Premio Nobel para los "padres" del nanoscopio

El alemán Stefan Hell -con vínculos con la ciencia argentina- y los estadounidenses Betzig y Moerner revolucionaron la técnica de la microscopía

STEFAN HELL, CON EL NANOSCOPIO LEICA. Esta tecnología revoluciona los estudios sobre la maquinaria molecular interna de las células. reuters STEFAN HELL, CON EL NANOSCOPIO LEICA. Esta tecnología revoluciona los estudios sobre la maquinaria molecular interna de las células. reuters
09 Octubre 2014
La noticia de que el Nobel de Química 2014 fue para un alemán y dos estadounidenses que superaron las barreras ópticas en los microscopios cosecha aplausos en todos los laboratorios del mundo. Se entiende, ya que esta tecnología les está permitiendo a los investigadores observar moléculas individuales dentro de células vivas, algo que hasta hace unos cuantos años era impensado.

Los científicos estadounidenses Eric Betzig y William Moerner y el alemán Stefan Hell fueron premiados por usar la fluroescencia para llevar los microscopios a un nuevo nivel, haciendo posible estudiar fenómenos como la creación de sinapsis entre células cerebrales en tiempo real. “Debido a sus logros el microscopio óptico puede ahora asomarse a la nanodimensión”, dijo la Real Academia Sueca de las Ciencias en un comunicado al revelar a los ganadores del premio de 1,1 millones de dólares.

Los científicos, que han estado mirando a través de microscopios desde el siglo XVII, pensaban que había un límite a lo que podía ser visto. En 1873, Ernst Abbe estipuló que la resolución nunca podría superar los 0,2 micrometros, o 500 veces más pequeño que el ancho de un cabello humano.

Pero los tres ganadores del Nobel sobrepasaron este límite observando objetos con marcadores fluorescentes y escanéandolos para construir imágenes mucho más detalladas. Actualmente, ese tipo de “nanoscopio” es muy usado para visualizar la maquinaria molecular interna de las células.

Los microscopios modernos a escala nanométrica pueden seguir la interacción de proteínas involucradas en enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y el cáncer u observar la transcripción y traducción del ADN para crear proteínas, o rastrear el desarrollo de óvulos fertilizados cuando se dividen y se convierten en embriones.

Los anteriores microscopios ópticos podían ver objetos del tamaño de la bacteria más pequeña, pero no el trabajo de componentes individuales dentro de las células.

Estos científicos mejoraron la tecnología para poder ver partículas menores a un tamaño de media longitud de onda, dice el comunicado de la Academia Nobel. “Cambió la mirada química, molecular y biológica del mundo”, dijo a dpa la profesora Astrid Graslund, secretaria del Comité Nobel de Química. En el pasado, los investigadores sólo eran capaces de ver “los contornos de una célula viva ... pero uno no podía ver ningún detalle”, añadió. Sven Lidin, presidente del Comité Nobel de Química, afirmó: “Esto hasta nos mostró los cambios dinámicos estructurales de neuronas en el cerebro, que ocurren durante los procesos de aprendizaje. La nueva microscopía “no nos dice sólo dónde, sino también cuándo y cómo”.

Hell fue reconocido por desarrollar la microscopía STED, técnica que usa dos rayos láser para obtener imágenes menores a 0,2 micrómetros. Betzing y Moerner trabajaron por separado en el desarrollo de la microscopía unimolecular, que se basa en la posibilidad de encender y apagar la fluorescencia de moléculas individuales. Así, se pueden tomar diferentes imágenes, que luego se superponen obteniendo “una superimagen densa” con una resolución nanométrica.

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