La SIP mandó una carta pública a los gobernantes de la VII Cumbre de las Américas

La SIP mandó una carta pública a los gobernantes de la VII Cumbre de las Américas

Bajo el título "Una oportunidad Histórica", piden a las autoridades "reafirmar su compromiso con la libertad de expresión y de prensa".

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10 Abril 2015
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) emitió un comunicado dirigido a los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la VII Cumbre de las Américas, que se desarrolla hoy y mañana en Panamá y donde se encuentra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En el texto, titulado "Una oportunidad Histórica", piden a las autoridades de América "reafirmar su compromiso con la libertad de expresión, de prensa y el derecho a la información de los ciudadanos". En la misiva, que fue dada a conocer ayer en el sitio de la SIP, se apunta contra los países que no respetan dichas libertades: "Nadie puede quedar callado ni ser indiferente a las violaciones a los derechos humanos, a la libertad de expresión, que cometen, particular y sistemáticamente, los gobiernos de Raúl Castro, Rafael Correa y Nicolás Maduro".

El texto completo:
Los líderes de los gobiernos que representan a los pueblos de América, congregados en esta VII Cumbre de las Américas, bajo el lema “Prosperidad con Equidad: El Desafío de Cooperación en las Américas”, tienen una oportunidad histórica para reafirmar su compromiso con la libertad de expresión, de prensa y el derecho a la información de los ciudadanos, principios que la Carta Democrática Interamericana valora como esenciales para la vida democrática y el bien común.

Bajo esa proclama y el mandato que exige cada Constitución, los gobernantes tienen la obligación de vigilar, promover y defender la libertad de expresión como derecho humano fundamental, sin la cual tampoco puede haber verdadera prosperidad, equidad y cooperación entre ciudadanos y pueblos.

Más allá de las diferencias ideológicas y de las retóricas oficiales sobre injerencias incómodas y soberanías nacionales, la violación de las libertades individuales y civiles, así como obliga la Declaración Universal de Derechos Humanos, debe ser denunciada por todos – gobernantes y gobernados – sin censura, ni límites ni fronteras.

No hay excusas para que nuestros gobernantes sean testigos silenciosos del sufrimiento de aquellos ciudadanos que no pueden expresarse libremente. Todos deberían reaccionar cuando alguien es perseguido, encarcelado, insultado, agredido o violentado por expresar sus ideas. Ineludiblemente, nadie puede quedar callado, cuando esos abusos y atropellos provienen del propio Estado.

Nadie puede quedar callado ni ser indiferente a las violaciones a los derechos humanos, a la libertad de expresión, que cometen, particular y sistemáticamente, los gobiernos de Raúl Castro, Rafael Correa y Nicolás Maduro. Presos de conciencia, medios de comunicación cerrados, periodistas y ciudadanos amordazados, desenmascaran esas violaciones.

Si esta VII Cumbre pretende ser histórica, deberá reconocer que para construir democracia no son suficientes los actos electorales. La democracia exige una clara separación de poderes, jueces independientes, transparencia en la gestión pública, impulsar prosperidad, promover equidad, garantías individuales y un ambiente respetuoso que empodere ideas diversas y plurales como corresponde en un Estado de derecho.

En el futuro se podrá juzgar si en la Declaración que emane de esta Cumbre, los gobernantes del continente americano se habrán mostrado firmes de que la cooperación plena y verdadera solo se puede alcanzar cuando haya convicción democrática y ningún ciudadano sea excluido o discriminado por pensar, opinar o ser diferente.

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