En Trancas, usarán botellas de plástico para construir una casa

En Trancas, usarán botellas de plástico para construir una casa

Alumnos de la Escuela Media fueron premiados por un vasto proyecto ambiental. Su "primera vez" en avión, para recibir el premio.

SOBRE LOS CIMIENTOS. Vecinos de Trancas guardan las botellas de plástico para los jóvenes constructores. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO SOBRE LOS CIMIENTOS. Vecinos de Trancas guardan las botellas de plástico para los jóvenes "constructores". LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
13 Noviembre 2013
"Tarpuy" en quichua significa "sembrar". Es la palabra que mejor se ajustaba a lo que hacen los alumnos de la Escuela Media de Trancas todos los días. Sembrar. Pero no porque la escuela tenga orientación en Ciencias Naturales. Ni porque la mayoría de los chicos además de ir a la escuela trabaja para ayudar a sus familias, sobre todo en la cosecha. Lo que ellos siembran es conciencia del cuidado del medio ambiente en el pueblo en el que viven. Por eso, la Presidencia de la Nación seleccionó el proyecto Tarpuy, entre más de 3.000 escuelas de todo el país para el Premio "Escuelas Solidarias". Los chicos están muy emocionados porque les enviaron los pasajes para Buenos Aires. Sólo les preocupa una cosa: será la primera vez que se subirán a un avión. ¡De sólo pensarlo se mueren de miedo!

Para ellos, volar va a ser lo más divertido del proyecto que comenzó en 2010. Lo reconocen José Nicolás Avellaneda y Natalia Romano, que participan desde sus inicios, y Lucía Monzón, Juan Zamora, Matías Villagrán y Braian Álvarez, todos de entre 15 y 18 años. Ellos viajarán a recibir la "mención" en representación de sus compañeros porque toda la escuela participó en el proyecto. Competirán con 18 escuelas de todo el país candidatas al Premio Presidencial.

Los "padrinos" del barrio
En 2011 los chicos eligieron un barrio cercano para realizar el proyecto. "Se llamaba Emergencia habitacional. A la gente le sonaba muy mal, por eso decidimos cambiarle el nombre. Hicimos una encuesta entre los vecinos y después les presentamos la propuesta a los concejales. Había varias propuestas: 24 de Marzo, Islas Malvinas, Doña María Ríos (era una vecina del barrio), Lola Mora ... pero ellos eligieron San Martín", cuenta Natalia, de 17 años.

También forestaron el barrio. Plantaron 84 arbolitos en las veredas, frente a cada casa, y nombraron madrina a cada familia para que se hiciera cargo de regarlo y cuidarlo.

En 2012 vieron que en el barrio había demasiadas botellas plásticas tiradas por el piso. Es así que con la ayuda del Proyecto Educativo Emeta y de la Mesa de Gestión Territorial (de la que también participa la escuela) consiguieron que les presten una máquina compactadora de plásticos. "Primero hacíamos fardos pero después vimos que los podíamos convertir en puffs. Hicimos varios y los repartimos en las escuelas", agrega.

Con la idea que les dio el director anterior, Rolando Massa, con quien iniciaron el proyecto, comenzaron a construir una casa con botellas plásticas llenas con arena. "La gente nos guarda las botellas en el fondo de la casa y cada vez que nos ve nos pregunta cuándo vamos a pasar", cuenta risueño Nicolás, de 17 años. "También usamos la radio de la escuela para anunciar que tal día vamos a pasar por tal barrio a recoger las botellas", agrega Lucía, de 15 años. La casa - de la que ya están hechos los cimientos - se levanta en el mismo predio de la escuela. Tendrá varias habitaciones para que funcionen la radio de la escuela y el proyecto.

Este año, los chicos construyeron basureros con botellas recicladas y las repartirán entre las escuelas de la zona.

Pero la limpieza empieza por casa. Por eso los chicos limpian todos los días el aula antes de retirarse. No sólo eso: cada dos meses hacen una limpieza general. Algunos se encargan de las mesas y las sillas y otros de los pisos y los armarios. "Es para ayudar, porque hay un solo conserje por turno para limpiar toda la escuela", razona Nicolás, de cuyo cuello cuelga un rosario rojo y blanco. ¿Veneno de River? ¡Claro! contesta.

Todavía no pasaron de curso pero ya saben cómo seguirá el proyecto en 2014: "queremos terminar la casa para que allí empiecen a funcionar la radio escolar y un periódico que vamos a comenzar", se entusiasma. Pero eso todavía falta. Ahora lo importante es que se animen a subirse al avión, sin que les tiemblen las piernas.

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