22 Marzo 2016 Seguir en 
A los 86 años, Bud Spencer descubrió las redes sociales. Su página de Facebook (la llama amorosamente “Facebud”, jugando con su propio nombre) tiene 1,1 millón de “me gusta”, número que le sorprende ya que su tiempo de gloria y popularidad en la gran pantalla junto a Terence Hill y los westerns spaghetti pasó hace 40 años.
“Agradezco a la gente por su lealtad”, dice en una entrevista que la agencia DPA le hace al napolitano Carlo Pedersoli, que luego cambió a su nombre artístico inglés. Allí está la leyenda del cine de puños fuertes que hizo reír a varias generaciones en todo el mundo: chal de seda azul oscuro, barba, sonrisa amigable y cero actitud de estrella. Afirma que ya no ve bien, pero que, mentalmente, se siente como si tuviera 28 años. “En mi vida hice casi todo, menos dos cosas. Nunca podría haber sido un jockey de 40 kilos ni un bailarín de ballet”, destaca. Sin embargo, tiene la impresión de haber vivido al menos siete vidas.
Por eso tiene mucho para contar. “Lo que les quería decir....”, se llama el cuarto libro que acaba de publicar, y que escribió en colaboración con su amigo Lorenzo De Luca. Spencer aún tiene mucho que decir, sobre todo cuando se trata de sus recientes experiencias con el mundo virtual y sus chateos con los fans. “Vivimos en una época en el que uno se vincula al mundo mediante un click, en la que todo debe ir rápido. Y yo no soy rápido desde que llevo encima ropa y kilos”, advierte.
El libro está salpicado de anécdotas de sus tiempos como actor, cuando propinaba palizas a los malos y festejaba sus victorias con un plato de guisantes y litros de cerveza. En total, rodó 128 westerns y comedias, entre ellas 17 con Hill, quien hoy tiene 76 años y sigue siendo el rubio de ojos claros que enloquecía a las mujeres. Entre los dos actores nunca hubo celos o disputas, sino sólo una profunda amistad.
“Agradezco a la gente por su lealtad”, dice en una entrevista que la agencia DPA le hace al napolitano Carlo Pedersoli, que luego cambió a su nombre artístico inglés. Allí está la leyenda del cine de puños fuertes que hizo reír a varias generaciones en todo el mundo: chal de seda azul oscuro, barba, sonrisa amigable y cero actitud de estrella. Afirma que ya no ve bien, pero que, mentalmente, se siente como si tuviera 28 años. “En mi vida hice casi todo, menos dos cosas. Nunca podría haber sido un jockey de 40 kilos ni un bailarín de ballet”, destaca. Sin embargo, tiene la impresión de haber vivido al menos siete vidas.
Por eso tiene mucho para contar. “Lo que les quería decir....”, se llama el cuarto libro que acaba de publicar, y que escribió en colaboración con su amigo Lorenzo De Luca. Spencer aún tiene mucho que decir, sobre todo cuando se trata de sus recientes experiencias con el mundo virtual y sus chateos con los fans. “Vivimos en una época en el que uno se vincula al mundo mediante un click, en la que todo debe ir rápido. Y yo no soy rápido desde que llevo encima ropa y kilos”, advierte.
El libro está salpicado de anécdotas de sus tiempos como actor, cuando propinaba palizas a los malos y festejaba sus victorias con un plato de guisantes y litros de cerveza. En total, rodó 128 westerns y comedias, entre ellas 17 con Hill, quien hoy tiene 76 años y sigue siendo el rubio de ojos claros que enloquecía a las mujeres. Entre los dos actores nunca hubo celos o disputas, sino sólo una profunda amistad.
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