Cinco errores comunes a la hora de empezar a correr

Cinco errores comunes a la hora de empezar a correr

A MOVER LAS PIERNAS. Unas zapatillas de running adecuadas son claves para evitar lesiones. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL A MOVER LAS PIERNAS. Unas zapatillas de running adecuadas son claves para evitar lesiones. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

Aprender lo que no está bien puede ser de gran ayuda para prosperar en los entrenamientos y no pasarla mal.

28 Febrero 2017
Los errores son comunes a la hora de empezar una actividad nueva. Sin embargo, esas fallas de novato se pueden solucionar rápidamente y así evitar malos momentos o hasta abandonar la actividad antes de agarrarle el gusto. La ventaja de correr es que es un deporte para todos: si querés hacerlo, con perseverancia, por supuesto que lo lograrás. Por eso te dejamos cinco concejos que te vendrán bien para comenzar en esta actividad:

1- Zapatillas adecuadas: no elegir por color o marca

El calzado es fundamental para salir a correr. Por más que las zapatillas que usas diariamente o los botines de futsal te parezcan cómodos, no son las adecuadas y pueden provocarte lesiones en los pies, tobillos y rodillas. Las articulaciones reciben todo el impacto de cada paso, por eso es importante cuidarlas. Elegir la zapatilla correcta nunca tiene que ver con los detalles exteriores ni con la moda y las tendencias imperantes. Hay que elegir por lo útil y no simplemente por lo bello.

2- Empezar demasiado rápido

Muchas personas que se decidieron por correr abandonaron todo a la semana porque dijeron que se cansaron muy rápido. Y es lógico: el buen estado físico no llega de un día para el otro, hay que empezar poco a poco. Uno de los errores más comunes es salir velozmente, como si escapara el colectivo. Así no vas a aguantar ni cinco minutos. Lo mejor para empezar es alternar caminata y trote. Por ejemplo: dos minutos de caminata rápida por dos minutos de trote. Es conveniente mantener un ritmo lento, pero que se pueda aguantar más minutos. Ya habrá tiempo de mejorar la velocidad.

3- Abrigarse para salir a trotar

Si tu objetivo es perder algunos kilos corriendo, tenés que saber que nada tiene que ver transpirar con bajar de peso. Salir con abrigo o fajas solo hará que perdamos líquido y que corramos el riesgo de deshidratarnos. Puede que al subir en la balanza baje la aguja uno o dos puntos, pero al recuperar líquidos volverá todo a la normalidad. No te abrigués en verano, puede ser peligroso.

4- Pensar que "el dolor es esfuerzo"

Esa frase no es cierta. Si al correr se advierte alguna incomodidad, significa que algo no va bien. Hay que saber distinguir entre una molestia muscular y una lesión, y atender a cualquier sensación dolorosa, porque siempre es una señal de alarma. El no detenerse a tiempo puede generar mayores complicaciones y daños en nuestro cuerpo que demandarán mayor tiempo de recuperación. Sé inteligente: es preferible parar unos días a tener que hacerlo unos meses.

5- Entrar en calor y enfriar el cuerpo

Aunque haya poco tiempo para entrenar, un buen calentamiento previo evita problemas posteriores. Antes de salir, el cuerpo necesita despertarse. No pasés de 0 a 100. Trotar bien suave los primeros minutos y una breve elongación pueden evitarte muchos problemas. Al finalizar la sesión de entrenamiento del día, es importante enfriar el cuerpo. Esperá que el ritmo cardíaco se normalice antes de frenar por completo. Posteriormente, debes realizar unos 10 minutos de estiramiento para que tus músculos se relajen por completo. Si no, además de no tener una buena recuperación, podrías lastimarte con mayor facilidad.

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