Por la sequía, dos clubes están al borde de desaparecer

Por la sequía, dos clubes están al borde de desaparecer

10 Noviembre 2014
El club de Pesca y Regatas, y el club de la UNT agonizan por la sequía. Las sedes que tienen en Ticucho quedaron fuera de servicio, ya que no cuentan con agua para realizar sus actividades. “Nuestros principales ingresos son el alquiler de botes y los fondos que dejan las personas que van a pasar un día en la sede. Pero si no hay agua, la gente no va y tampoco se puede alquilar nada”, comenta Carlos Nieva, presidente del club de la UNT. “Además hay socios que, al no poder hacer uso de las instalaciones, se niegan a pagar las cuotas. Eso nos genera un desequilibrio financiero porque hay que seguir pagándoles a los caseros y manteniendo los predios”, agrega Carlos Moreno, del Regatas.

Los dirigentes apuntan que ya vivieron esta situación en las temporadas 2012 y 2013. El 2014 fue distinto, y no sólo porque hubo agua en Ticucho, sino porque el Regatas consiguió un segundo predio al lado del camping El Cardumen que también fue utilizado por el club de la UNT. “Lo inauguramos el primer fin de semana de agosto, pero ni bien se levantó la veda, también se secó y quedó inutilizable”, explica Moreno.

A los pescadores les queda una esperanza: que se inaugure la nueva sede del club de la UNT que está en una zona donde, en principio, no sufriría problemas. “Estamos esperando la documentación correspondiente de la División Inmuebles Turísticos del Ente para que podamos ubicar a un casero. Luego tendremos que trabajar en la apertura de un camino de 1.800 metros. Para ello, estamos gestionando ante las autoridades de la UNT que nos faciliten los recursos técnicos y humanos, no económicos, para que terminemos cuanto antes la obra”, comenta Nieva.

Actualmente, El Cadillal, uno de los sitios de pesca más importantes de la provincia, casi no brinda servicio para los deportistas. Sólo se puede embarcar en el catamarán de Sebastián Trejo, que parte del camping de Doña Chepa. Los que tienen embarcaciones también padecen la sequía. “En esta época del año es muy complicado utilizar la bajada pública. Allí se reúne la mayor cantidad de gente y es un peligro entrar y salir con las lanchas porque no respetan la zona. Ni hablar de los que están alcoholizados y se enojan porque navegamos por ahí”, cuenta Moreno.

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