Cantero, con fiebre rosarina

El ex San Martín habló sobre el derby de hoy.

LO MIRÓ DESDE EL BANCO. Pablo Cantero, ex San Martín, integra
 LO MIRÓ DESDE EL BANCO. Pablo Cantero, ex San Martín, integra
20 Octubre 2013
ROSARIO (Por Marcelo Androetto, especial para LG Deportiva) - San Martín jugó ayer al mediodía pero en Rosario la mente estuvo en otro lado. No sólo porque Tiro Federal es un club de barrio, sino porque la ciudad se encuentra bajo el hechizo del clásico de los clásicos de las ciudades argentinas.

Está claro: Boca-River son palabra mayor, el superclásico que paraliza la patria futbolística. Pero la fiebre de un Rosario Central-Newell's no tiene parangón con casi con ningún otro derby criollo, más allá de que Tucumán se paralice cuando el "santo" y Atlético se enfrentan en su tierra, o que los símiles de La Plata y Santa Fe también se le parezcan.

Por supuesto que preocupa el tema de la violencia que podría estallar en cualquier punto de una ciudad. Por eso, 2.000 efectivos estarán abocados, a priori, a evitarla. "Muchos policías, sin público visitante: si no se lo puede vivir de esta forma, ya va a ser imposible vivirlo. Por suerte, en esta semana mucha gente se involucró mandando un mensaje de paz", dijo ante una consulta de LG Deportiva Pablo Cantero, el ex San Martín actualmente en Tiro, quien se declaró "simpatizante de Central, pero no fanático".

Igualmente, contagiado por la fiebre del clásico rosarino, Cantero disfrutó del triunfo de su actual equipo (lo vio desde el banco por que Milton Zárate le ganó la pulseada) y fue la voz cantante de lo que se viene, aprovechando su pasado por La Ciudadela

Es mucho más que un partido el que será disputado hoy en el Gigante de Arroyito, es una enfermedad que aqueja a todo Rosario. "Acá, los hinchas de otros equipos también son de Central o 'Ñuls'", relata Daniel mientras habilita el ingreso de los socios al "Fortín de Ludueña" para ver a Tiro con San Martín. Los apenas 2.000 hinchas locales que vieron la victoria sobre el tucumano no eran sino un puñado de "boy scouts" en comparación con los 40.000 que teñirán de azul y oro la ribera del Paraná. Y el millón y medio de personas que de una u otra manera vibrarán al compás de un desafío esperado como pocas veces. Razones no faltan: hace tres años que no se juega oficialmente debido al paso de Central por la B Nacional; en el verano, el partido se canceló por un grave incidente previo, y además, como si fuera poco, el equipo de la "lepra" llega campeón y puntero, y el "canalla" en remontada, pero aún en zona de descenso.

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