Sobreviviendo en la calle

Sobreviviendo en la calle

La historia de vida de Luis Pedro conmueve a todo el que lo ve en la Plaza Independencia, lugar del que hace menos de un año hizo su hogar a causa de un robo; hoy le cuesta no tener dónde dormir y verse obligado a rebuscárselas para comer.

12 Noviembre 2013

Caminando por la Plaza Independencia, un medio día como cualquier otro, con adolescentes compartiendo una gaseosa, acalorados y cansados tras una larga jornada en la escuela, hay algo fuera de lo normal. Es una improvisada "habitación", en un banco de la plaza. Se puede ver el colchón de cartón, un par de bolsas de consorcio que guardan una pequeña cantidad de ropa. También hay una frazada, una escoba vieja, una taza y un termo…

Allí está Luis, propietario de todas esas cosas y el que contó toda su historia.

Su nombre completo es Luis Pedro Zóttoli, y tiene 63 años. "Hace seis meses llegué desde Buenos Aires para hacer trámites de mi jubilación. Pero ese mismo día me robaron todos mis bolsos, con mis pertenencias (documentos, dinero, etcétera), y por eso quedé en la calle", cuenta sobre ese momento que cambió su vida para siempre.

Su nueva realidad en Tucumán y su "pelea" día a día
"Lo primero que hice fue ir a la Acción Social y me prometieron que solucionarían mi problema. Que me brindarían ayuda, pero nunca hicieron nada. Al ver eso decidí acudir a un amigo de hace más de 20 años (el legislador Federico Romano) y escuché las mismas palabras que la primera vez en la Acción Social. Yo sigo en la misma situación", dice Luis, resignado con los primeros falsos auxilios.

Pero a él no le gusta mendigar, al contrario. Trabaja para ganarse su plato de comida. "Trabajé en un almacén y ahora el dueño me da la comida. En el desayuno y la merienda voy con mi termo a la heladería Grido y ellos me dan agua. Al pan lo consigo en una panadería. Pero no pido nada, nunca nada. Son los conocidos los que me ayudan", se sincera el hombre.

A la higiene, aunque es difícil en su situación, Luis no la descuida. "Me higienizo en la terminal de ómnibus y cuando consigo $3 lo hago en el Mercado del Norte", cuenta algo orgulloso, aunque algo resignado.

A pesar de una primera sensación, Luis no está solo. Tiene un hermano en la provincia, en San Pedro de Colalao. Aunque la ayuda raramente llegue desde ese lugar. "Como buen hermano nos llevamos a las patadas; la última vez que nos vimos discutimos. Él sabe de mi situación, pero no por eso me ayuda", aclara también acostumbrado, a pesar de que suene raro.

Así como Luis hay mucha gente sobreviviendo en la calle, y todos tienen sus historias. Nunca viene mal recordarlas, y no hay que olvidarlas; sólo así podría comenzar la ayuda que ellos siempre necesitan.

Información útil: 

¿Qué hacer cuando encontramos un indigente? 

El número 113 de Defensa Civil es al que tenés que llamar en estas ocasiones. Ellos deberían hacerse cargo  de la situación. La otra es comenzar por uno mismo a ayudar con pequeños gestos solidarios: donaciones de todo tipo siempre son bienvenidas.

Publicidad
Comentarios