El jefe narco atrapado en Frías tenía marcadas en un GPS las pistas clandestinas

El jefe narco atrapado en Frías tenía marcadas en un GPS las pistas clandestinas

La banda del "Gallo" Andrada era la mayor comercializadora de drogas del país, según el secretario de Seguridad de la Nación.

OPERATIVO. La droga incautada en Córdoba estaba empaquetada y escondida en el doble techo de un camión. TELAM OPERATIVO. La droga incautada en Córdoba estaba empaquetada y escondida en el doble techo de un camión. TELAM
18 Noviembre 2013
SANTIAGO DEL ESTERO.- Claudio Andrada, conocido como el "Gallo", detenido en Frías el 24 de octubre, tenia en su poder material tecnológico con información que le permitía monitorear el tránsito en las pistas clandestinas donde supuestamente aterrizaban las avionetas que transportaban droga.

El valioso equipamiento, secuestrado por Gendarmería Nacional, el día de su detención, posee las coordenadas donde el friense “bajaba” las grandes cantidades de sustancias prohibidas, que luego eran trasladadas por tierra hacia otros destinos, según un artículo del diario "El Liberal".

La jueza federal Nº 1 de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, quien ordenó la detención del “Gallo” Andrada, lo procesó por tráfico de drogas “en calidad de organizador” y le trabó un embargo de 30 millones de pesos.

El 23 de octubre, Gendarmería Nacional secuestró sobre la ruta 9, en Córdoba, 583 kilos de cocaína que iban en un doble techo de un camión Mercedes Benz. La droga –empaquetada en diferentes colores y con distintas inscripciones– pertenecía a Andrada, a quien el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, definió como "uno de los mayores transportistas y distribuidores a gran escala de sustancias estupefacientes a nivel interno de la República Argentina”.

“Gallo” cayó junto a otros cinco miembros de su banda, entre ellos su cuñado (esposo de su hermana). Había estado monitoreando el tránsito del cargamento desde Frías, su ciudad natal. Había esperado ese cargamento durante ocho meses, pero algunas tormentas que dificultaban los vuelos de la avioneta y cortes de ruta piqueteros en Bolivia fueron retrasando el embarque.

En agosto, él mismo fue a Yacuiba (en la frontera salteño-boliviana) a entrevistarse con los compradores. Mientras, otros integrantes de la banda ubicaban el mejor campo para usar como pista clandestina. Todos los lugares “aptos” para el aterrizaje quedaron grabados en un GPS que se logró secuestrar el día de las detenciones.

Finalmente, el 17 de octubre los vendedores bolivianos dieron el vistobueno. El 21, la droga fue enviada en una avioneta y por instrucciones de los bolivianos la comitiva fue a esperar el cargamento a la localidad salteña de Apolinario Saravia.

La avioneta aterrizó poco después cerca de la localidad de Las Lajitas, en una pista clandestina no identificada. Luego, Andrada volvió a Frías para seguir desde su casa el traslado por tierra. Allí fue detenido dos días después, cuando el cargamento fue decomisado en Córdoba.

La jueza Arroyo Salgado reunió indicios sobre cuál era la ruta de la droga y si lograba cruzar el país en el camión. El primer paso de la banda iba a ser “estirarla” para aumentar su cantidad, en el conurbano. Esto se haría en un galpón ubicado sobre la avenida Illia (ex ruta 8), en José C. Paz. El lugar se allanó y allí se secuestró una prensa hidráulica, un molde para el armado de panes de cocaína, un tamizador con restos de droga y sustancias para estirar el clorhidrato de cocaína.

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