Los All Blacks sufrieron y esperan en la final

Los All Blacks sufrieron y esperan en la final

Vencieron con mucho esfuerzo a Sudáfrica. Todo negro en el horizonte.

DISPUTA. Brodie Retallick intenta proteger la pelota de Handré Pollard. Nueva Zelanda no jugó su mejor partido, pero propuso más y mereció llevarse el triunfo. reuters DISPUTA. Brodie Retallick intenta proteger la pelota de Handré Pollard. Nueva Zelanda no jugó su mejor partido, pero propuso más y mereció llevarse el triunfo. reuters
25 Octubre 2015
LONDRES.- Hasta a los All Blacks les toca sufrir de vez en cuando. Nueva Zelanda estuvo a un penal de distancia de quedarse con las manos vacías, pero logró sacar las papas del fuego y derrotar a Sudáfrica por 20 a 18 en la primera llave de las semifinales. Así, los “hombres de negro” jugarán su cuarta final mundialista, en la que esperan por el ganador entre Los Pumas y Australia.

Cabe aclarar que la diferencia final fue tan justa como merecida. El campeón del mundo no dio cátedra de rugby como ante Francia, pero sin dudas fue el que más propuso en el clásico, más allá de que el trámite del primer tiempo vio mejor parados a los Springboks. La rudeza física, que le da fisonomía al estilo sudafricano, se impuso en las formaciones y a la hora de defender. Sin embargo, los All Blacks son cerrajeros capaces de abrir cualquier candado: a los siete minutos, Jerome Kaino se filtró por un hueco y asestó el primero de los dos tries del partido. El segundo llegaría en el complemento por medio del ingresado Beauden Barrett, cuando Nueva Zelanda estaba abajo en el marcador y se empezaba a impacientar por su dificultad para encontrar espacios por tierra. Prueba de ello es el drop que intentó Dan Carter desde lejos, y que le permitió a su equipo acercarse en el marcador.

Hasta entonces, Sudáfrica dependía de su defensa y de la eficacia de Handré Pollard en los envíos a la hache, la única vía por la que había podido sumar. La falta de decisión para arriesgarse cuando su dominio del scrum le dio pelotas claras de ataque, le costó una nueva frustración y dejó a los All Blacks en la puerta del segundo título consecutivo.

Le da lo mismo

Consultado sobre a quién prefería como rival en la final, el entrenador de Nueva Zelanda, Steve Hansen, respondió: “no me importa. Lo que importa es que ya estamos en ella”.

“La victoria pudo haber sido para cualquiera de los dos. Podríamos haber sido nosotros los que estábamos sentados sobre el césped sabiendo que el trabajo de cuatro años se había terminado”, destacó Sonny Bill Williams, centro de los All Blacks.

Del lado sudafricano, el dolor era indisimulable. Víctor Matfield, uno de los Boks históricos, ya le apuntó a la final por el bronce: “Probablemente sea mi último partido, como también el de varios de mis compañeros. Nos gustaría ganar nuestro último encuentro con la camiseta de los Springboks. Vamos por eso”.

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