Buscan a un taxista que habría matado de un balazo a una adolescente en “La Bombilla”

Buscan a un taxista que habría matado de un balazo a una adolescente en “La Bombilla”

Un grupo de jóvenes oyó que llegaba el auto, luego los disparos, y después ayudaron a la jovencita herida, que murió en el hospital.

LA VÍCTIMA. Priscila Alanís tenía 15 años y murió cuando volvía de bailar.  LA VÍCTIMA. Priscila Alanís tenía 15 años y murió cuando volvía de bailar.
05 Marzo 2019

“Si Me Voy Al Infierno Que Sea X Cabrona Y No Pendeja. Mejor que Nunka”, posteó en Facebook Priscila Alanís el domingo cerca de las 20. Cinco horas después, la adolescente de 15 años fue ultimada de un balazo por un taxista en la puerta de su casa, en el corazón del barrio Juan XXIII (“La Bombilla”) que huyó luego del lugar sin que nadie pudiera identificarlo.

“Ella se había ido a esa hora a bailar a Central Córdoba. Quería ir a bailar al recital de ‘La Mona’ Jiménez. Se preparó y se fue sola a disfrutar de una de las cosas que más le gustaban”, reveló llorando Analía Alanís, tía de la víctima. “No sabemos qué pasó. Sentimos los disparos cerca de la 1, pero no vimos a nadie. Escuchamos una acelerada y nada más. Después nos enteramos de que la habían herido gravemente”, agregó.

Habían pasado cerca de ocho horas del mortal ataque y en el barrio nadie parecía estar preocupado por lo que había sucedido. Por las calles, destruidas y con acequias formas con líquidos cloacales, sólo caminaban los que seguían cautivos del diablo del carnaval o los jóvenes adictos que parecían, por su andar, una especie de zombis. “El problema es que por ser una chica de este barrio todos la mirarán mal, sin importar lo que haya pasado”, agregó una mujer que se encontraba en la puerta de la casa de la adolescente.

EL LUGAR. El mortal ataque se produjo en la casa de la puerta de la joven, en el corazón de “La Bombilla”.  EL LUGAR. El mortal ataque se produjo en la casa de la puerta de la joven, en el corazón de “La Bombilla”.

Hasta el momento se sabe que Priscila, después de salir de Central Córdoba, tomó un taxi en las adyacencias del club. El vehículo, que sería un Chevrolet y que tendría licencia de otra ciudad, ingresó al barrio y se detuvo en Juan José Paso al 2.200, donde residía la jovencita.

“Había un grupo de chicos en la esquina. Dicen que no vieron nada, sólo que llegaba el vehículo. Luego escucharon los tiros y que Priscila escapó hacia donde estaban ellos. Al verla herida, la cargaron en una moto y la llevaron hasta el hospital Avellaneda. Los médicos poco pudieron hacer para salvarla. Murió al ratito”, explicó Leila Farías, prima de Priscila.

En un principio, por las heridas que tenía en su cuerpo, los policías pensaron que había recibido más de un disparo. Pero luego de que la revisara el médico de policía, se comprobó que un proyectil calibre 22 le atravesó el brazo izquierdo, ingresó por el tórax y salió por la espalda. En el lugar se encontraron evidencias de que se produjeron al menos tres disparos de una misma arma.

Teorías

Los investigadores de la División Homicidios, al mando de los comisarios Diego Bernachi y Jorge Dip, manejan tres hipótesis sobre el móvil del crimen y en todas está involucrado el conductor del auto. La primera es que Alanis pudo haberse negado a pagar el viaje que realizó y, después de haber discutido, el chofer le disparó. La otra es que la adolescente podría haberle pretendido robar o que lo llevó al barrio para que lo asaltaran sus supuestos cómplices, que podrían ser los jóvenes que estaban en la esquina y que fueron quienes la auxiliaron. La última es que el chofer la haya conocido y que se trate de un femicidio.

Los familiares negaron cualquiera de esas tres hipótesis. “Son todas mentiras. Lo más fácil que a ella la acusen de haber cometido algo malo. Pero nada que ver. Ella no tenía ningún problema con nadie y no era una ladrona, como saldrán a hablar ahora”, explicó la tía. La prima agregó: “ella estaba de novia con un chico de Villa Luján al que le avisamos lo que había sucedido. Él no tiene nada que ver en este caso, y el chofer no era conocido de ella”.

Los familiares de Priscila reconocieron que no estudiaba ni trabajaba. “Era una persona muy alegre, y como cualquier chica de su edad, sólo quería pasarla bien. Era muy conocida en el barrio por su simpatía; no era mala ni tenía problemas con nadie. No merecía haberse ido así”, dijo Leila Alanís.

El domingo 25, una semana antes, Priscila también había escrito en Facebook: “viviendo la vida, porque después de esta no hay otra”.

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