El mercado, una trampa

El mercado, una trampa

La especulación se antepone al “sí” de los jugadores que buscan mayores dividendos

FORÁNEOS. El colombiano Miguel Julio es una de las caras nuevas que vino del exterior, como Mieres y Molina. la gaceta / foto de franco vera FORÁNEOS. El colombiano Miguel Julio es una de las caras nuevas que vino del exterior, como Mieres y Molina. la gaceta / foto de franco vera
04 Febrero 2015
El mercado de pases suele moverse al estilo de un culebrón con éxito de taquilla. En esta edición 2015, con 30 equipos en Primera, las negociaciones entran y salen constantemente de un agujero negro. Hasta que el futbolista que dio el sí no está en cuerpo presente, es imposible ratificarlo como nuevo miembro del clan.

Atlético, como tantos otros clubes de la divisional, sufre por los desplantes y maniobras que se generaron debido a los famosos contratos de 18 meses firmados el semestre pasado. Negociar con un futbolista, cuya palabra es su garantía, a veces resulta complicado. ¿Por qué? Con tanta demanda en Primera, la especulación es la mejor arma que disponen quienes tiene algún cartel en la B Nacional. Se aprovechan de la situación.

“No solo eso, muchos te dicen que no porque no conocen el norte del país, no conocen Tucumán y no quieren venir. Pero mirá cómo será la cosa que cuando aceptan y firman después no se quieren ir más”, lo dice un directivo de peso de Atlético, que ayer penó por un último osoooo. El delantero Diego González Vega había sido confirmado en el “Decano”. Es más, el chileno envió un mensaje avisando que estaba por abordar un avión para llegar a la provincia el lunes por la tarde. Sin embargo, cuando fueron a buscarlo al aeropuerto, el futbolista brilló por su ausencia. Antes de la medianoche llegó otro sms del trasandino pidiendo las disculpas del caso. No era la primera vez que el artillero los dejaba plantados. Seguramente será la última.

“Se hace difícil sumar. Lo que pasa es que con tanta oferta de Primera los futbolistas esperan hasta último momento. También te utilizan como institución para presionar a sus respectivos clubes con la oferta que hiciste. Piden una mejora de contrato o la rescisión”, agrega el directivo.

Esta es la realidad. El mercado de pases se convirtió en una trampa para los clubes, un fondo buitre, salvo en el caso de los jugadores que no se tienen en cuenta y que generalmente están en la vidriera esperando una oferta.

“Por eso nos fijamos en el exterior, buscamos afuera y, creo, trajimos buenos futbolistas; ya lo verán”, promete el “Decano”, que no le da importancia a otros desplantes como el del jujeño Raúl Poclaba (un mes negociaron) o el lateral Nelson Benítez, entre otros.

Comentarios