La historia de un hombre sin techo movilizó a una lectora solidaria

La historia de un hombre sin techo movilizó a una lectora solidaria

Alumnas de la escuela Alfonsina Storni volvieron a la Plaza Independencia con una noticia de ilusión para Luis Pedro. Video.

LA ENTREGA. Las chicas le dan a Luis el sobre con plata que llegó a LA GACETA tras la historia que contaron. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ LA ENTREGA. Las chicas le dan a Luis el sobre con plata que llegó a LA GACETA tras la historia que contaron. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ
15 Noviembre 2013

"Pasó a ser una persona a la que alguien le dio importancia, tan solo con un sobrecito", dice Camila, de vuelta a su escuela luego de visitar a Luis Pedro Zóttoli en la Plaza Independencia. Ella y sus compañeras fueron a buscar al personaje de su historia, la que contaron en el último suple "Nosotros lo Hicimos", para entregarle un sobre sin firma que llegó a LA GACETA especialmente para él, luego de la nota que las chicas titularon: "Sobreviviendo en la calle".

"Se lo veía feliz, por más que hayan sido unos cuantos pesos los que estaban dentro del sobre. Pero en realidad nadie habla de la cantidad, sino del gesto", dicen Verónica y Micaela, todas alumnas de la secundaria Alfonsina Storni. "Yo lo sentí re contento. Y estaba ansioso ja ja", cuenta y sonríe Dana luego del reencuentro. Las chicas fueron periodistas por una semana antes de que se publicara el suplemento, y con lo que provocaron con la historia de Luis se volvieron protagonistas de su propio relato.

Frente a frente, de nuevo
"¿Quién iba a pensar que volvamos para esto?", se preguntan.

El reencuentro se hizo esperar unos minutos. Era medio día, hacía mucho calor y Luis no aparecía. Las chicas le hacían la guardia al lado del banco que él tiene de cama. Estaban un par de cartones, sus pocas cosas y algunos curiosos que querían ver qué pasaba entre tanta cámara.

"A esta hora él siempre va hasta la panadería donde le regalan algo para comer", dijeron las chicas, justificando la ausencia. Pero Luis calmó la ansiedad a lo lejos, cruzando la calle Laprida y poniendo en un basurero algo que alguien acababa de arrojar al suelo. Cuando llegó hasta "su" banco, las encontró de nuevo. "¿Se acuerda de nosotras?", le preguntaron, y él, claro, asintió. Las explicaciones de todo lo que sucedió desde que las chicas sacaron a la luz su historia duraron solo un par de minutos. Ahí nomás el sobre cambió de manos, y la charla dio para un ratito más con tantos agradecimientos y nuevas despedidas.

El anonimato que mantiene quien se acercó a la Redacción, conmovido por lo que a Luis le sucede desde hace seis meses (cuando llegó desde Buenos Aires para hacer unos trámites a su Tucumán natal y le robaron todo) disparó las sensaciones. "Creo que ahora su felicidad tiene que ver más con el reconocimiento que tuvo después de la nota. Si yo estuviera en su lugar sentiría lo mismo: muy bien de que alguien se interese por mi, aunque sea dándome $10", dice "Cami".

La esperanza
Únicamente él sabe el total de dinero que contenía ese sobre. Un monto que para nada podrá cambiarle la vida, aunque sí podrá hacerla tomar de un modo diferente. "Es que no importa la cantidad, sino el corazón, ¿no? El gesto de alguien que no quiso figurar", dicen ellas. "Me dio la impresión de que él tuvo ganas de llorar cuando le dimos el sobre", contó "Vero", y aunque Luis ocultó sus lágrimas, sí respondió de sentimientos. "Esto me alegra porque veo la gente buena que tenemos acá en nuestra provincia", dijo. ¿Fue una sorpresa? "Si, y gracias a Dios pasó. Esto demuestra la calidad de personas que hay, la solidaridad que tienen y también la enseñanza de las mismas chicas", contó Luis, reconociendo el acto de volver a buscarlo con la emoción de la primera vez.

"Lo que me entregaron sirve para enfrentar el día a día y para tratar de salir de esto", cuenta Luis Pedro, que con 63 años solo quiere dejar de vivir en la plaza y volver a Buenos Aires. "Estoy gestionando el duplicado del documento y otros papeles, que fue todo lo que me robaron cuando volví a Tucumán para hacer unos trámites. Ahora me falta para el pasaje, y resolver otros papeles", detalló, lleno de fe y de esperanza para todo lo que ahora le espera.

¿Amor no correspondido?
"Se le nota en la cara una tristeza. Se me hace que hay algo más que a él no le sale contar", piensa "Mica" sobre un dato que Luis les mencionó al pasar. "Dijo que dejó todo acá cuando decidió irse a vivir a Buenos Aires, y lo hizo por amor a una mujer. Entonces ahora, además de la dificultad económica que tiene para volver, él capaz se demora y sobrevive en la calle porque no quiere llegar allá ilusionado y encontrarse con algo que no le haga bien. Tiene miedo de volver y que sus valijas aparezcan en la vereda... Una historia de amor muy fuerte debe haber ahí", cuenta "Cami". Pero nadie se anima a hablar de más, sólo porque Luis no lo hizo.

Un objetivo cumplido (breve reseña)
La Escuela Municipal Alfonsina Storni fue creada el 18 de Abril de 1988, en virtud de un convenio entre en Consejo de Educación de la Provincia y el municipio.

Con el paso de los años fue creciendo, ganando prestigio en la comunidad tucumana y el año 2005 se inauguró el nuevo edificio escolar (en calle Thomas Edison 337, ex mercado de San Cayetano). Su Propuesta Educativa se caracteriza por contribuir a la formación integral de los alumnos bajo los principios de solidaridad, respeto y responsabilidad. Los chicos se destacan por la participación activa en distintos programas y proyectos nacionales y provinciales; y en aquellos que se implementan con otras instituciones y ONG del medio, recibiendo reconocimientos y premios por sus producciones. Un grupo de alumnas de 5° año (en esta foto con la rectora de la escuela, Lic. Graciela Calderón) fueron un ejemplo de ello con la nota "Sobreviviendo en la Calle", que hicieron para el último suplemento "Nosotros lo Hicimos" que publica cada martes LA GACETA, y que tuvo gran repercusión por la historia de Luis Pedro Zóttoli.

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