En el último partido de los “históricos”, San Martín se regaló una noche perfecta

En el último partido de los “históricos”, San Martín se regaló una noche perfecta

¿Cuánto valen la dignidad y la honestidad para un ser humano? Mucho. Muchísimo más en una sociedad golpeada, que aprendió a desconfiar hasta de su propia sombra.

Pero para una persona no hay nada más lindo que tener la conciencia tranquila, sabiendo que nada ni nadie puede reprocharle nada. Y así deben haberse sentido los jugadores del plantel de San Martín que anoche jugaron su último partido con la camiseta roja y blanca y se autorregalaron una despedida a la altura de un grupo que se ganó el cariño del hincha porque dejó todo en cada pelota.

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El año pasado, este grupo devolvió al “Santo” a la B Nacional, y ayer ganó un partido clave para superar la barrera de los 60 puntos y dejar al equipo en una perfecta posición en la tabla de promedios, pensando ya en la próxima temporada.

Sabiendo que muchos jugaban sus últimos 90 minutos frente a sus fieles, los dirigidos por Diego Cagna hicieron el mejor primer tiempo en mucho tiempo; superaron a un Nueva Chicago plagado de juveniles, pero con un amor propio tan grande como el estadio de La Ciudadela.

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Antes de saltar al campo para jugar el último duelo de la temporada, los jugadores parecen haberse juramentado dejar todo y regalarse un despedida a la medida de todo lo que le entregaron a la institución, en el año y medio desde que llegaron para sacar al equipo del Federal A.

El “Santo” salió afilado desde el vestuario. Impuso condiciones en todo momento y fue al frente con hambre de gloria; aunque el juego era más para cumplir con el calendario estipulado por AFA que otra cosa. Matías García volvió a ser el “titiritero” del equipo. Y San Martín movió la bola a gusto y placer, sin presión; para lograr una victoria que fue una linda despedida para la actual temporada (llegó a los 61 puntos), transformándose en el equipo más goleador del torneo con 62 tantos (superando por dos al campeón, Argentinos Juniors, que puede pasarlo mañana en el duelo contra Chacarita).

Y el 2-0 no puede discutirse. Porque el “Santo” hizo lo que quiso durante todo el juego y además, revivió una gran sociedad: el centro de Matías Catalán y el cabezazo de Mauro Quiroga (de gran efectividad si se tiene en cuenta los nueve goles en los 13 partidos como titular en el torneo). Así se puso en ventaja el local, a los 22’ de la primera etapa.

El local no lo dejó ni acomodarse al “Torito” de Mataderos. Porque cuando quiso recuperarse del primer golpe, el “Santo” le asestó otro mazazo, a través de un contragolpe de manual. A los 27’ movió la pelota de derecha a izquierda para que Gonzalo Rodríguez hiciera una pausa esperando el pique al vacío de Víctor Rodríguez, que definió con una “vaselina” dorada ante la salida de Alan Minaglia para sellar el resultado y coronar una noche soñada.

El ciclo se cerró de la mejor manera posible con una despedida a la medida de un grupo que supo dejar al club bien alto.

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