El cirujano tucumano se reencontró con el competidor al que operó en una carrera

El cirujano tucumano se reencontró con el competidor al que operó en una carrera

Rodríguez atendió a Olsrud en México en 2016; ayer se volvieron a ver.

EN MÉXICO. Henning, recién operado por Jorge, corre con él a su lado.  EN MÉXICO. Henning, recién operado por Jorge, corre con él a su lado.

“¡Jorge!” El grito con acento nórdico se escuchó en las calles de Lensahn, en Alemania. El Jorge en cuestión (Rodríguez, para mayores datos), volvía ayer desde el supermercado a la escuela donde están alojados quienes asistieron en el Mundial de Triatlón en Ultradistancia. Henning Olsrud, el autor de la exclamación iba saliendo del lugar. Se miraron y sonrieron. Y vino un abrazo.

El triatleta concepcionense y el noruego cerraban así un círculo que comenzó a trazarse en octubre de 2016 en México, en el quíntuple Ironman de León. Desde entonces no se habían vuelto a ver. Intercambiaron mensajes, se contaron cómo seguían sus vidas, pero de estar juntos en una competencia deportiva, nada.

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Un tucumano le reconstruyó la cara a un competidor en medio de una carrera

El deporte (y el destino) cruzó la vida del médico cirujano, profesor de educación física y atleta con la de su colega europeo. Y fue un gesto solidario, espontáneo y profesional del concepcionense hacia noruego el que dio la vuelta al mundo. Ambos disputaban el último día del Ironman. Olsrud se cayó de su bicicleta en un barranco y se golpeó la cara hasta quedar desfigurado. Minutos más tarde, Rodríguez también se cayó; al llegar a una clínica para curar las heridas en sus piernas, supo que el nórdico estaba en el quirófano, pero que no había un cirujano que lo operara. No lo dudó: pidió permiso, se lo concedieron, y con la ropa de competición, se puso guantes, cofia y barbijo y comenzó la intervención. Lo llamativo es que ambos siguieron luego en competencia y llegaron a la meta, el herido con un vendaje especial.

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Por ese gesto, el Comité Internacional de Fair Play decidió otorgarle a Rodríguez el año pasado la máxima distinción posible, con lo que se convirtió en el primer argentino en obtener el trofeo Pierre de Coubertin.

“El encuentro fue muy cálido, emotivo. Pese a que dicen que los nórdicos son fríos, Henning es muy afectuoso, y agradecido. Es más, se puso muy contento de estar aquí y de este reencuentro. Después de esa primera charla, convinimos en ir a correr y a andar en bicicleta, pero mucho no pudimos hacer porque hacía muchísimo calor. Más tarde también cenamos. ¡Hablamos de todo! Nos comunicamos en inglés. Me dijo que nunca necesitó de cirugías extra después de la que yo le practiqué”, contó Rodríguez.

El concepcionense contó que el noruego le dijo que tiene un hijo de un año, Edward, que él viajó a Alemania acompañado por su mujer Cristina y de su hermano ‘Tommy’, además de amigos. “Entre ellos estaba Viktoria, la amiga que lo ayudó cuando se accidentó en México. Él es un gran atleta. El año pasado ganó el triple Ironman en Lituania y este año el doble Ironman de Florida. En Lensahn tratará de estar en los cinco mejores, mientras que yo sólo me planteo ¡llegar entre los 20, si no me deshidrato antes!”

Rodríguez se costeó sólo el pasaje y la estadía para participar de la prueba internacional. En la competencia, que hoy se inicia (ver destacado), contará con el apoyo de un amigo dinamarqués, Per Johansen, que también compite. “Pero también los amigos de Henning me dijeron que me van a dar una mano. En verdad que son personas excelentes.”

Ante un desafío “en el que pienso darlo todo”, según dijo el triatleta tucumano, para él la experiencia ya empezó más que bien. Efectos directos de haber hecho del juego limpio un credo.

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