Por Jorge Figueroa
14 Mayo 2019
DEFINICIONES. El artista problematiza sobre las imágenes y reflexiona sobre los cuerpos, a través de la liviandad, transparencia y libertad.
“Me parece que el dibujo deriva del cerebro al lápiz, es lo importante. Dibujo con varios lápices y con ambas manos”, reflexiona el artista Ricardo Abella, agregando que pinta líneas con efecto de color.
Hace algunos años su rutina anual era viajar de Suiza a Buenos Aires y de allí a Tucumán, pero ahora cubre dos ciudades y dos países (además de otros de Europa). “No había ya presupuesto en la Universidad Nacional de San Martín donde dirigía el área de artes visuales, así que terminé jubilándome. Pero todavía me invitan a dar seminarios”, cuenta, mientras le consulta a su esposa Franciska (ubicada en otra mesa del bar) un dato sobre Friedrich Nietzsche.
Ha tomado del filósofo alemán la idea de que la danza es una metáfora del pensamiento. En su investigación, ha sido este el punto de partida para la exposición que se inaugura mañana a las 20 en El Taller (Santa Fe 240), titulada “La danza. ¿Qué es un cuerpo?”.
Y tenía que ser sobre la danza, cuenta entusiasmado, “porque en los 60 veníamos a este caserón donde funcionaba una academia de baile de Rosita Remonda, que era familiar”, evoca.
Dibujos de la danza, objetos de pequeño formato, de 20 x 20 cm ubicados sobre pedestales; estampas colgadas, con una luz que permite observarlas translúcidas e incluso algunas obras enmarcadas sobre la pared.
Abella, pintor, dibujante, grabador, escultor nacido en esta ciudad, en 1978 fundó con otros artistas (Tomatis, Peralta, Quiroga y Salvatierra, a los que se agregará luego Figueroa) el Grupo Norte, con la intención de desarrollar la acción y la reflexión -desde el arte- en torno a los mitos y a la realidad social que vivían la provincia y el país en los tiempos del proceso militar.
Desde que se fue a Suiza tomó contacto directo con lo que hacen los artistas en gran parte del mundo. Responde, en ese sentido, que “lo que hay en todas partes está aquí”. “Hay mucho arte objetual en Tucumán”, caracteriza.
- Con el dibujo trabajás un género que pocos hacen en la actualidad.
- Es la huella del lápiz, una traza del gesto... Hay mucha similitud con la danza, no la obediente que tanto respeta la coreografía, esa danza de tipo militar. Le preguntaba a Oscar Araiz sobre la coreografía y me decía que lo primero que hacía es dibujarla con el lápiz. Creaba un boceto coreográfico y lo dibujaba. Por eso digo que esto no es un dibujo de la danza, porque que el arte habla de lo que no está. Trabajo en un dibujo performático. Para mí el rasguido del lápiz sobre el papel tiene mucho sonido y una gran información que necesito escuchar.
- Vi algunas figuras de esta exposición y parecían tan frágiles...
- Intangibles sí; van a esa desmaterialización, hay en ellas liviandad, son ligeras, ingrávidas. Pero hay una gran tradición en el dibujo argentino en cuanto a que no hay un contorno cerrado sino una línea abierta. Fijate en Carlos Alonso, Castagnino y Spilimbergo, en algún momento de la figura, no hay cierre; en esa trama o tejido que traza en el dibujo están abiertos los límites, no hay cierre, insisto. Es como no decirlo todo. Hay espacios y personajes ambiguos. Me interesa eso de crear espacios más que los objetos.
- Trato de asociar palabras con esas figuras de la danza.
- Son reflexiones del cuerpo, antes que nada. Liviandad, libertad, fragilidad, ingravidez (es lo que la despega del suelo), transparencia, levedad. Siempre me interesó la figura humana, pero su imagen como una referencia, no como la búsqueda de una identidad. Me interesa problematizar sobre la imagen, provocar interrogantes. A veces trabajo las dos partes, porque ves eso, son dos caras, no el anverso y el reverso; son los puntos de vista.
- ¿Qué te interesa del arte que ves en la actualidad?
- Lucian Freud y el despojamiento de Joseph Beuys, artistas que son muy diferentes. Te digo que lo que veo aquí está en todas partes del mundo... Está muy arraigado el objeto como tal en esta ciudad, pero digo el objeto como objeto, no como símbolo. En Europa, en tanto, la tendencia más fuerte es volver a la idea pura. Recuperar un poco el principio platónico de la idea.
- Leí algunas reflexiones tuyas sobre esta exposición.
- Sí, es una serie de trabajos sobre la imagen del cuerpo y el cuerpo de la danza. Pienso que el dibujo y la danza están como lugar del pensamiento del cuerpo. La danza se corresponde con la idea nietzscheana del pensamiento como devenir.
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