“El parto respetado es un derecho, no una opción”

Eliana Ávila acaricia su panza, y seguramente “Nacho” lo siente. Los dos saben que el momento clave está a punto de llegar; de hecho, han esperado “más de la cuenta”: el embarazo ya lleva 41 semanas. Ella respira cortito y sonríe raro: tiene contracciones desde hace horas (empezaron en casa) y ya alcanzó los 4 cm de dilatación. Está sentada en el sillón de una de las unidades de trabajo de parto respetado de la maternidad Nuestra Señora de las Mercedes. Su marido, Héctor Costilla, la abraza, la acaricia, respira con ella...

Los acompañan el médico que atenderá el parto y ya la revisó, Gerardo Murga, y la partera (licenciada en Obstetricia) Cielo Espeche. Reina la serenidad en el lugar; la habitación está silenciosa y tibia, es amplia y tiene su baño; la cama (ya no más la dura y angosta camilla de antaño) tiene listos los soportes para que, cuando llegue el momento, Eliana acomode sus piernas para dar a luz. Y cuando llegue el momento, al deslizar una puerta aparecerá todo lo que puede llegar a hacer falta para recibir a Nacho. Y esa es la clave: cuando llegue el momento. Porque el parto respetado es un derecho, no una opción.

Desde hoy y hasta el viernes las maternidades públicas de Tucumán se suman a la Semana del Parto Respetado, que se celebra en el mundo desde 2004 y cuyo lema es “El nacimiento tiene el momento correcto, no el programado”. El objetivo es reflexionar y crear conciencia del derecho de las familias a ser protagonistas de la llegada de sus hijos al mundo.

“Generamos un espacio donde el nacimiento se desarrolla de la manera más natural posible”, explica la directora de la Maternidad, Elena Hurtado. “Salvo excepciones, la parturienta es una persona sana y así debe ser tratada; sus tiempos particulares y sus necesidades fisiológicas y emocionales deben ser respetados; generalmente no quiere estar sola, y tiene el derecho a elegir quién la acompañará todo el tiempo que ella lo necesite, y tiene derecho a tomar decisiones seguras e informadas”, añade y muestra su orgullo: “este modelo, que comenzó a aplicarse con la ley de 2004 (Ley de Parto Humanizado N° 25.929), sigue avanzando. Hoy todo el sistema toma con naturalidad lo que hace 20 años parecía una utopía: para todos lo que importa son las familias. Y trabajamos duro para que esto sea así”.

Mientras Eliana se prepara para el parto, en su habitación Genoveva Mena abraza a Olivia, que está por cumplir sus 24 horas fuera de mamá. Vino a la ciudad desde Famaillá, con casi 48 horas de contracciones. Pero todo estaba en orden y entre todos le dieron tiempo a su cuerpo a hacer bien su trabajo. “Todavía no lo creo -dice mientras mira con una ternura inmensa-. Fue un trabajo de parto largo, pero valió la pena. Fue buenísimo que mi mamá pudiera estar todo el tiempo conmigo”.

La abuela de Olivia, Carina Acosta, aún no puede controlar del todo la emoción. “Estar con mi hija y ver nacer a la bebé fue increíble; no podía dejar de llorar”, cuenta. Están tranquilas; la beba está muy bien. Lo saben porque ya pasó por la habitación, que Genoveva comparte con otras dos mamás, Viviana Agustinovich, licenciada en Enfermería especializada en neonatología, responsable de una parte del equipo que cumple un rol un crucial: controlan la evolución de los recién nacidos y ayudan a las mamás con la lactancia; también les enseñan a qué señales deben estar alertas.

“Cuando se van de alta, los bebés ya tiene puesta su primera vacuna, la BCG, y se ha iniciado el trámite de su DNI”, explica Agustinovich. “Esto forma parte de los protocolos de seguridad -añade Hurtado-. Hemos implementado el nuevo Certificado de Nacido Vivo para garantizar otro de los derechos del bebé: el de la identidad. En ese certificado se imprimen la planta del pie del niño y las huellas dactilares de la madre”.

Todo a su debido tiempo

En la habitación de Eliana el parto va avanzando. “Si todo sigue así, como a las 14 seguramente ‘Nacho’ habrá nacido”, calcula Murga. Han aumentado las contracciones, en ritmo e intensidad; han aumentado la emoción y -sí, también- la ansiedad de los padres. Pero la serenidad sigue siendo la regla. Todo sea para que mamá, papá y bebé tengan las mejores condiciones posibles al momento de verse por primera vez.

Nueva residencia en la Maternidad

La capacitación y el fortalecimiento del equipo interdisciplinario son prioritarios. “Tenemos una muy buena noticia: a las residencias para médicos y enfermeros este año se suma la residencia donde podrán completar su formación los licenciados en Obstetricia”, informó la directora de la Maternidad, Elena Huerto.