Una muerte, miles de páginas y ninguna respuesta

Una muerte, miles de páginas y ninguna respuesta

La reapertura de la denuncia en contra de Cristina Kirchner y el pase de la causa por su muerte al fuero federal son las únicas novedades

18 Enero 2017
El segundo aniversario encuentra al caso por la muerte del fiscal Alberto Nisman intentando superar el letargo y la parálisis. El 18 de enero de 2015, un día antes de exponer en el Congreso, el titular de la Unidad Fiscal creada para la investigación del atentado contra la AMIA fue hallado muerto con un balazo en la cabeza por su madre, Sara Garfunkel, en el baño del departamento que alquilaba en Puerto Madero. Desde entonces, hay una sola certeza en torno de la causa: que la bala provino de la pistola Bersa calibre 22 a nombre de Diego Lagomarsino, el colaborador informático de Nisman y el único imputado en el caso.

Por lo demás, el expediente judicial ya acumula 14.000 páginas y no logra mayores avances, sumido en el entramado de los planteos procesales de las partes. La novedad más saliente fue que el expediente finalmente pasó a la Justicia Federal a fines de 2016, como reclamaba la ex esposa del fallecido fiscal, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Según ella, no hay dudas de que Nisman fue asesinado y relacionó esa muerte con su trabajo en la UFI-AMIA. Ocurre que en los días previos a su deceso, Nisman preparaba una denuncia contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el entonces canciller, Héctor Timerman, y otros funcionarios y dirigentes políticos por supuesto encubrimiento a los iraníes imputados por el atentado a la AMIA. La ex jefa de Estado primero habló de un suicidió y luego abonó la teoría de un asesinato. En el interín, el kirchnerismo en pleno atacó la figura de Nisman, y la oposición lo defendió.

Esa quizá sea una de las pocas novedades que arrojó 2016 en torno del expediente, ya que una sala de la Cámara Federal Casación Penal se decidió por unanimidad a favor de la reapertura de la investigación de una causa reclamada durante casi dos años por diversos sectores políticos, funcionarios públicos y organizaciones como la DAIA. Asimismo, resolvió apartar del expediente al juez Daniel Rafecas, al considerar que su decisión de rechazar la reapertura de la denuncia fue “prematura, arbitraria y parcial”. El fiscal Gerardo Pollicita, tras ese guiño de la Cámara Federal, pidió 49 medidas de prueba.

En la actualidad, la pesquisa por la muerte del fiscal quedó en manos del fiscal federal Eduardo Taiano y del juez Julián Ercolini. El fiscal pidió al magistrado la conformación de una nueva junta interdisciplinaria, a cargo de Gendarmería Nacional, para analizar todos los elementos de prueba aportados, a fin de dilucidar si se trató de un homicidio o de un suicidio. El papel del ex espía Jaime Stiusso, ex director general de Operaciones de la disuelta SIDE y colaborador de Nisman en la investigación del atentado a la AMIA, sigue siendo un misterio. Un mes después de la muerte de Nisman declaró como testigo en la causa y dijo que no sabía nada sobre el deceso. Un año después, en febrero del 2016, Stiusso volvió a declarar y aseguró que a Nisman “lo mató un grupo relacionado con el Gobierno”, aunque no aportó pruebas.

Ayer, el ex vicepresidente de la DAIA y actual diputado nacional del PRO, Waldo Wolff, habló de encubrimiento por las demoras en la investigación de la muerte del ex fiscal. “Hubo una banda u asociación ilícita que trabajó para encubrir a los que deben ser investigados”, denunció el vicepresidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Cámara de Diputados. “No sé si se sabrá si lo mataron o no, tengo mis dudas”, admitió.

Federico Casal, uno de los abogados que representa a las hijas del fallecido fiscal, sostuvo que ellas son las principales víctimas del caso. “Las hijas del doctor Nisman son las víctimas permanentes de este hecho: además de sufrir la pérdida de su padre sufrieron una campaña de difamación tremenda hecha con alevosía y con cobardía, porque él no se podía defender y ellas tampoco debido a su cortísima edad y a la diferencia de fuerzas”, dijo.

Con ese preludio, hoy habrá numerosos actos para recordar la figura del ex fiscal, de quien se sabe -tal como justificó la Corte Suprema de Justicia de la Nación al dictaminar que su muerte sea investigada por la Justicia Federal- que murió por circunstancias vinculadas a su trabajo. Cuáles son esas circunstancias sigue siendo un misterio sin resolución.

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