Un “nuevo viejo libro” del genial chileno

Un “nuevo viejo libro” del genial chileno

El espíritu de la ciencia ficción se convirtió en uno de los títulos más esperados del año

VENERADO. Roberto Bolaño se ha convertido en un escritor de culto.  VENERADO. Roberto Bolaño se ha convertido en un escritor de culto.
18 Diciembre 2016

Por Alejandro Duchini - Para LA GACETA - Buenos Aires

El espíritu de la ciencia ficción, el libro que el chileno Roberto Bolaño (fallecido en 2003) escribió en 1984 pero que se acaba de publicar en estos días a través de Alfaguara, podría ser un título invalorable para sus admiradores, que no son pocos. Pero a la vez, podría ser un libro más (y hasta aburrido) para aquellos que no le rinden pleitesía. Para estos últimos, recomiendo otros títulos, como Los detectives salvajes, Nocturno de Chile o Los sinsabores del verdadero policía; inclusive, apuesto por los cuentos completos: hay una edición muy buena editada por Anagrama hace pocos años.

Bolaño se ha convertido en un escritor de culto. Por eso la aparición de El espíritu de la ciencia ficción tuvo tanta repercusión. Son unas 250 páginas divididas en dos partes. En la primera, de más de 200, la novela en sí. En la segunda, la historia que hay detrás.

Los protagonistas son escritores jóvenes que se la rebuscan para sobrevivir en México. Uno de ellos, Remo Morán, escribe para diferentes medios. El otro, Jan Schrella (Bolaño mismo), casi no sale de su habitación y se la pasa enviando cartas delirantes (muy delirantes y buenísimas) a autores de ciencia ficción. En tanto, se describen otros personajes y escenas (muchas de sexo) que rozan el delirio. Entre esos personajes, Laura, sobre la que se ironiza con que “era así, cuando estaba segura de algo era capaz de dejarse matar antes de dar su brazo a torcer. Por suerte para ella, sus certezas eran pocas”.

Son geniales, eso sí, los diálogos. Un ejemplo:

-César se peleó a puñetazos con José Arco. Menos mal que no me escogió a mí como chivo expiatorio.

-Jan, no se trata de chivos expiatorios. Además, yo sé defenderme… ¿Quién ganó?

-Nuestro amigo, claro, pero con un poco de ayuda.

-No me digas que le pegaron al pobre César entre varios.

-Sería más correcto decir que lo sujetamos. Sólo lo golpeó José Arco.

Y hay otro:

-Todo eso, claro, si antes no me meten preso por conducir sin permiso una moto salida de la nada.

-Robada.

Al texto no le faltan descripciones poéticas hermosas: “no una tristeza melancólica sino una tristeza demoledora”, escribe. Para el final, es posible que el lector -admirador de Bolaño o no- sienta la fina despedida de esos personajes que encariñan y que lentamente dicen adiós.

Luego, al explicar cómo se hizo este texto, bajo el título Apuntes de Roberto Bolaño para la escritura de El Espíritu de la ciencia ficción, se lee que “se trata de una novela que sigue su metodología de trabajo habitual previa al uso del ordenador: notas de escritura, borrador y redacción en limpio. Fue transcrita póstumamente”. Acompañan fotos de los manuscritos originales en los que se observan correcciones del autor y textos finales.

Bienvenido sea, entonces, este nuevo viejo texto de Bolaño. Para admirar, descubrir o sumar. Depende de quien lo lea.

© LA GACETA

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