RCP: maniobras simples que marcan la diferencia entre la vida y la muerte

Ya hay más de 15.000 tucumanos capacitados para hacer reanimación en caso de accidentes

HOMENAJE EN 2017. Miguel Ruiz, de uniforme y con Adabella -la pequeña que salvó- en brazos, junto al padre de la niña y su hermanita. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL.- HOMENAJE EN 2017. Miguel Ruiz, de uniforme y con Adabella -la pequeña que salvó- en brazos, junto al padre de la niña y su hermanita. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL.-

Lunes 15 de agosto de 2016. La tranquilidad del feriado se interrumpe con un grito de desesperación.

“Ayuda por favor. No respira. Se va a morir”. El hombre corre con una nena en brazos. Sólo espera un milagro. Miguel Ruiz, un policía que ese día estaba haciendo un recorrido por el barrio Municipal de Concepción, no olvidará jamás esa escena. Se transformó en un segundo. Corrió hacia el lugar. La niña, Adabella, no tenía signos vitales, estaba pálida y fría. “Lléveme al hospital, por favor”, suplicaba el papá. “No hay tiempo”, contestó el agente. Puso a la pequeña en el suelo y comenzó a hacerle masajes cardíacos. Luego, respiración boca a boca. Una y otra vez. Hasta que la salvó.

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Walter Leonardo Aguilar, el papá de la nena -que ahora tiene seis años-, recuerda cada detalle de ese momento. Una vez que recuperó la respiración, la subieron al móvil policial y la llevaron al hospital. Miguel se quedó parado en la puerta del centro asistencial hasta que le informaron que Adabella estaba fuera de peligro: había sufrido un síncope como consecuencia de una hipertensión pulmonar. Recién entonces el policía, más tranquilo, volvió a su ronda. Esa noche casi no pudo dormir. “En el momento uno no piensa mucho y trata de actuar lo más rápido posible, de estar seguro para que todo salga bien. Después te cae la ficha… y algunas lágrimas”, confiesa el suboficial, que hace dos años fue distinguido por haber rescatado a una mujer que había sido tomada de rehén en una confitería.

Miguel, de 36 años, es también profesor de Tecnología y vive en Alberdi. Siempre tuvo la vocación de ayudar a la gente que lo necesitaba. Quizás por eso se terminó decidiendo por la Policía. Fue justamente cuando se preparaba para esta profesión que le enseñaron maniobras de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP). “Claro que uno nunca piensa que la va a tener que usar. Me tocó hacerlo y es muy fuerte poder salvar una vida. Ahí uno se da cuenta de lo importante que son estas técnicas”, resalta Ruiz, que nunca hubiese imaginado que también tendría que rescatar a su propio hijo, cuando tenía un año y se había ahogado con jabón en polvo.

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Razones

Por muerte súbita se pierde una vida cada 15 minutos en Argentina. Cada año se producen 50.000 infartos: siete de cada 10 casos ocurren fuera del hospital. Y los accidentes domésticos son una de las principales causas de fallecimiento de los chicos. Tres razones más que suficientes para entender por qué las maniobras de RCP marcan la diferencia. Cualquiera puede hacerlas invirtiendo sólo un par de horas de su vida, explica Juan Palavecino, subdirector de Emergencias de la Provincia.

Por año, desde 2015 se instruye un promedio de 4.000 a 5.000 personas en el centro de capacitación y formación de emergencias, que funciona al lado de la Terminal de Ómnibus. Aproximadamente hay más de 15.000 tucumanos preparados para hacer RCP.

“Cuanto más personas haya en la calle con conocimiento de reanimación aumenta la chance de supervivencia de quienes sufren un infarto hasta en un 40%”, afirman el doctor Juan Masaguer, quien dirige el centro de capacitación, y René Alderete Núñez, secretario del comité de docencia e investigación.

Ciudad cardioprotegida

En ese sentido, Masaguer destaca que en Tucumán avanza el programa de “ciudad cardioprotegida”. Y da números: ya se van instalando en reparticiones y edificios cerca de 80 desfibriladores externos automáticos. Hay en Casa de Gobierno, en el Teatro Mercedes Sosa, en el Mercofrut, en el Poder Judicial, en la Legislatura, en la terminal de ómnibus, en la Casa Histórica y en la peatonal Muñecas.

Lo ideal, según Masaguer, sería que el 10% de la población (unos 150.000 habitantes) estuviera capacitado en manejo de cardiodesfibriladores y RCP. “Estamos muy lejos de esa cifra, pero seguimos avanzando cada año. Siempre dictamos los cursos a sala llena y cada vez más instituciones nos piden capacitar a su gente. Ahora, en el marco del programa Tucumán Reanima enseñaremos las técnicas en las plazas”, adelantó.

Según explican Masaguer y Palavecino, las maniobras de RCP (establecidas por organismos internacionales) sirven para restaurar el flujo de sangre desde el corazón hacia el cerebro en las personas afectadas por un paro cardíaco. Cuando se hacen enseguida (en los primeros cuatro minutos), menos secuelas sufre el afectado y más chances tiene de salvar su vida. “Son maniobras muy simples. Utilizar los desfibriladores es muy sencillo: los aparatos que tiene la provincia funcionan prácticamente solos”, destacan.

Actuar a tiempo permite que cualquier afectado llegue con vida al hospital y acceda a un tratamiento adecuado. Como le ocurrió a Adabella. Para ella y su familia, el suboficial Ruiz se transformó en su héroe. “Ese día fue su ángel guardián. No sabíamos que nuestra hija estaba enferma. Se podría haber muerto. Pero aquí la tenemos con nosotros y ahora, haciendo el tratamiento de su enfermedad, ella es una niña muy feliz”, confiesa el papá, antes de darle -una vez más- un gran abrazo a Miguel.


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CUATRICICLOS Y drones
En esta carrera por la vida, el principal obstáculo que enfrentan las ambulancias es el tráfico en el centro. Por eso, la Dirección de Emergencias prepara dos nuevas estrategias que le permitirán llegar más rápido a asistir las víctimas: una es la incorporación de cuatriciclos, que estarían en las peatonales. Por su tamaño pequeño pueden convertirse en verdaderas ambulancias para llegar lo antes posible a una urgencia. El vehículo estaría especialmente equipado con oxígeno, botiquín de primeros auxilios, una tabla espinal que haría las veces de camilla y hasta podría contar con un desfibrilador. “La función sería dar la primera asistencia y llevar al paciente hasta un lugar con mayor accesibilidad para permitir el traslado en la ambulancia”, explicó el subdirector de Emergencias, Juan Palavecino.
El otro proyecto ya casi está concretado: se trata de un dron (que ya adquirió la repartición) que le permitirá a los rescatistas tener de antemano un panorama amplio del lugar donde se produjo un siniestro, por ejemplo. En lugares inaccesibles, antes de arriesgar su vida enviarán el dispositivo para verificar si hay víctimas y el estado en el que se encuentran. Además, en un futuro, la idea es que lleven un cardiodesfibrilador a bordo, adelantaron. 
Qué podés hacer ante un infarto en la calle 
- Casi la mitad de los que sufren un infarto callejero no llegan con vida al hospital.
- La tasa anual de mortalidad por infartos de miocardio en Tucumán es de 37 por 100.000 habitantes.
- Esto quiere decir que cada año fallecen unos 555 tucumanos por esta causa.
- En la mayoría de los casos hay cerca un amigo, un familiar o compañero de trabajo. El 30% son desconocidos.
- Frente a estos casos, tenés que hacer lo siguiente:
- Arrodillate a la par de la víctima y tomala de los hombros para verificar si está consciente o no. Verificá si respira o no. Observá si se mueve el tórax. Si esto no ocurre, significa que la persona está en paro.
- Llamá al servicio de emergencias, al 107. Informá el lugar donde se encuentra.
- Acceso a RCP básico: poné las manos entrecruzadas en el centro del tórax, con los codos firmes. Iniciá 30 maniobras de compresión de pecho. Luego, si es necesario, realizá dos ventilaciones boca a boca (tapar la nariz y soplar dentro de la boca de la persona).
- Si hay un desfibrilador automático (DEA) a mano, colocá los parches sobre la piel del tórax. Oprimí el botón que indica el aparato y seguí las instrucciones. El DEA actúa solo.
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Cuatriciclos y drones

En esta carrera por la vida, el principal obstáculo que enfrentan las ambulancias es el tráfico en el centro. Por eso, la Dirección de Emergencias prepara dos nuevas estrategias que le permitirán llegar más rápido a asistir las víctimas: una es la incorporación de cuatriciclos, que estarían en las peatonales. Por su tamaño pequeño pueden convertirse en verdaderas ambulancias para llegar lo antes posible a una urgencia. El vehículo estaría especialmente equipado con oxígeno, botiquín de primeros auxilios, una tabla espinal que haría las veces de camilla y hasta podría contar con un desfibrilador. “La función sería dar la primera asistencia y llevar al paciente hasta un lugar con mayor accesibilidad para permitir el traslado en la ambulancia”, explicó el subdirector de Emergencias, Juan Palavecino.
El otro proyecto ya casi está concretado: se trata de un dron (que ya adquirió la repartición) que le permitirá a los rescatistas tener de antemano un panorama amplio del lugar donde se produjo un siniestro, por ejemplo. En lugares inaccesibles, antes de arriesgar su vida enviarán el dispositivo para verificar si hay víctimas y el estado en el que se encuentran. Además, en un futuro, la idea es que lleven un cardiodesfibrilador a bordo, adelantaron. 


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