Por Miguel Eduardo Décima
04 Mayo 2015
UNA TÍPICA LOCURA. Los simpatizantes “santos”, como ya es una costumbre, volvieron a decir presente en Salta para alentar al equipo de sus amores. Foto de Marcelo Miller (especial para la gaceta)
SALTA, (De nuestro enviado especial, Miguel Décima).- Este fin de semana largo, Salta, por diferentes motivos, se convirtió en la capital deportiva del NOA. A saber: el viernes se corrió la tradicional prueba “1° de Mayo” con la presencia de los mejores equipos del ciclismo nacional. Esto permitió que los amantes del deporte del pedal se volcaran con entusiasmo a las calles de la “Linda” para alentar a los protagonistas.
El sábado por la tarde, el estadio “Padre Ernesto Martearena” fue escenario del partido internacional de rugby entre los Pumas y Estados Unidos. Gran parte de los casi 8.000 asistentes eran tucumanos que viajaron en contingentes.
Eso no es todo. Entre el jueves y ayer, en distintos estadios salteños, se desarrolló el Campeonato Argentino de fútbol de Abogados. Esta fiesta contó con la participación de más de 1.000 profesionales. Por ese motivo, la mayoría de los establecimientos gastronómicos de la capital salteña no dieron abasto para atender a los visitantes.
Pero la frutilla del postre fue el partido de ayer entre el líder Juventud Antoniana y San Martín, que pretendía arrebatarle esa codiciada posición. Desde muy temprano se montó un estricto control policial en la ruta nacional N° 9 para que la llegada de los hinchas tucumanos al estadio se registrara con total normalidad.
Cerca de las 10, José “Pepe” Muratore, presidente de la entidad salteña, llegó al estadio con la certeza que la promesa de los directivos de San Martín no se iba a poder cumplir. “Según me dijo mi hijo que estaba manejándose con la gente de San Martín, en Tucumán apenas se pudo vender 980 entradas de las 3.000 que se llevaron. Por suerte, nuestra gente volvió a respaldarnos y el estadio tuvo la asistencia que esperábamos”, dijo Muratore.
Según los cálculos de la policía salteña, cerca de 1.200 simpatizantes tucumanos estuvieron ayer dándole su aliento al equipo. Estos se ubicaron en la cabecera sur del estadio, mientras que el resto estuvo se ubicó en el resto de las tribunas. Como es sabido, la hinchada de Juventud Antoniana está dividida en dos grupos plenamente diferenciados y ocuparon dos sectores diferentes. Por suerte no hubo nada por lamentar y Salta tuvo su merecida fiesta.
El sábado por la tarde, el estadio “Padre Ernesto Martearena” fue escenario del partido internacional de rugby entre los Pumas y Estados Unidos. Gran parte de los casi 8.000 asistentes eran tucumanos que viajaron en contingentes.
Eso no es todo. Entre el jueves y ayer, en distintos estadios salteños, se desarrolló el Campeonato Argentino de fútbol de Abogados. Esta fiesta contó con la participación de más de 1.000 profesionales. Por ese motivo, la mayoría de los establecimientos gastronómicos de la capital salteña no dieron abasto para atender a los visitantes.
Pero la frutilla del postre fue el partido de ayer entre el líder Juventud Antoniana y San Martín, que pretendía arrebatarle esa codiciada posición. Desde muy temprano se montó un estricto control policial en la ruta nacional N° 9 para que la llegada de los hinchas tucumanos al estadio se registrara con total normalidad.
Cerca de las 10, José “Pepe” Muratore, presidente de la entidad salteña, llegó al estadio con la certeza que la promesa de los directivos de San Martín no se iba a poder cumplir. “Según me dijo mi hijo que estaba manejándose con la gente de San Martín, en Tucumán apenas se pudo vender 980 entradas de las 3.000 que se llevaron. Por suerte, nuestra gente volvió a respaldarnos y el estadio tuvo la asistencia que esperábamos”, dijo Muratore.
Según los cálculos de la policía salteña, cerca de 1.200 simpatizantes tucumanos estuvieron ayer dándole su aliento al equipo. Estos se ubicaron en la cabecera sur del estadio, mientras que el resto estuvo se ubicó en el resto de las tribunas. Como es sabido, la hinchada de Juventud Antoniana está dividida en dos grupos plenamente diferenciados y ocuparon dos sectores diferentes. Por suerte no hubo nada por lamentar y Salta tuvo su merecida fiesta.
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