Presentan “Memorias de una presa política”, escrito en el exilio

Presentan “Memorias de una presa política”, escrito en el exilio

La novela y el diario de militancia se unen en la obra de Graciela Lo Prete. Hoy a las 20, en el MUNT.

EN TUCUMÁN. Virginia Feinmann y Cristina Pinal, con un ejemplar. EN TUCUMÁN. Virginia Feinmann y Cristina Pinal, con un ejemplar.
23 Marzo 2018

En julio de 1975, Graciela Lo Prete ingresa a la cárcel de Devoto, en Buenos Aires. Allí confluyen mujeres de distintas provincias que iban cayendo detenidas, mientras en Tucumán se desarrollaba el Operativo Independencia. La mayor parte del tiempo, Lo Prete pasaba sus días en la celda escribiendo. Después quedó libre, pero con la advertencia de que debía abandonar el país. En 1977 comenzó su exilio en París, donde siguió escribiendo sobre la trágica experiencia carcelaria. En Devoto había conocido a otras tantas mujeres que pasaron por los mismos padecimientos, pero que seguían detenidas en el penal, mientras ella continuaba su vida en Francia, en la casa de unas de sus hermanas. Entre esas mujeres que se hicieron amigas estaba Cristina Pinal, que comenzó siendo detenida en la Jefatura de Policía de Tucumán y luego fue trasladada a Devoto.

“Nosotras sabíamos que Graciela seguía escribiendo en París. Ella nos enviaba cartas, escritas con metáforas, y nos contaba el número de páginas que llevaba hasta esa fecha”, recordó Cristina, a quien sus amigas llaman “Pina”.

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Lo Prete continuó con su escritura ininterrumpida hasta que se suicidó en el invierno de 1983. Nadie más supo de aquellos textos. Sus ex compañeras en la cárcel de Devoto sabían que ese material debía estar en algún lugar. La hermana de Graciela regresó a Buenos Aires, donde murió en 1999. A partir de ese momento hubo que hacerse cargo de reacomodar el departamento. Al año siguiente, en 2000, la mujer que removía los muebles desempolvó una vieja caja que contenía el manuscrito original de Lo Prete. Estaba bien conservado y, después de pensar un tiempo, resolvió que debía entregárselo a una de las mujeres que estaba mencionada en los escritos. Esa mujer era Cristina Pinal. “Apenas abrí la caja -dice “Pina”- ya sabía de qué se trataba. Tantos años después apareció el manuscrito; eran hojas escritas a máquina de ambos lados; a veces eran de colores diferentes”.

Perspectiva de género

En 2006 el texto se convirtió en el libro “Memorias de una presa política”, firmado por Graciela Lo Prete. “Como una anticipación a lo que pasa hoy -dice “Pina”-, el libro aborda los hechos desde una perspectiva de género, al revelar el lugar de la mujer que, militando política y socialmente, rompió con el rol tradicional que esperaban de ella, pero sin conseguir desprenderse del todo de algunos mandatos que le exigían ser madre, buena intelectual, buen cuadro, buena oradora y buena amante al mismo tiempo”.

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Hoy, a las 20, se presentará una segunda edición de “La Lopre”. La cita es en la sede del Museo de la UNT (San Martín 1.545), con entrada libre. Se proyectará el documental “Memoria de un escrito”, de Cristina Raschia. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, regional Tucumán, anunció que la presentación estará a cargo de Mariana Alvarez (abogada de APDH), la propia Cristina Pinal (editora) y Virginia Feinmann, escritora y periodista.

“Es una novela, un documento, un diario de militancia y contradicción -explica Feinmann-, de psicoanálisis, de clase media-alta proletarizada, de maravillosa intimidad femenina, de discusiones que ya nadie podría rescatar porque se dieron entonces, dentro de un penal altamente politizado”.

La obra de Lo Prete cuenta con el valioso aporte de las escritoras Cristina Feijóo (escribió el prólogo) y María Moreno (el epílogo).

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