La Pachamama 2014 tiene 88 años y pide que no haya más discriminación

La Pachamama 2014 tiene 88 años y pide que no haya más discriminación

Felisa Arias es una antigua dirigente que defendió fervorosamente los derechos de su pueblo

VISITAS. La Fiesta de la Pachamama es compartida por turistas y lugareños. la gaceta / foto de osvaldo ripoll (archivo) VISITAS. La Fiesta de la Pachamama es compartida por turistas y lugareños. la gaceta / foto de osvaldo ripoll (archivo)
02 Marzo 2014
Confiesa que se le ha cumplido un sueño porque desde hace tiempo que anhelaba ser la representante de la Madre Tierra. Felisa Arias, de 88 años, vive en el paraje denominado Encalilla, a 14 kilómetros al noroeste de Amaicha del Valle, y es la nueva Pachamama.

“Yo, lo que pido, es que no haya discriminación, especialmente de la gente pobre, de la gente humilde. Yo he sufrido la discriminación y me duele cuando veo esas actitudes”, dijo. Habla con mucha claridad y como quien está acostumbrada a hacerlo ante mucha gente.

En cambio, no piensa pedirle nada al Gobierno. “Nunca me dieron algo, y encima, pretenden que pague impuestos por la cooperativa que ayudé a crear”, se queja.

Es que Felisa es una reconocida dirigente que luchó fervientemente por los derechos de los pueblos originarios. “He llegado a estar presa por eso, pero hace muchos años”, añade.

Con su trabajo, contribuye a crear la escuela taller para chicos con capacidades diferentes que funciona actualmente en Amaicha, y la cooperativa de artesanos.

Coplera
Ella prefiere definirse como una coplera, como artesana y agricultora, en ese orden.

Cuenta con orgullo que el año pasado participó como coplera del canto colectivo de homenaje a Leda Valladares que presentó el músico Gustavo Santaolalla en el marco del 53° Septiembre Musical, en el anfiteatro de El Cadillal.

También con Santaolalla cantó durante la fiesta por los 30 años de la democracia, en diciembre del año pasado, en la Plaza de Mayo.

Cocina y cultiva
A pesar de su edad, mantiene viva su memoria y hace un despliegue de energía que cualquiera le envidiaría. Todavía cocina para la familia y trabaja en los cultivos junto a sus hijos. Cosechan papas, zanahorias, cebollas y otras hortalizas. “Como sano porque me alimento de lo que nosotros cultivamos y de vez en cuando como carne de nuestros animales”, aclara.

Pero subraya que no es que viva a ensaladas. “También como logro y tamales que hago yo misma”, resalta.

Viuda desde hace una década, fue madre de 12 niños, pero actualmente solo viven seis. Tiene, además, 22 nietos y 17 bisnietos.

En su diálogo con LA GACETA destaca que siempre afrontó las adversidades de la mejor manera que pudo. Sin duda, su sentido del humor la debe haber ayudado.

A lo largo de la entrevista se ríe y hace bromas. Comenta, por ejemplo, que trabaja en el campo “con una pala vieja”, que heredó de su bisabuelo.

También pone de relieve que escucha muy bien y que es capaz de enhebrar una aguja sin usar lentes. Sus ganas de vivir realmente contagian. Se despide diciendo que hoy va a encabezar con mucho orgullo el tradicional desfile de la Pachamama.

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