No hubo caso: la apelación presentada por la UAR sobre el caso de Mariano Galarza fue rechazada en Londres, por lo que el jugador quedó definitivamente fuera de la Copa del Mundo. La noticia no hizo más que profundizar la herida en un plantel que, en palabras de José Santamarina, lo vive “como un duelo”.
“Porque hemos perdido a un jugador de una manera casi absurda. Uno está tan acostumbrado a las situaciones de este juego tan frontal, que le cuesta entender que se castigue de esa forma a un jugador cuya intención no fue lastimar sino sacar a un rival de una formación, y que por accidente entra en contacto con los ojos del adversario. Lo sentimos como un exceso, pero el reglamento es así, penaliza cualquier acción que ponga en riesgo los ojos de un jugador. Tanto en el plantel como en el staff estamos muy consternados por esto”, reveló el “Cheto”, que por su rol de manager, conoce como pocos la intimidad del equipo.
Se trata de una pérdida sensible para el equipo argentino, cuando el viaje acaba de comenzar. “Perdemos mucho, porque el ‘Flaco’, además de ser uno de los mejores saltadores de Argentina, es muy bravo en la base de las formaciones, tacklea muy abajo a la salida de los rucks. Pero también porque se complementa a la perfección desde lo humano con las cabezas de este plantel. Es un jugador que transmite mucho en los entremaientos y que entiende a la perfección el sistema. Para nosotros, esa clase de jugadores son los estandartes de este equipo”, dimensionó el tucumano, quien de todos modos, niega de plano que el equipo haya quedado rengo.
“Los grandes equipos se hacen superando grandes adversidades. Y este plantel tiene opciones. Si uno se pone a ver, en el partido contra los All Blacks, la segunda línea titular fue con Tomás Lavanini y Guido Petti, que debió salir por un golpe. Junto con Matías Alemanno, son tres segundas muy buenos. En este caso, el cuarto pasaría a ser Javier Ortega Desio. Confiamos plenamente en que estos jugadores van a cumplir a la perfección”, aseguró Santamarina.