El protector absorbe los rayos; la pantalla los refleja y dispersa

El protector absorbe los rayos; la pantalla los refleja y dispersa

09 Enero 2014
La piel de la mujer experimenta grandes cambios en las diferentes etapas de la vida. Por lo tanto, los cuidados también variarán según las necesidades, advierten la endocrinóloga doctora Laura Maffei y la dermatóloga Laura Mijelshon.

“Cuando aparecen problemas en la piel, ocasionados por factores hormonales o externos conviene siempre consultar con un equipo integral para hallar una solución y optimizar las terapias. Una vez que el endocrinólogo controla el problema hormonal, el dermatólogo podrá indicar tratamientos cosméticos adicionales para mejorar el estado del cutis y enseñar al paciente distintas estrategias para cuidarlo, mejorar su apariencia y prevenir futuras afecciones”, subraya Maffei.

Más pragmática se mostró la doctora Mijelshon por cuanto fue directamente a las recomendaciones:

“Hay que limpiar la piel todos los días del año para evitar la acumulación de sebo y permitir que los poros respiren y la dermis se oxigene. Con ese fin hay que usar jabones suaves y agua tibia y evitar el agua caliente. Tan importante como la higiene es cubrirse del sol con bloqueador solar diariamente en las zonas más sensibles y expuestas: cara, cuello, manos y brazos”.

En tanto, la doctora Ana María Garlatti, aclaró que existe una diferencia entre protector y bloqueador o pantalla solar. El primero ofrece protección química: en su fórmula incluyen sustancias orgánicas que absorben los rayos del sol y los vuelven inofensivos (te broncea un poco). Mientras que el bloqueador es un producto físico. Su consistencia espesa y cremosa crea una pantalla sobre la piel que refleja o dispersa las radiaciones UV e infrarrojas.

“Ambos protegen la piel, previenen el envejecimiento prematuro y retrasan alguna reacción de la piel al sol. Pero hay que usar el recomendado por el médico”, reiteró.

Cambios de la piel a lo largo de la vida:

1- En la adolescencia: el exceso de testosterona se asocia con la grasitud y aparición de acné, impurezas y puntos negros.

2- En el embarazo: la activación de estrógenos la vuelve más sensible: aparecen manchas en la cara, senos y axilas y se acentúan las pecas.

3- En la menopausia: la piel se reseca, pierde firmeza y elasticidad por la caída de estrógenos. Aparecen alergias y rosácea entre otras afecciones.

4- Los factores hormonales y otros externos alteran la piel. Es necesario consultar al especialista para seguir un plan de cuidado adecuado.

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