“Sabemos de dónde venimos, que es bastante”

“A dónde vamos... La pregunta es complicada. Pero sabemos de dónde venimos, que es bastante, que es importante porque nos da la libertad de ir a otro lado”, le responde Gustavo Páez a LA GACETA.

Como afirma, no es poco reconocer el origen. Pero La Yunta también tiene un destino a la vista: el dúo que integran Páez y Julián Humarán actuará esta noche en Cosquín, con la madurez que les da subir al Atahualpa Yupanqui por quinta vez.

“Ese escenario es el suelo de todo folclorista, un emblema para los argentinos y los extranjeros, que incluye reencontrarse con un público especial y amigo de la trastienda, del encuentro y de la fiesta”, explica Humarán.

Los músicos disfrutan tanto el momento de su función como los intercambios con sus colegas. “Es que se comparte mucho, sea un asado o una historia, una letra o una música, estar en la plaza o a la vera del río. Este no es otro festival donde te cruzás en la ruta, sino un espacio de encuentro”, afirma Humarán. Su compañera completa: “lo que hacemos tiene mucho que ver con las cosas vividas, con enseñarnos entre nosotros lo que el otro no sabe”.

Los nervios antes de actuar son una constante, pero “los vas gambeteando de alguna manera, aunque siempre se siente una cosa especial”, admite Humarán. Páez aclara que él se predispone “para disfrutar todo lo que se pueda, en especial esta vez que vamos a presentar el disco que sacamos en noviembre, ‘En el jardín de la ilusión’, porque hay que arriesgarse a mostrar lo tuyo y lo nuevo que vas haciendo”.

El sonido de La Yunta ha ido cambiando y ahora se asienta en canciones con otras tonalidades e instrumentos. “Pero mantenemos la esencia folclórica”, aclaran, obviamente a dúo.