumpleaños número 90, dijo que el público lo recordará por sus películas “Romeo y Julieta”, de 1968 (nominada al Oscar a mejor producción y mejor dirección), y “Hermano Sol, hermana Luna”, su tributo a San Francisco de Asís de 1972; y por la miniserie de televisión “Jesús de Nazaret”, de 1977.
En 1994 Zeffirelli, quien dirigió varias producciones en el Covent Garden de Londres, fue nombrado caballero por la Reina Isabel II por sus “valiosos servicios a las artes británica”.
> Los hitos de una vida intensa
Sus comienzos.- Franco Zeffirelli (Gianfranco Corsi era su nombre real) dio sus primeros pasos en el cine como ayudante de dirección de Luchino Visconti en “La tierra tiembla” (de 1947), “Bellissima” (1951) y “Senso” (1952). Debutó en la dirección en 1957 con la comedia “Camping”, protagonizada por Nino Manfredi. Su devoción por William Shakespeare se evidenció en “La mujer indomable”, una versión de “La fierecilla domada”, con Richard Burton y Elizabeth Taylor (1966) y “Romeo y Julieta”, con Michael York y Laurence Olivier (1968). De su etapa en Estados Unidos surgieron “Campeón”, con Jon Voight, Faye Dunaway y Nicky Schrodeer (1978) y “Amor sin fin” con Brooke Shields (1981), entre otros, mientras que retrató su infancia en “Té con Mussolini” (1999). Fue nominado dos veces al Oscar: como mejor director por “Romeo y Julieta” y a mejor dirección de arte por “La traviata” (1982). En paralelo al cine, desde 1964 era regisseur de ópera y director teatral en los principales escenarios mundiales.
Católico y homosexual.- Los dos grandes amores que tuvo el director italiano, según confesó en su “Autobiografía” publicada hace 16 años, fueron Visconti y María Callas. Católico devoto y homosexual, reveló en el libro que fue seducido por un sacerdote cuando era adolescente, pero negó que haya habido violencia. Odiaba la palabra “gay”, a la que calficaba de “indecorosa”. “Ser homosexual conlleva un gran peso de responsabilidad y difíciles elecciones sociales, humanas y culturales”, sostuvo en declaraciones periodísticas.
Político conervador.- Durante la Segunda Guerra Mundial, fue parte de la resistencia armada italiana contra el fascismo y combatió al nazismo como parte del regimiento escocés (servía de traductor). El artista se definió conservador por “desesperación anticomunista”, integró el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, y fue parte del Senado en representación de Catania entre 1994 y 2001, dentro del bloque de la derecha.
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