Un viaje de ensueño para Distaulo junto a Atlético

Un viaje de ensueño para Distaulo junto a Atlético

El juvenil fue convocado de emergencia para sumarse a la delegación "Decana".

SALIDA. Quiroga (8), que encabeza la fila “decano”, se lesionó y Distaulo, que viajó de emergencia, jugó por el volante central. FOTO DE MARCELO SUPPO (ESPECIAL PARA LA GACETA) SALIDA. Quiroga (8), que encabeza la fila “decano”, se lesionó y Distaulo, que viajó de emergencia, jugó por el volante central. FOTO DE MARCELO SUPPO (ESPECIAL PARA LA GACETA)
08 Junio 2015
SAN FRANCISCO, Córdoba (Enviado especial, Nicolás Iriarte).- El fin de semana venía tranquilo para Alejo Distaulo. Junto con el resto de los jugadores relegados por Juan Manuel Azconzábal para el partido de ayer, participó quizás del entrenamiento menos trascendente de un equipo. Licenciados hasta el lunes, llegó a casa, prendió la TV y sintonizó la final de la Liga de Campeones. Sus planes no iban más allá del televisor. Al día siguiente, quería ver el partido de Atlético junto a su tío, con el que suele compartir esos momentos, aprovechando que su pariente no iba a trabajar. Sin embargo, mientras Lionel Messi y compañía hacían historia en Berlín, en San Francisco se gestaba un cambio de planes.

Luis Rodríguez avisó el sábado por la tarde que había sentido una molestia en el aductor derecho. Su presencia estaba en duda. “Llamen a Distaulo”, ordenó el “Vasco”. “Tenía el celular con batería baja y dejé que se apagara pensando, ‘¿quién me va a llamar ahora?’”, confesó Distaulo luego del partido que finalmente terminó jugando y en el que casi le entrega la victoria al “decano”. Rubén Gultemirián, el dirigente que encabezó la delegación a Córdoba, llamaba y llamaba pero lo atendía el contestador. Finalmente, dos horas después, lograron dar con él.

“Cuenten conmigo”, fue lo primero que dijo Distaulo cuando le pusieron el teléfono en la boca. La principal complicación era cubrir la distancia entre Tucumán y San Francisco (no hay colectivos que hagan el tramo de manera directa) cuando faltaban menos de 24 horas para el partido. La historia necesitaba de un actor de reparto de esos que hacen que la fantasía sea posible y ese fue Héctor, papá de Alejo, quien lo llevó en auto hasta San Francisco, manejando toda la noche. “Me buscó a las 22.15 y salimos. Paramos en Dean Funes unas dos horas para descansar y llegué a las 7”, relató el jugador.

Y aun así, con escasas horas de sueño desplegadas sobre el asiento de un auto, el ex River entró a la cancha y no solo volvió a ser feliz sino que demostró que está para jugar. “El llamado me alegró el día, la vida”, agregó.

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