Dardo Nofal: un maestro que buceó en el periodismo, en el humor y en la literatura

Dardo Nofal: un maestro que buceó en el periodismo, en el humor y en la literatura

Falleció ayer a los 77 años. Fue un protagonista de la cultura tucumana y el creador de la popular “Frase del Día”.

31 Enero 2017
Un gran periodista. Era común verlo sentado frente a su fiel máquina de escribir Olivetti y un cigarrillo en los labios concentrado en cada frase que tecleaba para la edición del día siguiente en el diario LA GACETA. Dardo Oscar Nofal solía usar el humor como una manera de catarsis de los rigores del oficio. En su extensa carrera periodística escribió artículos de fútbol, boxeo, política, cine y teatro, entre otros. En los últimos años, escribió para el diario El Intransigente. Nofal falleció ayer a los 77 años. Era un hombre simpático, curioso, ocurrente y un fumador empedernido.

Uno de sus tantos trabajos que supo conquistar miles de lectores fue la “Frase del día” de Bosip, que era el seudónimo que usaba para ese famoso espacio en la contratapa del diario. Durante 15 años (entre 1985 y 2000) fue el oxígeno que le permitía a los lectores de LA GACETA cerrar el diario con una carcajada.

Todos los días, muchos lectores recortaban la frase del diario y la pegaban en algún sitio visible para que otros también pudieran verla. Así era muy fácil encontrarla adherida con cinta en las paredes de quioscos, farmacias, librerías, almacenes y cualquier otro negocio que quisiera atraer la atención de sus clientes.

El nombre Bosip surgió de las iniciales de la familia Nofal: B (Berta, su esposa), O (Oscar, su segundo nombre), S (Sebastián, su hijo mayor), I (Irene) y P (Paula, sus hijas mellizas).

En LA GACETA, Nofal fue crítico de cine, jefe de la Sección Espectáculos, columnista y Secretario de Redacción.

Además fue secretario técnico del Consejo de Difusión Cultural, integrante del jurado Internacional de la Crítica en el Festival de Cine de Mar del Plata, jefe de la agencia de noticias Télam para el NOA, y también se desempeñó como gerente artístico de LV12 Radio Independencia.

En Canal 10, condujo “La noche de los grandes”, Como autor de teatro, por encargo del Consejo de Difusión Cultural, escribió “La tierra en las manos” y “El derrumbe”, dos obras en las que hacía un llamado a frenar el éxodo de tucumanos que sobrevino al cierre abrupto de 11 de los 27 ingenios azucareros de la provincia en 1966. En 1995 publicó la primera novela “Una lágrima para el cóndor”; luego le siguió “La prisión de Bautista (en 2001) y “Matar para morir” (en 2006).

Buen gusto


La materia prima del humor es el buen gusto. Así lo repetía ante sus amigos. “En general gira en torno a episodios ridículos que son una variante involuntaria de nuestra conducta, incluida la del humorista. Pero desde mi perspectiva irrenunciable, la exigencia es el buen gusto -dijo en una entrevista-. No tolero el humor que ofende o denigra. Detesto los recursos gruesos, imbéciles, diría, que muestran al autor como un resentido, incapaz de darse el lujo de alguna fineza. Por eso nunca tuve miedo de elaborar alguna frase humorística dirigida a gente amiga. Una vez, recuerdo, el doctor Miguel Nazur, que conducía en Buenos Aires el PAMI, fue catapultado desde el gobierno central a la candidatura a primer mandatario de Tucumán. El lema de su postulación lo designaba como Miguel del Tucumán. Vino, hizo su campaña y perdió por lejos. Al día siguiente publiqué mi frase, como si fuera una noticia de la sección de Sociales: ‘Viajeros: -de regreso a Buenos Aires, Miguel del Tucumán’. Esa mañana me llamó y nos reímos juntos un largo rato”.

Nofal nació en Quebracho Coto, Santiago del Estero, el 23 de agosto de 1938. Llegó a Tucumán para estudiar abogacía, pero se decidió por el periodismo, donde se convirtió en un maestro de periodistas.


En el oficio
Más de tres décadas en la redacción de La Gaceta
A los 11 años llegó a Tucumán. Terminó sus estudios primarios en la escuela Mitre. Cursó el secundario en el Colegio Nacional y luego ingresó a la Facultad de Derecho de la UNT, en la que abandonó sus estudios en el tercer año para incorporarse al periodismo en 1962, en el vespertino “Noticias”. En 1966 pasó a La Gaceta, donde fue, sucesivamente, cronista, redactor en Casa de Gobierno, crítico de cine, jefe de la Sección Espectáculos y secretario de Redacción, cargo con el que se retiró en noviembre de 1999.


Primera novela
Debut en la ficción con un obra que refleja un retrato social
En el plano novelístico, la primera entrega de Nofal fue “Una lágrima por el Cóndor”, una suerte de avistamiento de la convulsión moral que, a principios de la década de los 90’, ya era una bisagra fatal para la civilización de Occidente y en particular de nuestro país. La obra se abre con un hecho terrible de asesinato por encargo; se ubica luego en el antípodas de la infancia del autor-relator (años 1940) para mostrar una sociedad campesina y rústica, y contraponer valores de una época y de otra.

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