Sin agua es imposible la vida en la Tierra

Sin agua es imposible la vida en la Tierra

Nuestro planeta contiene más de 1.000 millones de billones de litros de H2O, pero muy poco de ese volumen se puede beber, ya que más del 97% del agua en la Tierra es salada. Dos tercios del agua dulce están retenidos en glaciares y capas de hielo polar. De lo que queda, la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos.

El agua dulce es un recurso vital para la vida de todo el planeta y no existe en la Tierra ningún ser vivo que pueda sobrevivir si le llegase a faltar por un cierto período de tiempo.

El agua es vital, porque es el constituyente principal de las células vegetales y animales, y si este elemento falta o no tiene un adecuado nivel dentro de la célula no es posible que se produzcan reacciones químicas y de síntesis vitales para la vida.

Es por ello que cuando el agua empieza a faltar en la célula se detiene el crecimiento de una planta por ejemplo, y la síntesis de diversos productos elementales para la célula se paraliza, no hay multiplicación celular y, finalmente, si es grave la falta, la célula se deshidrata y muere.

El agua es vital, y en el mundo es una cuestión de Estado. No por ello se instituye el 22 de marzo como el Día Internacional del Agua, por lo que todos los medios de comunicación informaron sobre la necesidad de realizar un adecuado uso del agua dulce en todos los sectores de la población mundial, ya que este recurso es cada vez más escaso.

Las informaciones a las que se puede acceder hicieron referencia a la importancia de este recurso y a los graves problemas que sufren los países donde el agua es tan escasa, que no hay ni siquiera para beberla. Casi dos millones de personas se mueren al año por falta de agua potable, y es probable que en 15 años la mitad de la población mundial viva en áreas en las que no habrá suficiente agua para todos.

Nuestro planeta contiene más de 1.000 millones de billones de litros de H2O, pero poca se puede tomar, ya que más del 97% del agua en la Tierra es salada. Dos tercios del agua dulce está retenida en glaciares y capas de hielo polar. De lo que queda, la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos. El agua que usamos no sólo se la necesita para tomar, ya que casi todo lo que se hace en el mundo involucra al agua de alguna manera. Es difícil imaginarse cuán alto es el consumo individual, si uno sólo piensa en lo que toma o lo que gasta duchándose o lavando la ropa. Pero hay un uso “escondido” que la gente poco conoce. Es el agua que se necesita para cultivar la comida que comemos y hacer los productos que usamos y consumimos.

El agua es un recurso indispensable para la vida humana, animal y vegetal de todo el planeta, y por lo tanto países donde es un recurso limitado y difícil de obtener y de mantener, utilizan toda la inteligencia humana para que su obtención, almacenamiento, conducción y distribución sea lo más eficiente posible, generando con ello ahorrar grandes sumas de dinero, pero por sobre todo agua.

Hay países que son ejemplo de inversión y uso responsable del agua, que invierten como Estado grandes sumas de dinero para poder disponer del recurso que genera grandes riquezas, pero por sobre todo vida, y las instituciones y empresas dedicadas a la producción agrícola ganadera usan muchas horas de trabajo en determinar cuál es la forma más eficiente de hacer un adecuado uso del agua.

Como dijimos, el agua dulce para uso humano, agrícola ganadero e industrial está disponible de diversas maneras en todo el mundo: las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea, son las más comunes de ver en todo el planeta y el hombre para usarla realizó obras como diques embalses, diques niveladores, tomas de río, represas, o perforó el suelo en busca de este recurso.

La falta de agua permanente o temporal hace que todo lo relacionado a la producción agrícola ganadera se encuentre totalmente acotada, y que se deba recurrir a usar la inteligencia para colocar el agua en el momento y en la cantidad justa que un sistema productivo necesita para progresar.

En nuestra provincia, y en muchas otras zonas de nuestro país, sufrimos durante diversos años fuertes sequías estacionales que perjudicaron a diferentes cultivos y pasturas para la alimentación de ganado. Cuando falta el agua se deben realizar los esfuerzos necesarios para aprovechar el recurso que corre por nuestros ríos, por nuestro subsuelo, y también aprovechar el agua que cae del cielo en la época de verano, para que al momento de necesitarla por faltante por lo menos tengamos algo disponible, y que los daños no sean cuantiosos, y cuando llueve intensamente debemos tener hechas todas las obras de desagües y sistematización necesarias para evitar daños. Al agua hay que cuidarla en todo el sentido de la palabra, desde no dejar una canilla goteando a no dejar que el agua corra con calle, arroyos o ríos sin darle un uso o almacenamiento adecuado, usándola de manera eficiente en los cultivos, realizando las inversiones necesarias para la readecuación y reutilización de aguas residuales u efluentes, para evitar la contaminación de las aguas limpias e innumerables sistemas y procesos en el manejo del agua que hacen eficiente su utilización en toda la comunidad.

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