Un reportaje a Bascary, el primer gobernador radical de Tucumán

Un reportaje a Bascary, el primer gobernador radical de Tucumán

JUAN BAUTISTA BASCARY. Le complacía recordar que, en la adolescencia, había trabajado como “basculero” de caña. JUAN BAUTISTA BASCARY. Le complacía recordar que, en la adolescencia, había trabajado como “basculero” de caña.

En 1921, la revista porteña “Caras y Caretas” publicó un reportaje al ex gobernador de Tucumán 1917-1920 y primero de la UCR, Juan Bautista Bascary, firmado por Juan José de Soiza Reilly. Cuando el periodista le pidió datos biográficos, Bascary le dijo: “He sido peón. Y crea que no me arrepiento de haberlo sido, puesto que desde abajo se estudia mejor a los que están arriba”.

Recordaba que su padre trabajó “labrándose una fortuna”, pero “reveses de la suerte lo voltearon. Su honradez le obligó a poner todos sus bienes en manos de sus acreedores. Yo era entonces muy joven. Tuve que dejar el colegio, abandonando mis libros, para cargar bolsas de azúcar. Mi intención era ganar dinero, a fin de pagar las cuentas de mi padre. Don Lucas Córdoba me dio un puesto de ‘basculero’ y con eso y mis comisiones de corredor de caña, logré pagar hasta el último peso”.

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Recordaba que después de esa etapa, “quise dedicarme a vender azúcar”. Y “cuando me gané varios cientos de miles de pesos vendiendo azúcar, la gente me hacía grandes reverencias, dándome el lado de la pared y diciéndome: ¡Adiós, doctor! Antes me llamaban Bautista a secas. Desde entonces empezaron a llamarme doctor. ¡Yo, doctor! ¡Yo, que en la angustia en la lucha por la vida, había aprendido muchas cosas que no todos los doctores saben!”. Y más adelante, “cuando entré de lleno en la política y me eligieron candidato a gobernador, algunos se asombraron. ¡Pero qué barbaridad! ¡Este Bautista es medio loco! ¡Qué va a ser gobernador!”. Y cuando fue elegido gobernador, decía “ya no me daban solamente la pared y el título de doctor. Para vengarse de mi triunfo -del triunfo de mis ideales democráticos- para achicarme me llamaban: ¡Peón! ¡Vendedor de azúcar! Fue entonces que experimenté el orgullo de mi nobleza y la vanidad de estas condecoraciones”...

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