Una plaga de la historia

Una plaga de la historia

La “Schistocerca cancellata” se distribuye en Bolivia, Paraguay y Brasil, así como en algunas provincias argentinas con una fuerte incidencia, entre ellas: Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán y Salta.

03 Febrero 2018

La Schistocerca cancellata se distribuye en Bolivia, Paraguay y Brasil, así como en algunas provincias argentinas entre ellas: Catamarca, la Rioja, Santiago del Estero, Córdoba y otras.

Las “langostas voladoras” son insectos desfoliadores, que en altas densidades pueden afectar negativamente la productividad agrícola-ganadera.

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La invasión de la especie Schistocerca cancellata fue de gravedad para la producción agrícola hasta principios de 1960, afectando zonas de cultivo en todo el país. Hacia fines de julio de 2015, en Argentina (Santiago del Estero y sudeste de la provincia de Tucumán) nuevamente se registraron ataques importantes de langosta, indicando la reaparición de una plaga poco conocida en la actualidad.

Esta especie provoca daños en todos sus estadios de crecimiento (metamorfosis incompleta), posee aparato bucal masticador típico, y ataca la parte aérea de vegetales silvestres y cultivados, gramíneas, leguminosas, en plántulas y plantas jóvenes, impidiendo el rebrote.

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El monitoreo y detección precoz, así como la correcta identificación por parte de los diferentes actores del medio, es fundamental para tomar medidas oportunas en tiempo y forma.


Características

Se trata de insectos que, al nacer, tienen aspecto semejante a los adultos, pero difieren principalmente por su menor tamaño, no poseer alas y los órganos reproductivos no desarrollados. A este estado del ciclo del insecto se lo denomina “ninfa” y el mismo tiene 6 estadios ninfales. Los “adultos” tienen el aspecto típico de una langosta y son de gran tamaño (macho: 28 a 49 mm; hembra: 39 a 66 mm), de coloración general castaño a verde oliva, presentando algunos individuos, en determinados momentos del año, una coloración rojiza.

Ciclo biológico de la langosta

El ciclo biológico incluye las etapas de huevo, estado juvenil (ninfa) y adulto. La hembra adulta pone los huevos agrupados en paquetes que entierran en el suelo. De los huevos nacen las ninfas. Estas atraviesan 6 estadios que se diferencian por el tamaño y el color, los más pequeños son las “mosquitas” y los más grandes son las “saltonas”.

Esto es importante ya que en estos estadios es donde las prácticas de control son efectivas para evitar la formación de “mangas”.

En etapas juveniles, la langosta presenta colores más vivos que pasan del verde intenso al pardo.

Las “ninfas” son parecidas a los adultos, pero carecen de alas, de modo que sólo pueden desplazarse dando saltos. Después del quinto estadio ninfal emerge el adulto, con alas completamente desarrolladas y gran capacidad de vuelo. En los adultos, la parte dorsal de la cabeza presenta una banda color crema que se extiende a lo largo del tórax y de las alas principales. Las patas traseras tienen una franja blanca y espinas blancas de puntas negras.

Las langostas tienen dos fases: En la “fase solitaria” se desarrollan alimentándose de las plantas disponibles y sin realizar más desplazamientos que entre plantas vecinas, o de un potrero a otro. Si el número de ninfas por metro cuadrado es alto, pasan a la “fase gregaria”, cambiando de color y aumentando su consumo y reproducción. Al llegar al estado adulto, forman las mangas con la capacidad de desplazarse grandes distancias.

Tucuras y langostas : diferencias

Al caminar por el campo, estamos acostumbrados a ver ese insecto que indistintamente llamamos “tucura” o “langosta”. Sin embargo, existen diferencias biológicas muy importantes entre ambas: las “langostas” desarrollan la capacidad de formar “mangas” (como si fueran enjambres) y dispersarse hasta cientos de kilómetros. En cambio, las “tucuras” tienen hábitos solitarios y no se movilizan grandes distancias.

En nuestro país, el estado adulto de la “langosta voladora o sudamericana” es de tamaño grande (macho: 28 a 49 mm; hembra: 39 a 66 mm) y su coloración varía de castaño a verde oliva, y hasta pueden presentar una coloración más rojiza. En cambio, dentro del complejo “tucuras”, las especies varían desde pequeñas a muy grandes, como el caso de la llamada “tucura quebrachera” Tropidacris collaris.

A diferencia de las “tucuras”, la “langosta” tiene dos modos de vida o fases: Una como “insecto aislado” (solitario) y otra como “masa gregaria” (formando las famosas mangas), en función de la densidad poblacional y de otros factores ambientales (temperatura, humedad, alimento). Esta última modalidad es la que provoca los mayores daños en los cultivos y pasturas siendo muy difícil su control.

El aspecto de los individuos (coloración, tamaño, etc) cambia de manera considerable según la fase en la que se encuentren. Los individuos en “fase gregaria” normalmente presentan una coloración más rojiza. Las “tucuras” no presentan fases, son de comportamiento solitario y en cuanto a su aspecto, las “ninfas” son de coloración negra, con un bandeado amarillo o anaranjado característico, y mientras que los “adultos” son de coloración castaño rojizo, generalmente. Morfológicamente, se diferencian por los lóbulos mesosternales inferiores siendo redondeados en las tucuras y terminados en punta en langostas

Prevención, Manejo y Control

En el marco del Programa Nacional de Acridios (PNA), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) implementa una estrategia de manejo preventivo, cuyo objetivo es lograr una detección eficiente en las áreas de brote poblacional mediante monitoreos sistematizados que permitan la identificación temprana de focos y el control de la langosta en sus estadios ninfales “mosquita” y “saltona”, ya que en estos estadios es donde las prácticas de control son efectivas para evitar la formación de “mangas”. Para ello, es necesario realizar monitoreos continuos y tratar individualmente los focos activos con insecticidas autorizados por el organismo.

Realizar un manejo responsable de los insecticidas beneficia no sólo a las personas sino también al ambiente. Por ello, se recomienda leer atentamente las etiquetas de los productos, atender sus indicaciones de uso y restricciones ambientales y utilizar la tecnología adecuada de aplicación.

Importante: Antes de realizar cualquier tipo de control, consulte con un profesional Ingeniero Agrónomo matriculado y advierta sobre cualquier observación anormal en la vegetación y/o presencia de la plaga en estado de gregarización.

(Informe elaborado por INTA CR Chaco-Formosa.

Estación Experimental Agropecuaria Sáenz Peña)

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