Cartas de lectores
09 Febrero 2015

Inundaciones I

Otra vez las inundaciones y las escenas donde los tucumanos luchan por no ser arrastrados por el lodo. Luego viene la intervención providencial del Estado a través de funcionarios que quieren mostrarse paternales, solidarios y salvadores en el reparto de bienes para mitigar el sufrimiento de los afectados. Sin embargo, las obras de años para evitar o hacer menores los efectos de las aguas de lluvia que devastan el territorio no aparecen. La construcción del llamado canal de cintura autorizado por ley de la Provincia para evitar las inundaciones en Juan B. Alberdi, con un presupuesto de alrededor de $ 40 millones y cuyos datos técnicos nadie conoce, todavía está sin aparecer, como tampoco el dinero autorizado para su realización. Tal vez el dinero votado para la concreción de esta obra pública prevista a través del Convenio de Colaboración y Transferencia con fondoz provenientes del Estado Nacional, celebrado entre el Superior Gobierno de la Provincia y la Municipalidad de Juan B. Alberdi, tenga mayor rédito político a través de la visible asistencia a los afectados en la ocasión, gran parte de ellos personas de bajos recursos que pierden lo poco que tienen con la irrupción del fenómeno, agravando su situación de pobreza. Los funcionarios municipales y algunos legisladores de la zona, bien extensos y prestos en el anuncio de que con la obra del Canal de Cintura las inundaciones se terminaban en Alberdi, hoy deben estar junto al pueblo para dar explicaciones sobre qué ha pasado con esta importante obra y con el dinero autorizado para su ejecución.

José Luis Díaz Robín

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Inundaciones II

Si mi padre viviera tendría 113 años de edad. Nacido en Sud de Lazarte, vivió allí hasta los 15 años. Supo contarme que ese lugar y en todas las zonas vecinas, cuando llovía mucho, siempre hubo inundaciones y que a su vez, su padre y abuelo le decían que siempre fue así. Entonces estoy hablando de un período de más de dos siglos de inoperancias, negligencias, pésimas y nulas inversiones por parte de tantos gobiernos que pasaron. Creo que esto convino y conviene políticamente, pues a cada acontecimiento de este tipo acuden los que manejan los dineros públicos en ayuda a los damnificados con alimentos, camas, colchones, chapas, etcétera. ¿Alguien supo o sabe cuánto se gastó o se gasta en esas operaciones a través del tiempo? La suma empleada a tales fines quizás hubiera alcanzado para que se hayan hecho, paso a paso, obras de envergadura, calidad y con profesionalismo. “Hay que ayudar a los necesitados” se dice. Yo digo: ¿por qué a estas alturas existen personas en esas condiciones? ¿O acaso esas “actitudes solidarias” otorgan votos de agradecimiento? Bueno, son las miserias de la política, poblada de políticos ricos.

Ramón Humberto Acosta

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San Martín 303 - Lules


CAPS La Reducción

En la localidad de La Reducción, cuya población creció considerablemente según los datos del censo del 2010, no es conveniente enfermarse los fines de semana, ya que en esos días la atención médica es nula en el CAPS, que atiende a sus más de 5.000 habitantes. El pueblo cada vez más pobre y desprotegido por el Estado sufre la desidia y la falta de gestión de las autoridades para que exista una guardia las 24 horas, pero los dirigentes ni siquiera se avergüenzan de la situación de este centro asistencial. Sin atención médica los sábados ni los domingos en el CAPS, sólo tienen derecho a recibir asistencia en el área privada quienes tienen obra social o son afiliados de una prepaga. Las autoridades locales no gestionan, tenemos un tucumano como ministro de la Nación, pero la Salud Pública está enferma en La Reducción.

Federico Díaz Galván

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PAMI

Estuve leyendo la carta publicada por la lectora María E. González respecto a los servicios que brinda el PAMI y los cambios inconsultos para el afiliado jubilado que se refiere. Las angustias, desconciertos y desatenciones sin duda se ponen de manifiesto y alertan a quienes tenemos familiares que dependen de esa obra social. En toda relación contractual hay oferta y demanda de ofrecimientos prestacionales, lo que supone que tratándose de personas con diferentes problemas de salud se requiere una atención digna y consecuente con los aportes realizados durante años de trabajo; esto los ubica como los verdaderos dueños de dicha obra social. Mas al parecer nunca fue así, ya que esta situación se mantuvo durante las intervenciones de distintos colores políticos. Volviendo a las relaciones contractuales, pregunto: ¿quiénes hacen los correspondientes relevamientos y la elaboración de cartillas informativas de cantidad y calidad prestacional de cada efector? ¿Quiénes auditan los lugares donde están internados los beneficiarios, comprobando el cumplimiento de lo establecido en calidad de atención? ¿Quiénes informan de las anomalías? La obra social en su estructura cuenta con profesionales que por sus incumbencias están preparados y habilitados para realizar diagnósticos, contención, orientación desde el área social, familiar, ambiental. Sería importante que el paciente deje de ser un expediente, un trámite administrativo, un número en el asistencialismo y se convierta en un protagonista de sus propios derechos; más allá de un momento recreativo y oportuno. Ya lo dijo Su Santidad: los abuelos son la memoria de los pueblos. Pero esa memoria debe ser acompañada por los derechos y dignidad que como personas se merecen. Los mejoramientos pueden lograrse con la participación, oportunidad y sobre todo la acción entre los que demandan y ofrecen servicios.

Héctor Sergio Estrade

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Accesos a Tucumán

Por motivos laborales hace ocho años resido en Tierra del Fuego, y cada año que ha transcurrido desde entonces volví varias veces a Tucumán por diferentes medios de transporte: avión, bus, automóvil. Este año viajé en auto desde Tierra del Fuego hacia Tucumán, pasando por Santa Cruz, Chubut, Río Negro, La Pampa, Córdoba, Catamarca; y con amargura puedo afirmar que Tucumán es la que tiene los peores accesos. Mi afirmación se debe a que pude ver una imagen deteriorada de Tucumán en todos los ingresos, ya sea porque las malezas en muchos casos llegaban a superar los dos metros (nueva ruta 38, cerca de la entrada a Bella Vista, y ruta que va al aeropuerto), grietas y baches que en algunos casos datan de más de seis años (acceso Norte, frente a banco Provincia y circunvalación frente a Villa Mariano Moreno), como la presencia de pintadas políticas (esto se da en todos los accesos), basurales a cielo abierto a la vera de la ruta (cerca de la entrada al Mercofrut) y lavaderos clandestinos (cercanos a la nueva terminal de ómnibus). Me pregunto cómo se podría hacer o a quién debemos hablar para que se den cuenta de esta situación y la reviertan inmediatamente.

Marcelo Jorge Paolantonio

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La pobreza

La pobreza siempre existió, pero en estos últimos tiempos creció, según estudios realizados, a más del 20% (más de 12 millones de personas). Todo a pesar de que estos últimos tres gobiernos fueron los que más asistieron a los pobres, con planes sociales que sólo los ayudan a subsistir. El crecimiento demográfico y la falta de trabajo son factores que inciden, pero la gran inflación es la que se devora día a día los ingresos de todos. Esta situación se originó por la tecnificación de las industrias y sobre todo del campo, que dejó a miles de desocupados. Ellos emigraron a la periferia de las ciudades, engrosando las villas de emergencia. Los niños pobres no nacen malos; la mala alimentación, las privaciones, la discriminación (los Reyes Magos no pasan nunca por allí) y las humillaciones los llenan de rencores, y cuando son adolescentes la desigualdad y falta de oportunidades a algunos los lleva a la delincuencia y otros son presa fácil de las drogas que los destruyen para siempre y que también los hace delincuentes. El Gobierno debe establecer de manera urgente planes de capacitación en los barrios más humildes para que los jóvenes aprendan oficios y tengan las posibilidades de trabajo genuino que les permitan prosperar. En los años 70 el talentoso folclorista Jorge Cafrune recorrió los pueblos de la Argentina a caballo y comentó: “créanme, he visto tanta pobreza que por aquí Dios no pasó”.

Francisco Sánchez

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PLAZA SAN MARTÍN

Con gran alegría, el viernes vi cómo se hizo realidad la carta que me publicó LA GACETA el 17/8/2001: finalmente cortaron los absurdos 22 mástiles que había mandado poner Bussi. Al día siguiente que publicaron mi carta, mandaron izar banderas americanas en esos mástiles para justificar su existencia, aunque un día después debieron acudir los bomberos a arriarlas porque se enredaban en la punta del mástil. La mentalidad faraónica del gobernante obsesionado con sus ideas (a veces místicas) intenta mantenerlas pese a las evidencias en contrario y la crítica. Además quiero felicitar al arquitecto urbanista que remodeló la vieja Plaza de los Burros (actual Rivadavia) y que embellece la plaza San Martín, quizás es una señal que podremos cambiar y tener gobernantes que den prioridad al progreso.

Mario Bromber

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Yerba Buena

El motivo de esta carta es denunciar el estado deplorable de las calles y veredas de Yerba Buena debido a la acumulación de basurales y a la falta de higiene general. Particularmente vivo en el Barrio Las Acacias y en este caso es la negligencia de la Municipalidad la causante de esto. Ya que son las mismas máquinas que acondicionan las calzadas las que generan los basurales. A lo que hay que sumar el deficiente desempeño de la empresa de recolección de basura, que pasa esporádicamente y no cumple eficientemente con su cometido. Sucede que las mismas cuadrillas de mantenimiento de la vía pública acumulan los desechos en las esquinas, formando montículos que quedan por semanas y que van “engrosándose” por la acción de los vecinos. Esta situación puede prolongarse hasta meses, generándose verdaderos basurales en el medio de los barrios y avenidas en los que proliferan las alimañas y son un peligro para la salud pública. Tengo la esperanza de que el intendente tome nota de esto. Propongo por mi parte organizar el trabajo de las cuadrillas de mantenimiento de tal forma que los desechos no se acumulen en la calle, hacer mas eficiente el sistema de recolección de basura y colocar cestos y containers a disposición de la gente en las esquinas.

Carlos Miguel Figueroa

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Intelectos precarios

Dado que soy el firmante de una nota en la que me refería a los dichos de la Presidenta en China, creo que tanto a mi intelecto como a mi espíritu los alcanzan los calificativos expresados por el lector Camilo Peral Tobar (carta “Intelectos precarios”, 7/2). Consultado el significado del adjetivo “precario” en la última edición del DRAE en su versión electrónica veo que en su segunda acepción quiere decir: “2. adj. Que no posee los medios o recursos suficientes”. Igual que los intelectos de todos los jubilados argentinos. Para las otras tres acepciones, consultar el diccionario mencionado. Agrego que mi espíritu no es resentido, sino que se defiende de las agresiones a las que este gobierno somete a los orgullosos integrantes de la clase media, cada vez menos media. No sé si los chinos usan acentos, pero yo usaría sendos tildes en “petloleo y la campola”. Así me recuerdan a “Calixto y Melibea”, “Abbot y Costello”, “El Gordo y El Flaco” y otros dúos famosos. Finalmente: en bocas y twitters cerrados no entran moscas, electrónicas y de las otras.

Eduardo O.M. Rothe

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EEUU: demonio o ángel

El egoísmo, la ambición, la violencia, vienen con el ser humano. No nacieron con EEUU. Por lo tanto, hacer una lista de todos los errores de estadounidenses no alcanza para calificar a ese país o sus ideas fundantes como el demonio y a cualquiera que se le oponga como un ángel. Tampoco, aunque sería un avance, sirve listar todos los actos repudiables cometidos por gobiernos de otros países o en nombre de otras ideas. Es más completo computar en todos también los aportes a la humanidad y evaluar si lo malo es sistémico o excepcional, o si hay mecanismos internos para superarlo. Y Clímaco de la Peña (h) (carta “Yanquis: el caso Mattei”, 7/2) sólo cita testimonios de un lado. Algunos impugnables. Como ficciones fílmicas o el “Hitler ganó la guerra” de Walter Graziano. Libro del que reitero lo que a De la Peña no le quedó claro: ante las fallas científicas del primer capítulo no valía la pena seguir, por lo que hacía sospechar de la calidad de lo posterior. Como Graziano pasó de economista con aires iconoclastas en los 90 a periodista de conspiración en la actualidad, creo acertada la decisión. E insisto en el infantilismo de achacar todo a los demás, pues rechaza la asunción de los errores propios y con ello la opción de superarlos. Los tiene Latinoamérica. Como los golpes de Estado, todos al menos en Argentina con aceptación popular no importa quién los haya impulsado. O apoyar medidas claramente irrazonables, en todo tipo de gobierno, desde reformas agrarias hasta emisión descontrolada de dinero. Si el fracaso se debe sólo al de afuera, el éxito también será dádiva y no logro propio. Por último, debe recordarse que en el siglo XX las alternativas reales a la preponderancia de EEUU eran la Alemania nazi o la URSS. Si no gusta la hegemonía yanqui, una lástima si gustara lo otro.

Gustavo F. Wallberg

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La calle más oscura

La calle Celedonio Gutiérrez al 800, entre avenida Gobernador del Campo y Próspero García, era un boulevard muy bien iluminado. La Municipalidad decidió “mejorar” la iluminación de la cuadra cambiando los postes de luz; esta obra terminó con el siguiente resultado: lámparas de menor intensidad y una mayor oscuridad, tornando esta zona aún más insegura. Lamentable.

Maria Inés Lozano Muñoz

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Fe de erratas

Por un error involuntario, en la edición de ayer consignamos que Antonio Gandur, presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, era un socio de referencia del club Cardenales. En verdad, Gandur es un dirigente histórico de Los Tarcos. Pedimos públicas disculpas al titular del alto tribunal y a los lectores, y renovamos nuestro compromiso con la precisión informativa.

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