Toscano: "los directores tienen que aprender a actuar"

Toscano: "los directores tienen que aprender a actuar"

Uno de los realizadores de la película contó su experiencia como productor y habla de las escuelas de cine

EN LA ALFOMBRA ROJA. Radusky y Toscano, acompañado de otros directores y actores, ingresaron el lunes con Bernardo Bertolucci (en la silla). FOTO GENTILEZA DE LOS DUEñOS EN LA ALFOMBRA ROJA. Radusky y Toscano, acompañado de otros directores y actores, ingresaron el lunes con Bernardo Bertolucci (en la silla). FOTO GENTILEZA DE LOS DUEñOS
13 Noviembre 2013

Más tranquilo, pero siguiendo de cerca el desfile de "Los Dueños" por festivales internacionales, Agustín "Boby" Toscano adelanta que tiene mucho que decir. Gustoso, pues, se presta a una larga conversación con LA GACETA (se efectuó la semana pasada), en la que, por ejemplo, recomienda a los directores de cine que aprendan técnicas teatrales, como es su propia experiencia. Y larga una reflexión que queda bien anotada: "los únicos capaces de soñar son los creadores y no se debería reprimirlos".

Toscano y Ezequiel Radusky se encuentran en Hollywood, por estos días, donde la película se presentó el lunes en el AFI Fest, un importante encuentro.

- ¿Cómo ves el desarrollo del cine argentino?

- Vive un gran momento. Desde principios de este siglo llama la atención de los programadores de festivales y de salas de todo el mundo. La producción se destaca por la calidad artística y técnica, por el rigor dramático y por el contenido de las historias. Una cinematografía que es a la vez contemporánea a su tiempo y comprometida con los grandes temas. "Los Dueños" surge en este contexto de mucho respeto y curiosidad por los nuevos creadores argentinos. Hay interés en cómo en este país se trabaja en las óperas primas. Sorprende que sean películas debut y que estén bien realizadas, que sostengan la tensión de las historias y que los actores se luzcan. La razón según entiendo es industrial. Los productores se encargan de que los nuevos directores trabajemos con técnicos y actores con mucha experiencia, y que nos ayuden a lograr un producto profesional, que pueda competir en el mundo. Es muy importante para esto la humildad de estos profesionales que entran en proyectos de directores inexpertos.

- ¿Qué consejos les darías a todos esos jóvenes cineastas o estudiantes que sueñan con hacer su peli?

- Me preocupa algo, cuando ingresan en las escuelas de cine el 100% de los alumnos quieren dirigir sus películas. Después del primer mes de clase ya casi nadie quiere ser director. Los docentes se encargan de espantar a los artistas. Los más fuertes desertan y se forman solos. Deberían replantearse las bases de las escuelas de cine y teatro, escuchar más a los aspirantes y ayudarlos a concretar sus sueños. Para eso hacen falta maestros que puedan acompañarlos en los procesos personales, que tengan tiempo y experiencia para compartir con sus futuros colegas. La universidad no tiene un sueño, tiene un programa. Los únicos capaces de soñar son los creadores y no se debería reprimirlos; para hacer películas hace falta entrenarse en lograr un sueño. El único parámetro válido es nuestro propio gusto y el gusto de los que nos rodean. Un cineasta debería formarse en uno o dos años, no más. A los que quieren dirigir les propongo que aprendan técnicas teatrales. Porque el manejo de la escena es el mismo en el teatro que en el cine, y el trabajo específico del director es dirigir actores, ritmos, ideas dramáticas. Con la diferencia de que el cine es muy caro y el teatro, muy accesible. Para contar historias con actores hay que ser responsable técnica y artísticamente. Es un acto político manejar un grupo. Los directores tienen que aprender a actuar. Si todos los que dirigen se dejan dirigir alguna vez van a entender mejor lo que les toca hacer. Y los actores que dirijan se van a ver bien, van a querer volver a trabajar en cine, hacer una carrera. Si los dirigimos mal se van a recluir en el teatro y no van a prestar más su imagen a nuestras películas.

- Desde el Estado y/o Gobierno se ha estado impulsando a través del Incaa algunos programas de apoyo. ¿Cuál es la diferencia entre producir o trabajar para el cine que hacerlo para la televisión?

- Yo soy productor de mi primera película. Esto significa que figuro en el copyright y por lo cual puedo obtener ganancias o pérdidas según el destino de nuestro producto en su comercialización. Para realizarla, mis socios y yo pagamos a técnicos y actores, a empresas de alquiler de equipos, de locaciones, estudios contables, legales, de posproducción, de diseño, de masterización, de servicio de catering, alojamientos, traslados, viáticos, derechos musicales, impuestos, subtitulados y millones de etcéteras más, y lo rendimos debidamente ante el organismo que regula la actividad, el Incaa, y los diversos sindicatos que intervienen en la producción de cine, para obtener así nuestro libre de deuda. Eso nos vuelve dueños de nuestra obra. Ser productor es ser dueño de la película. Esto en cine funciona así, por ley, pero por ejemplo en la televisión digital no. El Estado es el productor, el dueño de los derechos de explotación. Te permiten sí, comercializar en algunos territorios durante un tiempo limitado, que suelen ser tres años como máximo. En el cine los derechos son tuyos siempre y en todos lados. Esta sutil diferencia hace que yo prefiera producir cine que televisión pública o privada. El cine, que en el país es mixto, público y privado, tiene ese plus legal, casi autoral y moral, es de quien lo hace. Es cine libre (al menos libre de deuda).

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