25 Agosto 2014
SE ESCAPA. Luis Rodríguez elude la marca de Pellegrino durante el segundo tiempo del partido jugado en el Monumental. LA GACETA / HECTOR PERALTA
Es curioso que de los seis goles que lleva anotados el equipo en el torneo, ninguno sea de Luis Rodríguez, el jugador en actividad que más goles tiene con la camiseta de Atlético. Hasta ahora, con tres triunfos sobre tres es sólo “curioso” y no preocupante, ya que el equipo supo como suplir esa fuente de goles que no sólo parecía inagotable sino la única que tenía plantel hasta hace poco.
“Hoy por hoy estoy haciendo otro tipo de juego. Pienso en el gol, pero estoy tranquilo. Primero hay que tener sacrificio y entregarse todo por el equipo. Los goles llegarán solos”, explicó un tranquilo “Pulguita” aunque cuando Héctor Rivoira decidió reemplazarlo a los 70’, pareció estallar.
El jugador llevó una sus manos a la frente, miró a la tribuna de calle Laprida y se rascó la cabeza para disimular la bronca. Se sacó la cinta de capitán y emprendió el retiro hacia el banco de suplentes.
“Fue una decisión del entrenador. Pienso que fue porque quería poner un jugador que tenga más aire, pero uno está preparado para lo que sea. No quería salir, estaba bien para seguir. Igual el DT pensó que eso era lo correcto y hay que aceptarlo”, confesó el jugador en la zona mixta.
Lo cierto es que su salida seguramente no fue con las mismas conclusiones que sacó el “Chulo” en Santa Fe. Allí, se lo vio lento y desesperado por hacer el gol, sin importar las distancias. “Le agarra la locura al no poder meter el gol y empieza a hacer cosas que quizás no sirven como pegarle a la pelota de 50 metros”, advirtió Rivoira durante la semana y antes del partido con All Boys.
A su vez, presagió: “va a jugar un gran partido el domingo” y tuvo algo de razón. El simoqueño se mostró mucho más activo y generoso. La asistencia a Cristian Menéndez fue de lo mejor en el partido así como sus esfuerzos por complicar a los defensores.
Aún así, el “Chulo” decidió sacarlo pero por sus palabras en la zona mixta, no parece que vaya a ir más lejos que eso. “‘Pulguita’ es al que más banco del plantel. Por la relación que tengo con él y su historia en el club”, aclaró ante el enjambre de mircrófonos que lo rodeaban. Por ahora, su puesto está a salvo.
“Hoy por hoy estoy haciendo otro tipo de juego. Pienso en el gol, pero estoy tranquilo. Primero hay que tener sacrificio y entregarse todo por el equipo. Los goles llegarán solos”, explicó un tranquilo “Pulguita” aunque cuando Héctor Rivoira decidió reemplazarlo a los 70’, pareció estallar.
El jugador llevó una sus manos a la frente, miró a la tribuna de calle Laprida y se rascó la cabeza para disimular la bronca. Se sacó la cinta de capitán y emprendió el retiro hacia el banco de suplentes.
“Fue una decisión del entrenador. Pienso que fue porque quería poner un jugador que tenga más aire, pero uno está preparado para lo que sea. No quería salir, estaba bien para seguir. Igual el DT pensó que eso era lo correcto y hay que aceptarlo”, confesó el jugador en la zona mixta.
Lo cierto es que su salida seguramente no fue con las mismas conclusiones que sacó el “Chulo” en Santa Fe. Allí, se lo vio lento y desesperado por hacer el gol, sin importar las distancias. “Le agarra la locura al no poder meter el gol y empieza a hacer cosas que quizás no sirven como pegarle a la pelota de 50 metros”, advirtió Rivoira durante la semana y antes del partido con All Boys.
A su vez, presagió: “va a jugar un gran partido el domingo” y tuvo algo de razón. El simoqueño se mostró mucho más activo y generoso. La asistencia a Cristian Menéndez fue de lo mejor en el partido así como sus esfuerzos por complicar a los defensores.
Aún así, el “Chulo” decidió sacarlo pero por sus palabras en la zona mixta, no parece que vaya a ir más lejos que eso. “‘Pulguita’ es al que más banco del plantel. Por la relación que tengo con él y su historia en el club”, aclaró ante el enjambre de mircrófonos que lo rodeaban. Por ahora, su puesto está a salvo.
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