20 Abril 2017 Seguir en 
Desde ayer es legal en la Argentina aplicar la planta de cannabis (más conocida como marihuana) y sus derivados en usos medicinales. La firma y la publicación del decreto correspondiente en el Boletín Oficial cerraron un ciclo, cuyo capítulo clave fue la aprobación por unanimidad en el Senado, el 29 de marzo, de la Ley 27.350.
Implicancias
Según el texto de la ley, la norma tiene como objetivo “establecer un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud”.
Con la ley promulgada se ponen en marcha una serie de engranajes muy importantes.
En primer lugar, se crea un programa de estudio e investigación, dentro de la órbita del Ministerio de Salud, para trazar los lineamientos de asistencia, atención y accesibilidad, generar evidencia científica sobre estos tratamientos no convencionales, y crear conciencia en la población al respecto, informa DyN.
Además se autoriza tanto el Conicet como al INTA a cultivar cannabis para la investigación médica y/o científica, y se impulsa su producción a través de laboratorios públicos.
“Se permitirá la importación de aceite de cannabis y sus derivados -bajo control de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)-, cuando sea requerida por pacientes que presenten las patologías contempladas en el programa y que cuenten con la indicación médica pertinente”, establece también la norma y destaca que para esos casos la provisión será gratuita.
Registro de pacientes
Para implementar el programa, se establece también la creación un registro nacional voluntario, en el ámbito del Ministerio de Salud. Allí podrán inscribirse pacientes (y sus familiares) que sufran las patologías que han sido incluidas en la reglamentación de ley y a quienes el cannabis (sea en la forma de aceite de cáñamo o de otros derivados de la planta) le sea prescripto por médicos de hospitales públicos. Ese registro mantendrá la confidencialidad de los datos personales, aclara el texto de la ley.
Implicancias
Según el texto de la ley, la norma tiene como objetivo “establecer un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud”.
Con la ley promulgada se ponen en marcha una serie de engranajes muy importantes.
En primer lugar, se crea un programa de estudio e investigación, dentro de la órbita del Ministerio de Salud, para trazar los lineamientos de asistencia, atención y accesibilidad, generar evidencia científica sobre estos tratamientos no convencionales, y crear conciencia en la población al respecto, informa DyN.
Además se autoriza tanto el Conicet como al INTA a cultivar cannabis para la investigación médica y/o científica, y se impulsa su producción a través de laboratorios públicos.
“Se permitirá la importación de aceite de cannabis y sus derivados -bajo control de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)-, cuando sea requerida por pacientes que presenten las patologías contempladas en el programa y que cuenten con la indicación médica pertinente”, establece también la norma y destaca que para esos casos la provisión será gratuita.
Registro de pacientes
Para implementar el programa, se establece también la creación un registro nacional voluntario, en el ámbito del Ministerio de Salud. Allí podrán inscribirse pacientes (y sus familiares) que sufran las patologías que han sido incluidas en la reglamentación de ley y a quienes el cannabis (sea en la forma de aceite de cáñamo o de otros derivados de la planta) le sea prescripto por médicos de hospitales públicos. Ese registro mantendrá la confidencialidad de los datos personales, aclara el texto de la ley.
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