27 Marzo 2014
EN PLENO PROCEDIMIENTO. Dos médicos operan en un quirófano; en primer plano aparece una silicona
Lucir glúteos firmes y unas lolas sensuales es una de las principales preocupaciones de la mujer actual. Tal vez porque son símbolos de belleza que atraen miradas y generan mayor seguridad y confianza en quienes se hacen resaltar esas zonas del cuerpo. Esto ha llevado a la creación de una gran cantidad de sustancias y de métodos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para levantar, aumentar, embellecer, rellenar y rejuvenecer distintas partes de la anatomía. “Pero el uso de todos los materiales y sustancias con fines estéticos debe estar en manos de médicos que acrediten el certificado de especialización en cirugía plástica, reparadora y reconstructiva. De lo contrario, podrían traer más riesgos que beneficios, advirtió el cirujano plástico, doctor Oscar Abdala, especialista que trabaja en el Hospital Padilla y en el sector privado.
“El uso inadecuado de cualquier material o producto puede producir lesiones irreversibles y hasta la muerte del paciente cuando una práctica médica de probada eficacia la realiza gente que no está capacitada ni autorizada para hacerlo”, subrayó.
Caso de mala praxis
Para ejemplificar la gravedad de este hecho, recordó que la semana pasada murió en La Pampa una mujer de 39 años, un mes después de que recibiera inyecciones de vaselina para agrandar sus pechos. “Es un gran error aplicar grandes cantidades de vaselina para aumentar los pechos. Es evidente que lo hizo alguien inexperto, sin capacitación”, reflexionó.
La víctima fue Sonia Pérez Llanzón, una atleta y boxeadora amateur que estuvo un mes internada en un hospital de Santa Rosa, La Pampa. Ingresó con lesiones en las mamas, con moretones como golpes e inflamación a la altura del tórax. Cuando comenzó con problemas respiratorios terminó contando que se había aplicado vaselina. Murió por embolia pulmonar sin contar quién le había colocado el producto.
Biopolímeros
El doctor Abdala explicó que en cirugía plástica se utilizan biopolímeros (sustancias de diferentes orígenes, algunos son derivados del petróleo, como la vaselina, otros son de origen vegetal y muchos son de origen sintético) que están autorizados por la Anmat, pero cada una tiene usos específicos que deben respetarse.
-¿Qué características tienen estas sustancias?
- La principal característica es que son biocompatibles con el cuerpo, ya que los asimila y permanecen en su lugar durante bastante tiempo. Cuando se utilizan en volúmenes pequeños los riesgos son menores, pero cuando se aplican grandes volúmenes las complicaciones son mayores y hasta letales.
- ¿Cuáles son las sustancias que se utilizan?
- Las más destacados son el ácido hialurónico, el metacrilato, el colágeno y la hidroxapatita, que debemos usarlas solamente cuando provienen de laboratorios aprobados para su comercialización.
- ¿Hay alternativas para reemplazar a los biopolímeros?
-En mi práctica como médico especialista en cirugía plástica sólo utilizo sustancias de rellenos reabsorbibles -como el ácido hialurónico o la propia grasa corporal del paciente- para las arrugas faciales. Cuando la paciente requiere un aumento mamario o de glúteos utilizo implantes o prótesis. Estos están envueltos en una capa que aísla su relleno (gel cohesivo de silicona) que por su textura imposibilita la migración de la sustancia.
- ¿Dónde realiza esta práctica médica?
- Como cualquier otra cirugía, las realizo en un quirófano habilitado y bien equipado, dentro de un sanatorio u hospital. Esto brinda seguridad y tranquilidad a mis pacientes porque saben que en este ámbito se puede solucionar cualquier complicación que pueda surgir durante la cirugía. Ningún profesional responsable y serio realiza cirugías en su propio consultorio.
Muchos desconocen lo que les inyectan
El deseo de los pacientes por corregir imperfecciones, rellenar arrugas y otras depresiones en el cuerpo ha popularizado los tratamientos con algunas sustancias inyectables de relleno. Si bien en principio parecen la “fuente de la eterna juventud”, meses o años después representan peligros para la salud, los cuales han dado lugar a una enfermedad, advierte el reconocido estudioso del tema, doctor Felipe Coiffman, miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.
Coiffman estudia esta enfermedad que denominó “Alogenosis iatrogénica”. Alogenosis, porque es producida por sustancias alógenas, es decir, extrañas al organismo; y iatrogénica porque la producen los médicos o las personas que las inyectan.
“Generalmente los pacientes desconocen la sustancia qué les han inyectado, y en la gran mayoría de los casos, son engañados por personal médico inescrupuloso, que utiliza sustancias inyectables de relleno como silicona líquida, parafina, petrolato líquido, vaselina, aceite mineral, y grasa animal, las cuales tienen consecuencias nefastas para el organismo”, dijo.
Los signos más comunes son fiebre, dolor en las articulaciones, decaimiento, malestar, somnolencia, aumento de caída del cabello y depresión. Además de síntomas locales como: inflamación, edema, enrojecimiento, cicatrices queloideas, hiper o hipopigmentaciones, ulceraciones, endurecimiento, necrosis, esclerosis, fibrosis, desplazamiento de la sustancia inyectada, infecciones y fístulas.
Los insumos se producen en el país
Nuestro país está entre los países de vanguardia en intervenciones mínimamente invasivas, tanto por el nivel de sus cirujanos plásticos, como por la calidad de los productos que fabrica para el uso en cirugías plásticas y tratamientos de estética. Promedia la tabla del Top 25 de la Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos Estéticos (ISAPS, según sus siglas en inglés) en cuanto a procedimientos estéticos –quirúrgicos y no quirúrgicos– realizados por especialistas de todo el mundo.
“En la actualidad, en la Argentina se producen todos los insumos para implantes y rellenos y valen un 60% menos que los importados”, asegura el cirujano plástico, doctor Héctor Gómez, docente de la UBA. “El material es muy versátil y seguro, exactamente iguales a los de origen importado”, explica. La tendencia en los países más avanzados indica que los procedimientos médicos no quirúrgicos ganan terreno sobre los quirúrgicos y más invasivos. Por ejemplo: los rellenos con ácido hialurónico -con más de 2 millones de aplicaciones anuales en el mundo- están en el segundo lugar en cuanto a tratamientos estéticos miniinvasivos y representan el 22,5% de este tipo de intervenciones. Es mucho más usual que la cirugía de aumento del busto, de la que se realizan un 1,5 millón de operaciones en el mundo.
Los tratamientos basados en prótesis o rellenos, tanto en el rostro como en otras partes del cuerpo logran excelentes resultados, una apariencia totalmente natural, y permiten retrasar la necesidad de una cirugía.
“El uso inadecuado de cualquier material o producto puede producir lesiones irreversibles y hasta la muerte del paciente cuando una práctica médica de probada eficacia la realiza gente que no está capacitada ni autorizada para hacerlo”, subrayó.
Caso de mala praxis
Para ejemplificar la gravedad de este hecho, recordó que la semana pasada murió en La Pampa una mujer de 39 años, un mes después de que recibiera inyecciones de vaselina para agrandar sus pechos. “Es un gran error aplicar grandes cantidades de vaselina para aumentar los pechos. Es evidente que lo hizo alguien inexperto, sin capacitación”, reflexionó.
La víctima fue Sonia Pérez Llanzón, una atleta y boxeadora amateur que estuvo un mes internada en un hospital de Santa Rosa, La Pampa. Ingresó con lesiones en las mamas, con moretones como golpes e inflamación a la altura del tórax. Cuando comenzó con problemas respiratorios terminó contando que se había aplicado vaselina. Murió por embolia pulmonar sin contar quién le había colocado el producto.
Biopolímeros
El doctor Abdala explicó que en cirugía plástica se utilizan biopolímeros (sustancias de diferentes orígenes, algunos son derivados del petróleo, como la vaselina, otros son de origen vegetal y muchos son de origen sintético) que están autorizados por la Anmat, pero cada una tiene usos específicos que deben respetarse.
-¿Qué características tienen estas sustancias?
- La principal característica es que son biocompatibles con el cuerpo, ya que los asimila y permanecen en su lugar durante bastante tiempo. Cuando se utilizan en volúmenes pequeños los riesgos son menores, pero cuando se aplican grandes volúmenes las complicaciones son mayores y hasta letales.
- ¿Cuáles son las sustancias que se utilizan?
- Las más destacados son el ácido hialurónico, el metacrilato, el colágeno y la hidroxapatita, que debemos usarlas solamente cuando provienen de laboratorios aprobados para su comercialización.
- ¿Hay alternativas para reemplazar a los biopolímeros?
-En mi práctica como médico especialista en cirugía plástica sólo utilizo sustancias de rellenos reabsorbibles -como el ácido hialurónico o la propia grasa corporal del paciente- para las arrugas faciales. Cuando la paciente requiere un aumento mamario o de glúteos utilizo implantes o prótesis. Estos están envueltos en una capa que aísla su relleno (gel cohesivo de silicona) que por su textura imposibilita la migración de la sustancia.
- ¿Dónde realiza esta práctica médica?
- Como cualquier otra cirugía, las realizo en un quirófano habilitado y bien equipado, dentro de un sanatorio u hospital. Esto brinda seguridad y tranquilidad a mis pacientes porque saben que en este ámbito se puede solucionar cualquier complicación que pueda surgir durante la cirugía. Ningún profesional responsable y serio realiza cirugías en su propio consultorio.
Muchos desconocen lo que les inyectan
El deseo de los pacientes por corregir imperfecciones, rellenar arrugas y otras depresiones en el cuerpo ha popularizado los tratamientos con algunas sustancias inyectables de relleno. Si bien en principio parecen la “fuente de la eterna juventud”, meses o años después representan peligros para la salud, los cuales han dado lugar a una enfermedad, advierte el reconocido estudioso del tema, doctor Felipe Coiffman, miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.
Coiffman estudia esta enfermedad que denominó “Alogenosis iatrogénica”. Alogenosis, porque es producida por sustancias alógenas, es decir, extrañas al organismo; y iatrogénica porque la producen los médicos o las personas que las inyectan.
“Generalmente los pacientes desconocen la sustancia qué les han inyectado, y en la gran mayoría de los casos, son engañados por personal médico inescrupuloso, que utiliza sustancias inyectables de relleno como silicona líquida, parafina, petrolato líquido, vaselina, aceite mineral, y grasa animal, las cuales tienen consecuencias nefastas para el organismo”, dijo.
Los signos más comunes son fiebre, dolor en las articulaciones, decaimiento, malestar, somnolencia, aumento de caída del cabello y depresión. Además de síntomas locales como: inflamación, edema, enrojecimiento, cicatrices queloideas, hiper o hipopigmentaciones, ulceraciones, endurecimiento, necrosis, esclerosis, fibrosis, desplazamiento de la sustancia inyectada, infecciones y fístulas.
Los insumos se producen en el país
Nuestro país está entre los países de vanguardia en intervenciones mínimamente invasivas, tanto por el nivel de sus cirujanos plásticos, como por la calidad de los productos que fabrica para el uso en cirugías plásticas y tratamientos de estética. Promedia la tabla del Top 25 de la Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos Estéticos (ISAPS, según sus siglas en inglés) en cuanto a procedimientos estéticos –quirúrgicos y no quirúrgicos– realizados por especialistas de todo el mundo.
“En la actualidad, en la Argentina se producen todos los insumos para implantes y rellenos y valen un 60% menos que los importados”, asegura el cirujano plástico, doctor Héctor Gómez, docente de la UBA. “El material es muy versátil y seguro, exactamente iguales a los de origen importado”, explica. La tendencia en los países más avanzados indica que los procedimientos médicos no quirúrgicos ganan terreno sobre los quirúrgicos y más invasivos. Por ejemplo: los rellenos con ácido hialurónico -con más de 2 millones de aplicaciones anuales en el mundo- están en el segundo lugar en cuanto a tratamientos estéticos miniinvasivos y representan el 22,5% de este tipo de intervenciones. Es mucho más usual que la cirugía de aumento del busto, de la que se realizan un 1,5 millón de operaciones en el mundo.
Los tratamientos basados en prótesis o rellenos, tanto en el rostro como en otras partes del cuerpo logran excelentes resultados, una apariencia totalmente natural, y permiten retrasar la necesidad de una cirugía.
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