03 Noviembre 2016
EN LA MIRA. El presidente de la Cámara Baja Emilio Monzó (sostiene un mate gigante) fue el eje de las críticas. télam ARCHIVO
La polémica por los incrementos en las dietas en el Congreso estalló ayer en la sesión de la Cámara de Diputados. En el inicio del cónclave, en la que el plato fuerte era el proyecto de presupuesto 2017 (la votación se presumía para la madrugada de hoy), la izquierda arremetió contra el aumento de los haberes legislativos.
“La mitad de los trabajadores argentinos ganan menos de $ 7.000, la mitad de las familias argentinas no llegan a los $ 14.000 mensuales y los jubilados trabajaron 40 años para cobrar menos de $ 6.000”, disparó Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Néstor Pitrola, su compañero de bancada, pidió abrir el debate sobre las subas en la dieta y propuso sobre tablas un proyecto para anular las resoluciones firmadas por los presidentes del Senado, la vicepresidenta Gabriela Michetti, y de Diputados, Emilio Monzó, que establecieron los aumentos de las sumas que perciben los legisladores nacionales por la duplicación de los gastos de representación y el incremento en concepto de “desarraigo”.
Los ingresos en mano de diputados y senadores subieron a $86.000, cuando el salario mínimo establecido por el Gobierno es de $ 8.000 y el ingreso promedio de los argentinos en el segundo trimestre fue de $9.716 mensuales, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en octubre. Los aumentos salariales anuales acordados entre los sindicatos, el Gobierno y las empresas rondaron un promedio de 31%.
La propuesta no alcanzó los dos tercios necesarios para incluirse en el temario de la jornada. La votación terminó con 104 votos en favor de debatir el incremento contra 112 negativos de Cambiemos (PRO, UCR y Coalición Cívica-ARI) y sus aliados.
Votos tucumanos
De los nueve diputados de la provincia, cinco votaron a favor de tratar los incrementos, del orden del 47%, contabilizando el reintegro de pasajes, tres se opusieron y hubo una ausencia a la hora de la votación.
Los peronistas Mabel Carrizo, Miriam Gallardo de Dip, Marcelo Santillán y Alicia Soraire (Frente para la Victoria), apoyaron la propuesta de Pitrola, junto con Federico Masso (Libres del Sur, accedió a la banca por la renuncia de José Cano). Los parlamentarios de Cambiemos Facundo Garretón (PRO) y Teresita Villavicencio (UCR) votaron en contra, y contaron con el apoyo del peronista José “Mellizo” Orellana (Primero Tucumán, llegó a su banca por el FpV en 2015). El radical Juan Casañas participó de la sesión pero estuvo ausente en la votación.
“Es cierto que la dieta se ajustó pero más cierto es que hubo desfasajes porque en más de uño hubo una inflación cercana al 40% y los diputados no tuvieron aumentos. Es razonable el mal humor de la gente, pero siempre consumo mis ingresos mensuales en tareas beneficiando a la gente”, explicó su voto Orellana. Y agregó: “se ajusta por un acto administrativo del presidente de la Cámara, no pasó por mi voluntad”.
Casañas justificó el aumento. “Me parece más serio un salario alto que uno de algún legislador que cobra $30.000, pero que vive de la política y posee un patrimonio enorme que no puede justificar”, señaló. Según el radical hay muchos profesionales del sector privado que podrían ingresar a la función pública, pero no lo hacen por los bajos sueldos. Casañas remarcó que lo que más generó polémica fueron $40.000 en pasajes. “Creo que salvo el caso de Beatriz Rojkés (ex senadora) todos los demás lo usamos para viajar a nuestras provincias. Se viaja con asesores y también hay gente que, a veces, nos pide pasajes”, explicó.
Masso y Garretón habían defendido los incrementos, y explicaron que la suba fue del 31%. “Está vapuleada la política por los malos ejemplos, pero no somos todos iguales”, había afirmado Masso. Y agregó que el “canje” de pasajes por plata, al menos en su caso, no le parece ético, y que no lo hace. “Tenemos 20 pasajes aéreos y terrestres que los uso y se me escapan de la mano en función de las actividades”, había asegurado el opositor. (DyN-Télam-DPA-Especial)
“La mitad de los trabajadores argentinos ganan menos de $ 7.000, la mitad de las familias argentinas no llegan a los $ 14.000 mensuales y los jubilados trabajaron 40 años para cobrar menos de $ 6.000”, disparó Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Néstor Pitrola, su compañero de bancada, pidió abrir el debate sobre las subas en la dieta y propuso sobre tablas un proyecto para anular las resoluciones firmadas por los presidentes del Senado, la vicepresidenta Gabriela Michetti, y de Diputados, Emilio Monzó, que establecieron los aumentos de las sumas que perciben los legisladores nacionales por la duplicación de los gastos de representación y el incremento en concepto de “desarraigo”.
Los ingresos en mano de diputados y senadores subieron a $86.000, cuando el salario mínimo establecido por el Gobierno es de $ 8.000 y el ingreso promedio de los argentinos en el segundo trimestre fue de $9.716 mensuales, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en octubre. Los aumentos salariales anuales acordados entre los sindicatos, el Gobierno y las empresas rondaron un promedio de 31%.
La propuesta no alcanzó los dos tercios necesarios para incluirse en el temario de la jornada. La votación terminó con 104 votos en favor de debatir el incremento contra 112 negativos de Cambiemos (PRO, UCR y Coalición Cívica-ARI) y sus aliados.
Votos tucumanos
De los nueve diputados de la provincia, cinco votaron a favor de tratar los incrementos, del orden del 47%, contabilizando el reintegro de pasajes, tres se opusieron y hubo una ausencia a la hora de la votación.
Los peronistas Mabel Carrizo, Miriam Gallardo de Dip, Marcelo Santillán y Alicia Soraire (Frente para la Victoria), apoyaron la propuesta de Pitrola, junto con Federico Masso (Libres del Sur, accedió a la banca por la renuncia de José Cano). Los parlamentarios de Cambiemos Facundo Garretón (PRO) y Teresita Villavicencio (UCR) votaron en contra, y contaron con el apoyo del peronista José “Mellizo” Orellana (Primero Tucumán, llegó a su banca por el FpV en 2015). El radical Juan Casañas participó de la sesión pero estuvo ausente en la votación.
“Es cierto que la dieta se ajustó pero más cierto es que hubo desfasajes porque en más de uño hubo una inflación cercana al 40% y los diputados no tuvieron aumentos. Es razonable el mal humor de la gente, pero siempre consumo mis ingresos mensuales en tareas beneficiando a la gente”, explicó su voto Orellana. Y agregó: “se ajusta por un acto administrativo del presidente de la Cámara, no pasó por mi voluntad”.
Casañas justificó el aumento. “Me parece más serio un salario alto que uno de algún legislador que cobra $30.000, pero que vive de la política y posee un patrimonio enorme que no puede justificar”, señaló. Según el radical hay muchos profesionales del sector privado que podrían ingresar a la función pública, pero no lo hacen por los bajos sueldos. Casañas remarcó que lo que más generó polémica fueron $40.000 en pasajes. “Creo que salvo el caso de Beatriz Rojkés (ex senadora) todos los demás lo usamos para viajar a nuestras provincias. Se viaja con asesores y también hay gente que, a veces, nos pide pasajes”, explicó.
Masso y Garretón habían defendido los incrementos, y explicaron que la suba fue del 31%. “Está vapuleada la política por los malos ejemplos, pero no somos todos iguales”, había afirmado Masso. Y agregó que el “canje” de pasajes por plata, al menos en su caso, no le parece ético, y que no lo hace. “Tenemos 20 pasajes aéreos y terrestres que los uso y se me escapan de la mano en función de las actividades”, había asegurado el opositor. (DyN-Télam-DPA-Especial)
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