El consumo de legumbres es fuente de proteínas

El consumo de legumbres es fuente de proteínas

La producción de legumbres demostró, a lo largo del tiempo, que es una de las mejores alternativas en la diversificación agrícola en el Noroeste Argentino (NOA) por las excelentes condiciones agroecológicas que tiene este territorio. El garbanzo y el poroto, con sus distintas y desarrolladas variedades, sumando a la lenteja, conforman un importante cuadro productivo.

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Esta semana estamos publicando en esta Sección Rural lo que está sucediendo, en esta campaña, con los cultivos de legumbres en Tucumán, preferentemente con los resultados agronómicos del poroto en sus distintos tipos, cómo se presenta la actual siembra ya terminada de garbanzo y las alternativas productivas que hay con el cultivo del “mungo”. Sin duda que la actividad productora de legumbres en la región, en lo referido al cultivo y a la comercialización, tiene más de 50 años de historia y ha recibido un gran aporte tecnológico de instituciones oficiales a partir de fines de la década del ‘70, en la que colaboraron también productores de diversa envergadura.

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Este tipo de producción demostró ser, además, una de las mejores alternativas en la diversificación agrícola de la región, por las excelentes condiciones agroecológicas de ésta para la producción de legumbres secas. Son cultivos para el desarrollo de la región subhúmeda seca y semiárida del NOA, por su buena adaptación, como integrante principal de los sistemas de rotación que se pueden diseñar para esta amplia superficie.

El poroto, como cultivo estival, en sus diferentes variedades cierra el ciclo de siembra de los cultivos de granos de verano, ampliando el período de siembra de los mismos, cuestión muy importante en una región donde la variabilidad climática y la disponibilidad de agua edáfica definen la siembra, y juegan roles imprescindibles en el rendimiento futuro.

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A este cultivo se suma el “mungo” como otra alternativa más en la producción de legumbres estivales, que puede servirle al productor para poder ampliar su espectro productivo.

En lo referente a las legumbres invernales, en gran medida se realiza el cultivo de garbanzo en nuestro NOA, y algo de lenteja, que según las condiciones climáticas que se dieron durante el verano, referidas principalmente a las lluvias, son las que determinan en manera conjunta con las necesidades del mercado, la superficie de siembra. Lo cierto es que las legumbres son cultivos que se van imponiendo de a poco en la región, que tienen un mercado interesante para cubrir.

Mucho de lo que se produce es generalmente orientado a los mercados externos y muchas veces la decisión de siembra depende de esto.

El mercado interno actual es chico para el volumen muchas veces producido, pero es un mercado que todavía puede crecer más, debido a que el argentino todavía no está acostumbrado a su consumo. Comer porotos, garbanzos y lentejas, en general, es algo incorporado a ciertas costumbres y tradiciones o a gente vinculada a su consumo desde sus antepasados y, en general, dispuestas a consumirlas fuera de la época del verano.

El día 21 de este mes empezó el invierno, cuando el frío ya está presente desde hace varias semanas atrás, ya que en otoño también se dieron días de bajas temperaturas, por lo que el consumo de legumbres es una de las mejores opciones para agregar a la dieta, ya que son económicos, sabrosos e ideales para preparaciones que ayudan a alejar el frío como los tradicionales guisos.

Las legumbres son muy nutritivas, y aunque muchos consumidores opinan diferente, son bajas en grasas y aportan minerales, vitaminas, proteínas, ácido fólico y otros nutrientes importantes. Por eso, son alimentos recomendados para incluir en la dieta diaria, sobre todo en la de las personas vegetarianas que pueden utilizarlos como sustitutos de la carne en cuanto al nivel de proteínas.

Contienen fibra que ayuda a regular los niveles de colesterol en la sangre, previniendo enfermedades cardiovasculares, mientras que contienen potasio, un mineral que regula la presión arterial y es recomendado para hipertensos, beneficiando también al corazón. Tienen propiedades antioxidantes que combaten los radicales libres que dañan las células, previniendo enfermedades degenerativas, el envejecimiento prematuro y algún tipo de cáncer.

Comer legumbres da la sensación de saciedad, por lo que se dejan de comer y se evita que se siga comiendo por comer, mientras que contienen mucha fibra que no se digiere por lo que la mitad de sus calorías son evacuadas por el cuerpo ayudando a mantener el peso. Además, son bajas en grasas y azúcares.

Contienen calcio, por lo que son buenas para mantener saludables los huesos.

Las legumbres aportan vitamina “C”, nutriente que eleva las defensas del organismo y reforzando el sistema inmunológico para combatir infecciones, virus y bacterias que ingresan al organismo. Son ricas en hierro, mineral importante para prevenir la anemia, mientras que la vitamina “C” que poseen favorece la absorción del hierro por el organismo.

Los beneficios de consumir legumbres son innumerables para la persona que lo realiza, lástima que muchas veces no se conozcan esas virtudes y verdades. Seguramente los involucrados en producirlas deberían realizar mayores esfuerzos en dar a conocer esas ventajas, para lograr imponer su consumo de manera más contundente.

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